jueves, 16 de junio de 2016

120 armas cortas, 8000 cartuchos… Así era la red por la que fue detenido Cao de Benós

 

También se encontraron un bolígrafo-pistolas, armas del sistema florbert del siglo XIX y una plantación de marihuana.


La Guardia Civil detuvo el pasado martes en su vivienda habitual a Alejandro Cao de Benós, que durante años se ha autoproclamado en los medios de comunicación como representante oficial de la dictadura de Corea del Norte en España y que ahora dice ser el Responsable norcoreano de Relaciones Culturales con Occidente. Era el contacto habitual de los periodistas que querían ir al país más hermático del mundo, al que defendía con vehemencia en sus apariciones televisivas.
Junto a él fueron arrestadas otras 12 personas, en una operación policial denominada Vulpes en la que, entre detenciones, registros y demás, los agentes han intervenido en 14 provincias españolas. Las autoridades judiciales creen que se han cometido un buen número de delitos, entre los que se incluyen tenencia ilícita de armas, depósito de armas y munición o tráfico de drogas.
El cabecilla de la organización residía en Murcia, e introducía ilegalmente las armas en el país a través de paquetes postales, las que al no estar registradas en las bases de datos nacionales podían ser desviadas al mercado negro con total impunidad. El resto de los detenidos -entre ellos estaría Cao de Benós- eran compradores de estas armas prohibidas. Algunos de estos compradores, incluso, las revendían en el mercado negro local obteniendo beneficios.
El modus operandi era sencillo. Se compraban en el extranjero armas detonadoras o de fogueo que no cumplían los estándares europeos de seguridad para evitar que fueran modificadas y utilizadas como armas de fuego completamente funcionales. Normalmente, utilizando internet. Y entonces se las manipulaba con la maquinaria precisa para que, efectivamente, pudieron tener la capacidad de disparar y efectuar fuego real.
Este tipo de proceder se encuentra en auge a nivel internacional, según explican fuentes de la Guardia Civil, debido al bajo precio al que se pueden adquirir estas armas detonadoras y a que para su compra no es necesario tener ningún tipo de permiso o licencia. Además de la relativa sencillez con la que pueden ser modificadas para su uso con fuego real. Es por ello que es una forma habitual de adquirir armas tanto de delincuentes comunes como grupos de crimen organizado.
En total, se han incautado 120 armas cortas (pistolas y revólveres), 3 armas de fuego artesanales, 7 silenciadores, 4 pistolas TASER (de descargas eléctricas), 8.000 cartuchos de diversos calibres (9 mm parabellum, 9 mm PAK, 38 SPL, 380 ACP, etc.), pólvora, abundantes piezas y accesorios para armas de fuego, herramientas y manuales para la manipulación y fabricación de armas de fuego, y varias placas de policía.
Durante los registros, los agentes se encotraron con algunas sorpresas. A uno de los detenidos se le incautó un bolígrafo-pistola y a otro armas del sistema flobert (primeros cartuchos de percusión anular en el mundo, diseñados y producidos en 1845). A otro se le encontró en su domicilio de Santa Perpetua de Mogoda (Barcelona) una plantación interior de marihuana con una veintena de plantas.

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