lunes, 6 de julio de 2015

MILITARES ESPAÑOLES EN CENTRO AMERICA


image1 (1)Verificar el cese de la ayuda a fuerzas irregulares y movimientos insurreccionales era el mandato o misión de los observadores militares de las NNUU en Centroamérica. Fuentes de Inteligencia informaban que mediante el uso de barcos y embarcaciones se trasladaban a través de las aguas del Golfo de Fonseca armas y pertrechos al Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional, de El Salvador, procedentes esencialmente desde Nicaragua. Verificar este hecho entraba de lleno entre los cometidos de ONUCA. Posibilitar esta acción requería el empleo de barcos de pequeño calado y embarcaciones neumáticas tipo “zodiac”, medios de los que carecía en un principio ONUCA. Digo en un principio porque no pasaron más de tres meses y ya se encontraban listas para operar cuatro patrulleras que proporcionó la Armada Argentina y un Centro de Verificación Naval constituido esencialmente por infantes de marina españoles. Se ubicaron en la localidad de San Lorenzo en la costa hondureña del citado Golfo de Fonseca.image1
En efecto, el impulso razonado del General español ante las NNUU y las gestiones de todo tipo de la oficina de enlace naval de su Estado Mayor hicieron posible lo que parecía imposible apenas tres meses antes.
Se hicieron coordinaciones previas con las Armadas respectivas de los tres países, El Salvador, Honduras y Nicaragua; se buscó y encontró una base propicia para las patrulleras como ya se ha dicho en San Lorenzo, Honduras; se localizó y contrató un operador logístico/suministrador de combustible, algo nada sencillo por aquellos lares, y se reconoció ampliamente la que iba a ser la zona de operaciones en el inmediato futuro. Sin duda una ingente labor.
Cuando el Almirante Molina Pico de la Armada argentina en una visita de inspección, previa a la llegada de los barcos, mostró su satisfacción por lo que había visto, se quedó demudado cuando al querer felicitar al equipo naval del EM del General Quesada constató que el equipo citado constaba de dos personas. Dos infantes de marina españoles. ON3 001
Y comenzaron las operaciones.
Desde la oficina naval del EM en Tegucigalpa se transmitían Directivas de actuación al Centro de Verificación y aquí se ejecutaban. Salían a la mar los patrulleros en los que embarcaban los infantes de marina, se interceptaban los buques sospechosos y se reconocían para verificar que no transportaban ni armas ni municiones.
Así, un día tras otro y durante un largo periodo de tiempo, estas aguas del Océano Pacífico volvían a ser navegadas por españoles; en efecto navegar por el Golfo de Fonseca y sus aledaños revestía una especial significación para aquellos españoles conocedores de la historia ; estas aguas fueron descubiertas para Occidente hace 400 años por el piloto mayor Andrés Niño en la expedición del Capitán Gil González de Ávila y llevan el nombre del Obispo Fonseca en la época Presidente del Consejo de Indias.
El Golfo es amplio pero su contacto con la costa está repleto de extensos y profundos manglares donde la navegación se hace peligrosa y sólo es posible la incursión por los mismos en embarcaciones neumáticas. La aproximación se hacía en los patrulleros y cuando no era posible un mayor acercamiento nuestros infantes de marina utilizando los botes neumáticos se adentraban en la profundidad de la selva acuática a la búsqueda de posibles transgresores respecto al comercio y contrabando de armas. Era una navegación en la que había que poner todos los sentidos por muchos motivos, entre otros por la existencia de grandes cocodrilos cuya aparición se producía en algunas ocasiones de forma repentina con el consiguiente susto. Muchas veces la cooperación de los lugareños conocedores de la zona era y fue vital para el desempeño de los cometidos asignados.
ON2 001No se puede decir que en el transcurso de las operaciones se llegarán a localizar alijos de importancia pero si es cierto que el flujo de armas y pertrechos hacia la guerrilla salvadoreña se interrumpió notablemente por lo que cabe pensar que la misión fue un éxito; sin duda debido también a la colaboración de las Armadas de los tres países colindantes. El contacto mantenido en la base naval de La Unión con marinos de El Salvador, en la de la isla de Amapala con los hondureños y en la de Corinto con los nicaragüenses fue permanente y provechoso.
Y al hilo de esto quiero expresar que en el transcurso de la misión que ONUCA desempeñó en todo el territorio centroamericano la colaboración de todas las partes implicadas en la resolución del conflicto fue siempre impecable. Fueron muchos los Km,s. recorridos por tierra, mar y aire durante todo un año lo que nos propició un conocimiento bastante cercano de los pobladores de esos maravillosos países. Son muchos los tópicos al uso cuando se habla de la percepción que allí se tiene de España y los españoles. Yo sólo puedo decir que siempre me sentí en mi propia casa de lo bien que éramos recibidos; y siempre fue un sentimiento recíproco. Aprendimos a valorar y querer a sus habitantes; y mucho.
Cuando llegamos en 1989 la guerra era señal identitaria pero cuando nos fuimos el panorama era otro bien distinto, si bien cierto es que las causas de los conflictos que allí se dieron siguen larvadas; sin duda, pues no son otras que las derivadas de la pobreza de una gran parte de su población consecuencia de un anómalo reparto de la riqueza dando origen a injusticias sociales evidentes.image1 (2)
Después de permanecer en ese territorio durante un año completo el grupo de militares en el que me encontraba fue relevado por otro que continuó con la misión impuesta por las NNUU. Y aún más tarde otro numeroso grupo de militares españoles se trasladó a El Salvador para propiciar el fin de la guerra aun latente en ese país. Esa ya fue otra misión: ONUSAL.
General de División Infantería de Marina (R) Juan Chicharro Ortega

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