LAS MILICIAS UNIVERSITARIAS (General de División Rafael Dávila Álvarez)

Hace ahora dos años que, en la Hermandad Nacional de la Legión, presentaba el libro del escritor y académico Jesús López Medel ‹‹La milicia universitaria. Alféreces para la paz››, obra imprescindible para poder hablar desde una perspectiva entrañable e histórica de este fenómeno de las milicias universitarias tan desconocido como trascendente para la historia de nuestros ejércitos y de España.
Hemos escrito sobre el servicio militar obligatorio, la famosa mili, que en ocasiones echamos de menos, y parece justo que de la misma manera recordemos la valiosa y fructífera relación que, durante muchos años, tuvo la sociedad universitaria con sus ejércitos.


Desde la profesionalización de las Fuerzas Armadas mucho han cambiado las cosas, entre ellas la percepción que la sociedad civil tiene de sus ejércitos, cada vez más valorados. Como contrapunto, en mi opinión, los ciudadanos cada vez tienen una menor conciencia de defensa nacional y algunos problemas afloran en el horizonte. El deseo de muchos españoles de servir a su Patria desde sus ejércitos no puede quedar limitado al actual reservismo que no ha cubierto las expectativas y deja sin resolver el mandato constitucional (artículo 30), por el que cualquier español tiene el deber y el derecho de defender a España. Con ello nuestra Constitución persigue ese anhelo histórico de incorporar a todos los españoles a la común defensa y seguridad. Por ahora es simplemente un enunciado.
Servicio militar, por tanto, suspendido y no suprimido como alguno erróneamente cree y que ya expliqué en mi artículo: ‹‹Abuelo ¿qué es la mili››, publicado el pasado verano.

Quizá no hemos pensado en las enormes posibilidades de contar con profesionales de distintas materias y su utilidad en el campo de la Defensa. Deseo, lugar para ellos y materias hay en abundancia; faltan ideas y voluntad política. El actual reservismo es una de las muchas disposiciones que, para salir del paso y como consecuencia de la precipitación, introdujo el ministerio de defensa y que a nadie satisface.
El año 1942 se inicia la Milicia Universitaria (MU) en el Ejército de Tierra, Milicia Naval Universitaria (MNU) en la Armada y Milicia Aérea Universitaria (MAU) en el Ejército del Aire.También conocido como Instrucción Premilitar Superior (IPS), cambió su nombre por el de Instrucción Premilitar para la Formación de Oficiales y Suboficiales de Complemento (IMEC) en 1972 para posteriormente en 1991 denominarse SEFOCUMA hasta el año 2001 fecha de su desaparición. Nombres como Estrecho de Quinto (Tierz-Huesca), Seva (Vic-Barcelona),
Robledo (La Granja-Segovia), Los Castillejos (Reus-Tarragona), Santa Fe del Montseny (Gerona), Montejaque (Ronda-Málaga) o Las Navas (Zaragoza), todos campamentos universitarios, junto a las canciones como Margarita se llama mi amor… y tantas y tantas anécdotas, formaron parte del entorno universitario-militar de la sociedad española durante cerca de sesenta años.

Sus componentes rindieron un servicio que la Patria agradece y nunca debe olvidar. Y dejaron su tributo como héroes y caídos, como soldados españoles, entre los mejores. El primer caído de la Milicia Universitaria fue el alférez Miguel de la Mano Ruiz, nacido en Bilbao y caído el 8 de octubre de 1944 con el Batallón de Cazadores de Legazpi 23 en la guerra contra el maquis en el sector Aróstegui-Erice. Al caer herido su capitán, lo rescata, tomó el mando de su unidad y herido por una granada en el vientre y pierna derecha, se evacuó él solo mientras enardecía a sus soldados. Moriría a los pocos días en Pamplona. Tuvo una calle en Uribarri que la intransigencia y el desconocimiento borró.

Allí dejaron sus vidas Antonio Sánchez Barranco (Ifni-1957), Santiago Cristos Astray (Ifni 1957) y Juan Serrano Leite (Ifni 1958).
En combate o en el servicio diario, profesionales de las armas como sus compañeros de carrera, universitarios y soldados, españoles que amaron a España y la sirvieron con todas sus consecuencias.
Santiago Arizón Munte, artillero. Leopoldo garcía del Campo, asesinado por ETA siendo Coronel de Intervención.
Moisés Pallarés Pollina, y Miguel Bascones Alonso (MAU), o Fernando Merino Guardia son nombres de oro de las milicias universitarias a los que hay que añadir el de los magistrados Rafael Martínez Emperador y Francisco Tomás y Valiente también asesinados por la alimaña etarra.
Los caballeros aspirantes Manuel Vaca González, José Serrano Montero, Evaristo Cabezas Sánchez y Sebastián Gallardo murieron en acto de servicio.
Ahora que los Centros Universitarios la Defensa se introduce en la Universidad, no estaría de más que la Universidad se acercara de la misma forma a la Defensa, a sus ejércitos, desde dentro y no desde la alejada visión teórica o retórica. Que no deben estar alejadas y menos separadas las armas y las letras, tan necesarias unas para las otras y las otras para las unas.

Un buen ejemplo fueron las Milicias Universitarias.
¡Qué pena que no exista algo parecido y que olvidemos lo que tan buenos frutos dio a España!
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Con Fe y Voluntad
avanza hasta el fin
ni un solo paso atrás.
No admitas jamás
un imposible para ti.
No dejes que te venza
la inquietud,
pues todo se alcanza
cuando sabe combatir
con fe y con voluntad
la juventud. (Del himno del Campamento de Montseny)
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
Mi admirado y querido Maestro Antonio Burgos escribió, hace exactamente 18 años, un artículo antológico y muy burguiano que les dejo como cierre de este recuerdo a las Milicias Universitarias: ‹‹Alféreces de complemento en Montejaque››.
http://www.antonioburgos.com/memorias/1997/memoalferez.html
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