lunes, 27 de junio de 2016

GIBRALTAR ESPAÑOL! (General de Brigada Adolfo Coloma Contreras)


FOTO 1 vista aerea del El peñon de Gibraltar y el istmo usurpado por UKSorprende contemplar la poca difusión entre los medios que ha tenido la “incursión” protagonizada por un grupo de españoles que, hartos ya de estar hartos de que las conversaciones hispano-británicas no progresen y de que las Naciones Unidas tengan las descolonización de la colonia escrita en poco más que una barra de hielo; de forma más que testimonial han desplegado una enorme bandera de España en lo alto del Peñón de Gibraltar el pasado lunes 20 de este mes. Foto 2. Una bandera española sobre el peñon
Desde la modesta ventana al mundo que representa este blog hemos abordado la cuestión de Gibraltar, siempre reivindicando su españolidad, pero desde diferentes perspectivas, a través de las autorizadas plumas del General Chicharro, desde el punto de vista estratégico operativo y del General Dávila, desde el punto de vista histórico. No podríamos por menos que hacernos eco en este foro de la reciente acción llevada a cabo a título personal por un grupo de españoles que como tantos otros – yo diría que la mayoría – sienten muy vivamente la afrenta que representa esa posesión colonial, la única en esta Europa tan en cuestión. FOTO 3. Una de las 7 calles españolas con el nombre de  Gibraltar Español
No es baladí reflexionar sobre algunos aspectos que han rodeado esta acción. La fecha, por ejemplo. Dos días después de que el Primer ministro del Reino Unido anunciase su visita a Gibraltar, inoportuna desde cualquier punto de vista aun cuando el Sr. Cameron lo hiciera con el propósito de contribuir al “in” ante el difícil referéndum en el que él mismo se había metido consultando a los ciudadanos del Reino Unido la conveniencia o no de que su país permanezca en la Unión Europea. Dos premieres británicos lo habían hecho con anterioridad. Winston Churchill en 1942, en plena Guerra Mundial. Harold Wilson en 1969. A pesar de las “cordiales relaciones entre España y el Reino Unido” estas visitas son extremadamente sensibles para los españoles para ambas partes. El Sr. Cameron, lo sabía, como conocía desde luego la masiva intención de voto de los gibraltareños ¿A qué entonces ir a remover un verano más el avispero? FOTO 4. visita de Cameron a gibraltar (Foto Reuters para el mundo)
Tampoco hay que remontarse a las visitas de los premieres británicos para entender el daño innecesario que causan a los españoles. A finales de Julio de 1981, Carlos de Inglaterra, príncipe de Gales, contraía matrimonio con la mal lograda Lady Diana. El mundo se rindió a sus pies y ellos que podían haber escogido cualquier puerto británico, de la Commonwealth, e incluso del mundo para iniciar su luna de miel, se les ocurrió hacerlo desde Gibraltar. ¡Vaya por Dios! Aquello nos dolió tanto a todos los españoles  provocó un gallardo gesto de quien a todos nos representaba. SM el Rey Juan Carlos, declinó su asistencia a la boda y los fastos de ambos personajes.
Me llegan, por otra parte ecos de la formación y experiencia militar de los autores de la incursión en torno a la boina verde. Ya se sabe: Planeamiento detallado y ejecución decidida y rápida, contando con la sorpresa a su favor. Inteligencia actualizada y utilización ajustada del tiempo y el espacio. Dispersión en la infiltración. Coordinación en la concentración. De alguna manera, por el fondo y por la forma del gesto, se siente uno vinculado a ellos. No puedo disimular mi simpatía hacia este grupo sea cual sea su orientación política. Los hemos instruido, no solo en las técnicas específicas de operaciones especiales, sino en el amor a España, al compromiso con ella. A ese “Todo por la patria” que este grupo de españoles, hartos ya de estar hartos han interpretado a su manera.
Tal vez sea una salida de tono y muy posiblemente hayan complicado las cosas al gobierno de turno con esta acción que, “sorpasando” la mera retórica y el buenismo de las declaraciones oficiales – que no protestas-  han hecho brotar las llamas insuflando aire fresco sobre las cenizas del recuerdo de esa permanente reivindicación.
No es fácil darles a estos chicos la razón desde la propia razón. Pero, como dijo el clásico, el corazón tiene razones que a veces la propia razón no es capaz de entender. Solo así se explican actitudes fuera de guión, ajenas a toda diplomacia mesurada y cordial que en un momento dado, harto ya de estar harto de escuchar improperios contra nuestros compatriotas hizo saltar a quien nos representa a todos los españoles con aquel sonoro y rotundo “¿Por qué no te callas?” de tan feliz recuerdo.
No fue esta vez al alba, sino cuando el sol calentaba de lo lindo la roca del peñón. Tampoco soplaba sobre el estrecho ese recio viento de levante. Incluso puede que en esta ocasión la legalidad no estuviera completamente del lado de los siete intrépidos reivindicadores, si es que desplegar una bandera de un país de la Unión Europea en territorio de la propia Unión puede considerarse un delito, lo que también es muy discutible. Pero la legitimidad es otra cosa. La legitimidad también tiene que ver con las leyes y normas “que nos hemos dado” incluidas las resoluciones del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General de las Naciones Unidas que nuestros amigos británicos se pasan por el estrecho, mejor controlado, guardado y asegurado por la Armada Española con la necesaria colaboración de la artillería de costa, que puntualmente desde la roca, por más que se empeñen sus colonizadores en lo contrario.
De éxito debería considerarse el conjunto de la operación. Claro que hay que lamentar que el grupo se dejara a uno de los suyos como codiciada presa de la Royal  Gibraltar Police. Fue el precio de la empresa que seguro, uno a uno tenían asumido. Pero no lo dejaron solo sus compañeros. Le enviaron a un abogado en ejercicio para que con su presencia y actuación recibiera el detenido las garantías procesales vigentes en cualquier país de la Unión Europea. No parece que fue así la cosa ya que ambos sufrieron un trato vejatorio mucho más allá del infamante crimen cometido o de la peligrosidad de tan réprobos criminales. Cuando finalizo estas líneas acabo de saber que finalmente el detenido, Nacho Mínguez ha sido liberado por las autoridades gibraltareñas y ya está camino de casa. Bien!!! Quiero creer que la presión diplomática española ha jugado su papel.
Pero insisto, chicos. Es difícil daros la razón cuando habéis transgredido la legalidad vigente, pasando por el arco de entrada en la roca una bandera de España de dimensiones descomunales para exponer sobre la propia piel del Peñón el sentimiento de tantos y tantos españoles. Hay que seguir los cauces, en términos militares, las órdenes. De lo contrario os exponéis a pasar a la historia como Los Capitanes de Artillería Daoiz y Velarde y el Teniente de Infantería Jacinto Ruiz Mendoza que desobedeciendo las órdenes de la Junta de Madrid y de las autoridades militares alzaron contra las tropas de un país aliado. Vaya, lo que vino siendo la guerra de Independencia
Aún así, personalmente como español tengo que agradeceros vuestro gesto muchachos. Habéis escrito con vuestra acción lo que el gran Francisco Quevedo hizo con su pluma:
No he de callar por más que con el dedo,
ya tocando la boca o ya la frente,
silencio avises o amenaces miedo.

FOTO 5. la bandera de españa sobre el Peñon vista a 3 kms de distancia
¡¡¡Gibraltar español!!!

Adolfo Coloma
General de Brigada (R) del Ejército.

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