Casi cien mil soldados, gendarmes, policías y agentes privados engrosan un dispositivo de seguridad sin precedentes
La seguridad de la Euro 2016, en París y otras nueve grandes ciudades de provincias, estará asegurada por un dispositivo policial y militar excepcional, en el que participarán entre 90.000 y 100.000 soldados, gendarmes, antidisturbios, policías y agentes de la seguridad nacional y privada.
Una célula de seguimiento y análisis de los riesgos funcionará las 24 horas del día en el Ministerio del Interior, coordinando el conjunto del dispositivo, en las inmediaciones de diez campos de fútbol, en toda la geografía nacional, en los aeropuertos, estaciones de ferrocarril y transportes públicos por donde circularán varios millares de turistas, visitantes y aficionados de toda Europa y la cuenca mediterránea.
Más de 10.000 soldados, y unos 42.000 policías, 30.000 gendarmes, 5.200 agentes de la seguridad civil y 13.000 agentes de la seguridad privada trabajarán coordinados por los equipos especiales del Ministerio del Interior, donde funcionará las 24 horas del día una célula de análisis de riesgos, analizando en tiempo real las informaciones llegadas de todos los canales del espionaje nacional e internacional.
En París, el dispositivo de seguridad tendrá dimensiones especiales y excepcionales. Los partidos jugados en los dos campos de fútbol de la capital, el Parque de los Príncipes y el Estadio de Francia, deberán atraer a más de 2,5 millones de espectadores, a los que se sumará otra cifra incalculable de aficionados que seguirán los partidos en la calle, en zonas especialmente creadas para los hinchas. La seguridad de las zonas especiales para aficionados de muy diverso origen han sido objeto de un debate y análisis técnico que se ha prolongado durante varios meses, hasta concertar unas medidas de seguridad nunca vistas.
Una vez dentro de las zonas acotadas, los aficionados estarán vigilados en todo momento por equipos especiales. En la zona de la Torre Eiffel habrá unos 700 agentes especializados en la seguridad callejera, fuertemente armados. Antes de llegar a los campos de fútbol, los aficionados estarán sometidos a medidas de seguridad igualmente excepcionales, en las inmediaciones de los estadios y en los transportes públicos.
En París, en el Parque de los Príncipes, antes de llegar a las cinco entradas oficiales, los aficionados tendrán que atravesar veinticinco puntos de control y eventual cacheo. En el Estadio de Francia –donde se produjo uno de los atentados terroristas de noviembre pasado– será necesario atravesar ocho zonas de filtro previo antes de llegar a las cinco entradas principales. En los campos de fútbol del resto de las nueve grandes ciudades donde se jugarán partidos de la Eurocopa, las medidas serán muy similares.
En aeropuertos y estaciones de ferrocarril, unidades militares ya patrullan a todas horas con carácter disuasivo. En las inmediaciones de los campos de fútbol los estacionamientos públicos y privados estarán cerrados, sometidos a una vigilancia estricta de manera permanente. La circulación de vehículos privados estará sometida a un control muy estricto, en un perímetro geográfico debidamente acordonado por las fuerzas de seguridad del Estado.
Desde el Ministerio del Interior, la célula de análisis de los riesgos evaluará en todo momento los datos de muy distinta procedencia: información de naturaleza antiterrorista, ofrecida por el contraespionaje militar; e información suburbana, ya que en Francia hay unas 780 zonas «sensibles», que Manuel Valls, primer ministro, calificó en su día como zonas de «apartheid», potencialmente inflamables durante la celebración del torneo.
Una célula de seguimiento y análisis de los riesgos funcionará las 24 horas del día en el Ministerio del Interior, coordinando el conjunto del dispositivo, en las inmediaciones de diez campos de fútbol, en toda la geografía nacional, en los aeropuertos, estaciones de ferrocarril y transportes públicos por donde circularán varios millares de turistas, visitantes y aficionados de toda Europa y la cuenca mediterránea.
Más de 10.000 soldados, y unos 42.000 policías, 30.000 gendarmes, 5.200 agentes de la seguridad civil y 13.000 agentes de la seguridad privada trabajarán coordinados por los equipos especiales del Ministerio del Interior, donde funcionará las 24 horas del día una célula de análisis de riesgos, analizando en tiempo real las informaciones llegadas de todos los canales del espionaje nacional e internacional.
En París, el dispositivo de seguridad tendrá dimensiones especiales y excepcionales. Los partidos jugados en los dos campos de fútbol de la capital, el Parque de los Príncipes y el Estadio de Francia, deberán atraer a más de 2,5 millones de espectadores, a los que se sumará otra cifra incalculable de aficionados que seguirán los partidos en la calle, en zonas especialmente creadas para los hinchas. La seguridad de las zonas especiales para aficionados de muy diverso origen han sido objeto de un debate y análisis técnico que se ha prolongado durante varios meses, hasta concertar unas medidas de seguridad nunca vistas.
Cacheos sistemáticos
En París, como en el resto de los campos de fútbol de Francia y, en particular, en todas las zonas de acceso público para los aficionados, el dispositivo de seguridad tiene proporciones «disuasivas». En la zona de la Torre Eiffel, donde se han instalado pantallas gigantes en zonas especiales, se esperan más de 90.000 aficionados, que deberán atravesar dieciséis puntos de filtro y chequeo sistemático, antes de poder acceder al espacio público donde se han instalado las pantallas. El filtro de las entradas estará acompañado de cacheos.Una vez dentro de las zonas acotadas, los aficionados estarán vigilados en todo momento por equipos especiales. En la zona de la Torre Eiffel habrá unos 700 agentes especializados en la seguridad callejera, fuertemente armados. Antes de llegar a los campos de fútbol, los aficionados estarán sometidos a medidas de seguridad igualmente excepcionales, en las inmediaciones de los estadios y en los transportes públicos.
En París, en el Parque de los Príncipes, antes de llegar a las cinco entradas oficiales, los aficionados tendrán que atravesar veinticinco puntos de control y eventual cacheo. En el Estadio de Francia –donde se produjo uno de los atentados terroristas de noviembre pasado– será necesario atravesar ocho zonas de filtro previo antes de llegar a las cinco entradas principales. En los campos de fútbol del resto de las nueve grandes ciudades donde se jugarán partidos de la Eurocopa, las medidas serán muy similares.
En aeropuertos y estaciones de ferrocarril, unidades militares ya patrullan a todas horas con carácter disuasivo. En las inmediaciones de los campos de fútbol los estacionamientos públicos y privados estarán cerrados, sometidos a una vigilancia estricta de manera permanente. La circulación de vehículos privados estará sometida a un control muy estricto, en un perímetro geográfico debidamente acordonado por las fuerzas de seguridad del Estado.
Desde el Ministerio del Interior, la célula de análisis de los riesgos evaluará en todo momento los datos de muy distinta procedencia: información de naturaleza antiterrorista, ofrecida por el contraespionaje militar; e información suburbana, ya que en Francia hay unas 780 zonas «sensibles», que Manuel Valls, primer ministro, calificó en su día como zonas de «apartheid», potencialmente inflamables durante la celebración del torneo.
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