5 de Junio 2016
¡CENTINELA ALERTA!
¡Y decían que esta vez pensaban ahorrar en pólvoras y bastimentos! Aún no hemos alcanzado el día D hora H y ya están enzarzados. De momento no son más que rifirrafes, fuego cruzado, lo que en términos militares se conoce como “reconocimientos por el fuego” para localizar las posiciones del adversario antes de dar el combate principal.
Apoyado en su fusil, la mirada del soldado escruta el horizonte tratando de adivinar que se esconde detrás, por dónde vendrán los tiros. Se siente solo en su barbeta. Solo y descreído. Otros hablarán de sus miserias y de su grandeza, pero él sabe que nada se espera de él sino que esté dispuesto a sacrificase, a darlo todo. Sabe que a nadie le importa lo que piense o sienta, tan solo interesa su voto. Es su destino, ser llamado cuando no hay nada que ganar y si mucho que perder en el envite. Las campañas precedentes le han acostumbrado a observar que su industria solo se juega de saldo: a ver quien reduce más la mili ¡o la suprime! Hagamos demagogia: ¿Cañones o mantequilla?
Todo eso piensa el soldado veterano, curtido, viéndolas venir, cuando restalla una voz a sus espaldas: -¡Alerta el uno!- a lo que tensando músculos, alzando la mirada y la voz hechas de años y oficio, indefectiblemente responderá: -¡Alerta está!-
Adolfo Coloma
General de Brigada (R) del Ejercito
¡CENTINELA ALERTA!
¡Y decían que esta vez pensaban ahorrar en pólvoras y bastimentos! Aún no hemos alcanzado el día D hora H y ya están enzarzados. De momento no son más que rifirrafes, fuego cruzado, lo que en términos militares se conoce como “reconocimientos por el fuego” para localizar las posiciones del adversario antes de dar el combate principal.
Apoyado en su fusil, la mirada del soldado escruta el horizonte tratando de adivinar que se esconde detrás, por dónde vendrán los tiros. Se siente solo en su barbeta. Solo y descreído. Otros hablarán de sus miserias y de su grandeza, pero él sabe que nada se espera de él sino que esté dispuesto a sacrificase, a darlo todo. Sabe que a nadie le importa lo que piense o sienta, tan solo interesa su voto. Es su destino, ser llamado cuando no hay nada que ganar y si mucho que perder en el envite. Las campañas precedentes le han acostumbrado a observar que su industria solo se juega de saldo: a ver quien reduce más la mili ¡o la suprime! Hagamos demagogia: ¿Cañones o mantequilla?
Todo eso piensa el soldado veterano, curtido, viéndolas venir, cuando restalla una voz a sus espaldas: -¡Alerta el uno!- a lo que tensando músculos, alzando la mirada y la voz hechas de años y oficio, indefectiblemente responderá: -¡Alerta está!-
Adolfo Coloma
General de Brigada (R) del Ejercito
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