jueves, 9 de junio de 2016

La Policía, tras el nexo entre Podemos y la violencia de la extrema izquierda

 

Fuentes policiales aseguran que ‘si la relación del partido de Iglesias fuera con una sola casa ocupada, sería casualidad, pero es tan frecuente que es deliberado, una estrategia’.
Juan E. Pflüger
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La violencia de la extrema izquierda en las calles ha sido inversamente proporcional al aumento de la presencia de Podemos en las instituciones. Esta circunstancia no ha pasado desapercibida para el Grupo XXI de la Brigada Provincial de Información de Madrid –especializado en grupos violentos de la extrema izquierda-, que desde hace meses ha abierto una nueva vía de investigación que ya empieza a arrojar los primeros resultados. Entre ellos destaca el control que se está ejerciendo desde las casas ocupadas para frenar la violencia. Un control que coincide con la relación y presencia que miembros de podemos mantienen en las casas ocupadas.


Una fuente policial ha asegurado a Gaceta.es que si la relación del partido de Iglesias "fuera con una sola casa ocupada, sería casualidad, pero es tan frecuente que es deliberado, una estrategia”. También ha explicado que muchas de estas casas son centros en los que se concentran grupos radicales tradicionalmente violentos como las Brigadas Antifascistas, los Bukaneros –ultras radicales del Rayo Vallecano- o los miembros de Yesca, las juventudes de Izquierda Castellana, que habían protagonizado las principales protestas violentas en convocatorias como las marchas de la dignidad o los rodea el congreso.
Los agentes consultados coinciden en señalar que el control de las casas ocupadas es fundamental porque, además de las labores de coordinación de las protestas, son fundamentales como centros de financiación gracias a los conciertos que organizan –en los últimos meses ha habido hasta 4.000 asistentes en alguno- y porque son los centros de adoctrinamiento en los que se “organizan homenajes a terroristas de ETA o Grapo y se capta a los jóvenes que engrosarán sus filas”.
Del mismo modo que en Madrid el control de la actividad de los grupos violentos se está haciendo directamente por Podemos, en otros lugares son grupos similares, incluso en algunos casos sus denominadas convergencias. En Cataluña, las CUP son el referente para el empleo de la violencia o el control de la misma. La Policía lo tiene claro en las últimas acciones violentas que han tenido lugar en el barrio de Gracia en las protestas por el desalojo del denominado banco ocupado. Y también señala el uso político de estas protestas que han coincidido con el debate sobre los presupuestos en Cataluña, donde las CUP, un pequeño partido formado por antisistemas, no tiene otra manera de mostrar su fuerza que con este tipo de movilizaciones violentas. Para las fuentes policiales consultadas “un claro aviso de lo que pueden organizar”.
En Galicia, donde las denominadas Mareas cubren el espectro político de antisistemas e izquierda radical que Podemos representa en el resto de España, la presencia de miembros que pertenecieron a la extinta AMI (Assembleia da Mocidade Independentista) en los movimientos ocupas y radicales es constante.

El anarquismo, de capa caída

“Los GAC (Grupos Anarquistas Coordinados) copiaron el modelo de organización de la Cruz Negra Anarquista, pero tras un inicio preocupante por su eficacia y su mucha actividad, ahora están casi desaparecidos en España, tienen cierta presencia en Cataluña y Levante, pero en Madrid están disueltos. Así llegaron a trasmitirlo en sus foros de comunicación en internet”, aseguran expertos policiales de la Brigada de Información. Y es que la actuación policial, con el refrendo posterior de las sentencias judiciales, ha dejado muy dañada la capacidad terrorista y de movilización de este grupo anarquista, el más activo en los últimos años en España.
Se refieren a dos operaciones policiales que fueron bautizadas como “Piñata” e “ICE”. La primera se desarrolló entre los meses de marzo y junio de 2015 y tuvo dos fases que terminaron con casi cincuenta detenidos. La segunda tuvo lugar en noviembre y se detuvo a cinco personas entre las que se encuentran los acusados de atentar con explosivos en la Catedral de la Almudena.
Ahora, la tradicional enemistad entre las diferentes familias de la extrema izquierda parece calmada por el efecto de los denominados como “los políticos”, esos que la Policía sitúa en el entorno de Podemos. Ha descendido la violencia en la calle “porque no se pueden permitir el error de generar rechazo por el uso de la violencia. Por eso están dormidos, pero siguen organizados”, pero también han sido frenados los enfrentamientos internos entre trosquistas, mahositas, estalinistas,… “antes era suficiente con dejarles solos, ellos mismos se autodestruían en luchas internas, ahora son más peligrosos, empiezan a creerse la posible victoria política en unas elecciones y esperan el momento de volver a salir a la calle”, afirma otro agente. Y para evitarlo trabaja desde hace meses el Grupo XXI de la Brigada Provincial de Información de la Policía Nacional.  

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