Un artificiero en Afganistán, reconocido como excombatiente
Se trata de un reconocimiento honorífico, pero de alto valor simbólico. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha reconocido la condición de excombatiente al sargento de Ingenieros P. J. H. B., quien entre los años 2009 y 2011 estuvo desplegado en dos ocasiones como desactivador de explosivos en Afganistán, donde sufrió varios ataques de los talibanes. El Ministerio de Defensa se opuso a la concesión del distintivo con el argumento de que Afganistán “no era una misión de guerra, sino una operación de mantenimiento de la paz”.
El debate que han mantenido en los últimos años las fuerzas políticas sobre si las tropas españolas enviadas a Afganistán participaban o no en una guerra ha llegado a los tribunales. En una sentencia firme, la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha dado la razón al sargento de Ingenieros P. J. H. B., quien tendrá derecho a lucir sobre su uniforme el distintivo de excombatiente y a que se le anote tal reconocimiento en su hoja de servicios.
El sargento se acogió a la orden del 13 de septiembre de 1986 por la que se creó el Distintivo de Excombatiente de las Fuerzas Españolas y se reconoció el derecho a usarlo a “quienes hubieran intervenido como combatientes en cualquiera de las campañas en que hubieran intervenido aquellas”. La orden, que citaba al Cuerpo de Carabineros, junto a las Fuerzas de Orden Público y las Fuerzas Armadas, estaba pensada para reconocer a los veteranos de la República, ignorados por el franquismo, y de las guerras del Sahara y Sidi Ifni.
La participación de las Fuerzas Armadas españolas en misiones en el exterior, a partir de 1989, ha creado una nueva generación de veteranos de guerra, que reclama su reconocimiento.
El tribunal replica, sin embargo, que la orden alude a “cualquiera de las campañas” en que hubieren participado tropas españolas, sin mayores precisiones, por lo que pasa a analizar si el suboficial “llegó a tomar parte en alguna acción de combate que pueda justificar el uso del distintivo de excombatiente”.
Y aquí la respuesta no admite dudas: el sargento participó en 67 misiones del Equipo de Desactivación de Explosivos, tal como se refleja en el diario de operaciones del Batallón de Maniobra de Herat (Afganistán). En concreto, los días 1 y 2 de febrero de 2010 fue objeto de un ataque a las tropas españolas, que se saldó con un muerto y cuatro heridos en las filas propias y cuatro bajas entre los talibanes, durante el cual demostró “gran arrojo y valor tanto en las acciones de respuesta al ataque de la insurgencia como en la realización del posterior reconocimiento para verificar la no existencia de más artefactos”.
El bufete Suárez-Valdés, defensor del suboficial, está preparando una batería de demandas de militares que han participado en acciones de combate para que se les reconozca también como excombatientes.
El debate que han mantenido en los últimos años las fuerzas políticas sobre si las tropas españolas enviadas a Afganistán participaban o no en una guerra ha llegado a los tribunales. En una sentencia firme, la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha dado la razón al sargento de Ingenieros P. J. H. B., quien tendrá derecho a lucir sobre su uniforme el distintivo de excombatiente y a que se le anote tal reconocimiento en su hoja de servicios.
El sargento se acogió a la orden del 13 de septiembre de 1986 por la que se creó el Distintivo de Excombatiente de las Fuerzas Españolas y se reconoció el derecho a usarlo a “quienes hubieran intervenido como combatientes en cualquiera de las campañas en que hubieran intervenido aquellas”. La orden, que citaba al Cuerpo de Carabineros, junto a las Fuerzas de Orden Público y las Fuerzas Armadas, estaba pensada para reconocer a los veteranos de la República, ignorados por el franquismo, y de las guerras del Sahara y Sidi Ifni.
La participación de las Fuerzas Armadas españolas en misiones en el exterior, a partir de 1989, ha creado una nueva generación de veteranos de guerra, que reclama su reconocimiento.
Defensa se negaba
Defensa, a través del Abogado del Estado, se opuso a conceder el distintivo alegando que la orden de 1986 se refiere “a situaciones de guerra o conflicto armado generalizado en los que España toma parte”.El tribunal replica, sin embargo, que la orden alude a “cualquiera de las campañas” en que hubieren participado tropas españolas, sin mayores precisiones, por lo que pasa a analizar si el suboficial “llegó a tomar parte en alguna acción de combate que pueda justificar el uso del distintivo de excombatiente”.
Y aquí la respuesta no admite dudas: el sargento participó en 67 misiones del Equipo de Desactivación de Explosivos, tal como se refleja en el diario de operaciones del Batallón de Maniobra de Herat (Afganistán). En concreto, los días 1 y 2 de febrero de 2010 fue objeto de un ataque a las tropas españolas, que se saldó con un muerto y cuatro heridos en las filas propias y cuatro bajas entre los talibanes, durante el cual demostró “gran arrojo y valor tanto en las acciones de respuesta al ataque de la insurgencia como en la realización del posterior reconocimiento para verificar la no existencia de más artefactos”.
El bufete Suárez-Valdés, defensor del suboficial, está preparando una batería de demandas de militares que han participado en acciones de combate para que se les reconozca también como excombatientes.
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