domingo, 23 de agosto de 2015

La cerveza artesana toma los grifos

 

  • El número de bares en Madrid que dispensan cerveza artesana de barril aumenta cada día

  • Las marcas recién llegadas y la creatividad atraen a un público ávido de nuevos sabores


Julio González, sumiller de cervezas en La Tape, tira una caña...
Julio González, sumiller de cervezas en La Tape, tira una caña artesanal de grifo. ÁNGEL NAVARRETE
Que la cerveza artesana está de moda en la capital es un hecho. Una tendencia en alza que ya no sólo habita en bares especializados, sino que tiene presencia en los de toda la vida, donde la ofrecen como una alternativa más en su carta. Lo que algunos desconocen a estas alturas es que esta bebida espumosa también puede salir de un grifo, como las cañas clásicas.
El número de establecimientos que pinchan barriles de cerveza artesanal crece a un ritmo pausado, pero constante: La Tape, Irreale, Tap Room... Bares de nuevo cuño que se suman a otros veteranos, como la Cervecería Baden Baden y que aumentarán de número en unos meses con las aperturas del nuevo local de Gaspar Café, en Malasaña, o el proyecto de Brew Pub (establecimientos que elaboran y venden sus propias creaciones) de Eduardo Martínez, maestro cervecero de la marca Monsieur Gordo. Madrid vive un momento de efervescencia total.
"Mira, aquí un barril no dura ni una semana y el que reponemos siempre es diferente. Eso nos obliga a una búsqueda constante, pero es bueno para el cliente porque siempre encuentra cosas nuevas", explica Julio González, sumiller de cervezas en La Tape, un local de referencia en Malasaña. "Mucha gente entra en el bar y lo primero que hace es mirar la pizarra".
Para González, que vivió el 'boom' del vino en España hace 25 años, este fenómeno de la cerveza lleva el mismo camino. Los responsables de estos 'santuarios' tienen ahora una misión pedagógica ante la avalancha de estilos, sabores y mezclas que aparecen cada día en el mercado. El cliente tiene que venir con la mente abierta, dispuesto a probar, a dejarse sorprender y también a rascarse un poco más el bolsillo.
Media pinta cuesta entre 2,5 y 4 euros, en comparación con una caña que puede salir sobre 1,30. El precio de la cerveza artesana lo marcan los ingredientes, la cantidad y la calidad. También una elaboración especial. Algunas variedades se envejecen en barricas de roble, otras llevan dos o tres veces más cantidad de malta de lo normal, diferentes tipos de lúpulo o incluyen añadidos como chocolate, café, avellanas, maracuyá, etc. Las combinaciones son infinitas.

Eclosión de marcas

Además, los nuevos productores artesanos también impulsan este movimiento, pese a que la cuota de mercado apenas cubra un 1% de la cerveza que se consume en España. Naparbier, Sevebrau, Medina, Arriaca, Guineu, Agullons, La Quince... Etiquetas españolas que incluso empiezan a venderse en el extranjero. "En variedad y creatividad aquí se están haciendo productos que no tienen nada que envidiar a otros países. De nuestra Vanilla Black Velvet ya llegan botellas a EEUU, Italia y Países Bajos", asegura Jacobo Pérez, 'beer hunter' y alma máter de La Quince, una cervecera nómada con base en Madrid.
"La gente se identifica con los productos locales, auténticos, que no es otra cosa que volver al origen de la cerveza de verdad", apunta Iván Rodríguez, responsable de la Cervecería Baden Baden, una de las pioneras en la capital con 30 años de experiencia en el sector. El público aficionado a la cerveza artesana oscila entre los 30 y 40 años. También abunda la clientela extranjera. Gente viajera que se informa y se acerca a probar las cervezas locales de cada país. De hecho, existe una aplicación de móvil, 'Untappd drink socially', en la que se pueden buscar, además de otras cosas, 'birras' artesanas por países clasificadas en un ranking mediante las votaciones de los usuarios.
"Esto está en plena revolución y va a ir a más. Hay mucha demanda. Incluso las grandes marcas están sacando sus propias etiquetas artesanales", dice Saúl Hayón, responsable de Ecocerve, un distribuidor independiente con 26 años de bagaje en el mundillo. Según los expertos, Cataluña nos lleva cinco años de ventaja y con respecto a otros países estamos en pañales. En Reino Unido, por ejemplo, abre una micro-cervecería (fábrica artesana) cada dos días y el sector da trabajo a 800.000 personas. Sin embargo, aunque parezca un negocio fácil, requiere de unos cuidados especiales que no todos parecen dispuestos a asumir.

Higiene y temperatura

El 90% del tiempo los responsables de estos locales lo dedican a la higiene. "Nosotros limpiamos los circuitos después de cambiar cada barril. Eso la gente lo valora mucho", dice Julio González. Esta rutina resulta fundamental para evitar la contaminación. "Esta bebida es un producto vivo, no se pasteuriza, con lo cual hay que mantenerlo en unas condiciones de higiene y temperatura (por debajo de 18°) constantes para que el producto salga en perfectas condiciones", asevera Carlos Ávila, camarero especializado de La Tape.
Los entendidos aconsejan a quienes se aventuren en este mundillo pedir asesoramiento para evitar malos tragos. Los locales necesitan neveras para mantener fríos los barriles, a más grifos más espacio para enfriar. En La Tape tienen la razonable cifra de siete grifos, pero otros lugares como Tap Room, con 24 surtidores, tuvieron que habilitar un habitáculo especial en la planta baja. Claro que esto, como siempre, queda lejos de EE.UU, donde a finales de julio abrió sus puertas Raleigh Beer Garden, en Carolina del Norte, un local con 366 grifos.
Ahora todos quieren cerveza artesana y el mercadeo entre países constante. Con las botellas es fácil, pero la cerveza de grifo ya es otro cantar. "Ahora lo que se utiliza son los barriles Key Keg, que conservan perfectamente la 'birra' y encima son desechables, con lo que el productor ya no se tiene que preocupar porque le devuelvan el barril", argumenta Jacobo Pérez.
Por otra parte, hay que conocer el producto para orientar a los neófitos en este universo de la malta y el lúpulo, saber tirar la cerveza y servirla a su temperatura idónea. "En realidad, ninguna cerveza debería tomarse por debajo de los 4°. Una Lager, más fresca para esta época del año, se puede servir entre 4° o 5°, una doble IPA entre 7° u 8°. Si se sirve muy fría se pierden matices en nariz y en boca. Es como si echaras hielo en una copa de vino", mantiene Iván Rodríguez. Además, en barril el producto evoluciona mejor. Eso se nota y la gente lo pide, cada vez más.

Direcciones imprescindibles

-La Tape. San Bernardo, 88. 915 93 04 22. (Siete grifos). -Cervecería Baden Baden. Germán Pérez Carrasco 51. 91 408 37 14. (Siete grifos). -Tap Room. Guzmán El Bueno, 52. 91 870 99 20. (24 grifos). -Irreale. Manuela Malasaña, 20. 911 72 28 02. (12 grifos). -Fábrica Maravillas. Valverde, 29. 91 521 87 53. (Cinco grifos). -La Casa de la Cerveza. Luchana, 15. 91 006 02 67. (30 grifos) -El Pedal. Argumosa, 33. (Seis grifos). - El Cervecero de las Rozas. Avda. Comunidad de Madrid 41, Las Rozas. 910 117 191. (Tres grifos).

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