jueves, 23 de junio de 2016

El Tte. Coronel Noreña y la Ley de la memoria histórica. (General de División Juan Mateo Castañeyra)

 

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Calle del TCOL. Noreña en Madrid
He leído la lista con los 256 nombres de calles de Madrid que pueden ser afectados por la llamada Ley de la memoria histórica. Ley que tanto ha contribuido a separar más a los españoles, en una época en que la unidad es tan necesaria para hacer frente a la crisis económica y al auge de los separatismos. Una ley de este tipo se puede hacer de dos formas: bien, sirviendo para reconciliar y unir y mal, sirviendo para desunir y enfrentar. Se eligió la segunda forma, y me temo que no fue inconscientemente.
Entre esos nombres figuran los de numerosos militares, la mayor parte de ellos condecorados con la Cruz Laureada de San Fernando, muchos de ellos obtenida a título póstumo. No voy aquí a reivindicar la memoria de los Muñoz Grandes, los Moscardó, los Varela, los Dávila, los Millán Astray, los Alonso Vega, los Asensio Cabanillas, los Yagüe, los Ponte Anido o la de otros muchos ilustres soldados del Ejército Español; necesitaría un libro para hacerlo.
Pero si quiero señalar, que la medida podrá ser legal y lo será sin duda; pero también será en muchísimos casos injusta y sobretodo, es en todos los casos doblemente inútil; primero, porque los que respetábamos su memoria, la seguiremos respetando con calles o sin ellas y los que no lo hacían por sectarismo o ignorancia, seguirán igual que antes; y segundo, porque las leyes pueden alterar el relato, pero no la realidad de los hechos. Al final, lo veamos o no, la verdad siempre resurge.
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A los Muertos de la División Azul
Hacer notar, eso sí, aunque sólo sea de pasada, que el Capitán General Muñoz Grandes, sólo por el hecho de haber mandado la División Azul, unidad que combatió al lado del Ejército Alemán, que no Nazi, contra la mayor tiranía que ha existido en el siglo XX, merecería el reconocimiento de los españoles; como lo demuestra el hecho de que fuera condecorado por los gobiernos de los EEUU, de Francia y de la República Federal Alemana.
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Alcázar de Toledo. Resistió
Y que el General Moscardó y el Capitán Cortés, como jefes de la defensa delAlcázar de Toledo y del Santuario de Sta. María de la cabeza, fueron protagonistas de hazañas heroicas cuya fama traspasaron las barreras del tiempo y de las fronteras .Y pasaran los años; y de la memoria colectiva podrán desaparecer junto con las pasiones que los movieron, los motivos de unos y otros contendientes; pero siempre perdurarán, para ejemplo de todos, los hechos heroicos De la misma manera que hoy admiramos a los defensores de Sagunto o de Numancia, sin que muchos sepan quiénes eran unos y otros.
Por eso, a pesar de los silencios y ocultaciones de los últimos años, muchos extranjeros que visitan Toledo, siguen preguntando por el Alcázar. En ese sentido, siendo Director de laAcademia de Infantería, recibí la visita del entonces Pte. de Venezuela Hugo Chávez acompañado por el ministro Bono. Nada más bajarse del helicóptero que había aterrizado en la explanada de la Academia, señalando la fortaleza, dijo: ¡el heroico Alcázar!, amigo Bono.
De esos militares que figuran en la lista, hoy quiero rendir un modesto homenaje a uno de ellos, a un soldado ejemplar; que no participó en la sublevación ni en la guerra civil y que sin embargo fue fusilado. Se trata del Teniente Coronel de Estado Mayor D. Carlos Noreña Echevarría.
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Santa María de la Cabeza. Resistió.
El Tte. Coronel Noreña era un prestigioso militar que había prestado importantes servicios a España, tanto de combate, como en trabajos de Estado Mayor. Después de numerosos destinos en Marruecos y en la Península, en Julio de 1936 se encontraba en Madrid. Tenía 47 años cuando se produce la sublevación y no participa en la misma, a pesar de lo cual es encarcelado. Se le conmina por el General Miaja, a que organice el EM de la Primera División Orgánica, a lo que se niega, porque sus convicciones morales le impiden hacer armas contra sus compañeros y servir a un gobierno que persigue a la Iglesia. Se le ofrece la libertad y el ascenso al empleo superior, a cambio de sus servicios, pero lo rechaza igualmente. Es condenado a muerte y recibe numerosas presiones para que deponga su actitud a cambio de su libertad; estando ya en capilla, es el propio Azaña el que se la ofrece, si se une a los republicanos. Interviene incluso para mediar el Gobierno francés, pues Noreña es diplomado de la Escuela de Guerra de ese Ejército y además está en posesión de la Legión de Honor; solicitan igualmente su indulto numerosos países sudamericanos. A todos contesta: “cómo voy a poder mirar a los ojos a mis hijos, si saben que he renunciado a mis convicciones para salvar la vida”. Al final es fusilado el 14 de octubre de 1936.
La noche antes de morir, escribió sendas cartas a su mujer y a sus hijos. Dichas cartas, que se conservan en la Escuela de Guerra del Ejército son las siguientes:
Queridísimos hijos: unas letras para despedirme de vosotros antes de presentarme a Dios, Supremo Juez. Os encargo que cuidéis, queráis y respetéis a vuestra madre, que es una santa y que tanto ha sufrido por vosotros y por mí. Muero contento y orgulloso como cristiano y como español y con la satisfacción de dejaros un nombre inmaculado. Mis últimas palabras serán, viva Cristo y viva España. Un abrazo muy fuerte con todo el corazón de vuestro padre. Carlos Noreña.
PD Carlitos, sé que eres un hombre. Que Dios os bendiga.
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Plaza de la Lealtad. Monumento al soldado desconocido
Queridísima Blanca: aunque he tenido el consuelo de verte en mis últimos momentos, quiero escribirte también estas líneas de recuerdo. Dejo a mis hijos como mi más preciada herencia, la fe católica, en la que he vivido y quiero morir. Cuídate para que puedas cuidar de nuestros hijos. Perdono a mis enemigos, incluso a los que hayan de fusilarme, y te pido me perdones lo que te haya hecho sufrir porque eres una santa. Un abrazo con todo el corazón y el cariño de tu Carlos.
El Teniente Coronel Noreña podía haberse unido a los republicanos y después en cualquier ocasión pasarse a los nacionales. Le hubiera resultado muy fácil, desde los importantes cargos que hubiera ocupado. Su sentido del honor y de la lealtad se lo impidieron. Quería dejar a sus hijos un nombre inmaculado y no hay duda de que lo logró.
Cuando al General Vicente Rojo le preguntó el historiador George Wills a qué personaje admiraba más entre los de la guerra civil, dijo después de meditarlo, al Teniente Coronel Noreña.
Del ejemplo de este hombre quieren privarnos a los españoles, quitándole su nombre a una calle. No lo conseguirán.
Juan Miguel Mateo Castañeyra
General de División (r)

1 comentario:

  1. El ejemplo y la historia del teniente coronel Noreña, consta en el libro LUZ PARA EL OLVIDO, del que soy autora. Junto al de mi padre el capitan médico Luis Maria Alonso Alonso, que fue fusilado en Paracuellos, por no pr4estar sus servicios al Gobierno. Lo mismo que el ejemplo del cornel Pareja.

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