domingo, 19 de julio de 2015

La misión cumplida del capitán Gras

España

Día 20/07/2015 - 03.32h

Pese a haber sufrido la amputación de una pierna, este militar vuelve a Afganistán

«Feliz». Así se siente ahora el capitán Agustín Gras, quien, tras perder un pie y treinta centímetros de la pierna izquierda en Afganistán hace cuatro años, ha vuelto a la misión militar de España en este país centroasiático. Su historia de superación comenzó aquel fatídico 18 de junio de 2011, cuando un artefacto explosivo improvisado -los temidos IED en el argot militar inglés- estalló al paso de su vehículo blindado «Lince» en la peligrosa Ruta Lithium, a la altura de la aldea de Gheirasuri. Otros tres compañeros y un intérprete civil resultaron heridos; la conductora, Jenyfer García López, también sufrió la amputación de una pierna.
Para Gras, con el que hablamos en conversación telefónica, se cierra así un círculo vital, pero, sobre todo, profesional con su batallón, «Fuerteventura»: «Conseguir estar hoy con ellos ha sido un proceso muy largo, no exento de trabajo, sudor y desgaste personal. Recuerdo que sonreí como un niño cuando pude observar desde la ventanilla del avión las montañas tan características de este país. A pesar de haberme dejado una parte de mi cuerpo aquí, siempre recordaré con cariño mi anterior estancia en Afganistán, ya que, sin duda, ha sido mi mejor experiencia de mando. Una vez en tierra, sentí una profunda emoción al reencontrarme con mis compañeros».
En su nueva misión en la base de Herat (noroeste de Afganistán) desempeña el puesto de coordinador de intérpretes del Grupo Táctico de Protección de la Fuerza y ayudante del oficial de asuntos públicos. Hasta aquí el camino no fue fácil. Duras jornadas de rehabilitación, de gimnasio, de adaptación a esa otra nueva pierna... una prótesis Variflex XC. Una nueva vida, pero con el convencimiento de que quería seguir siendo un militar en activo.
Pero su lucha no solo fue física, también legal, para cambiar su condición de «mutilado transtibial» y de «retiro por inutilidad permanente para el servicio», o, al menos, que ello no le impidiera ser «miembro de la fuerza» con su batallón, en Zona de Operaciones o en el mismo acuartelamiento «Puerto del Rosario» de Fuerteventura: con la anterior normativa el entonces teniente Gras, ahora capitán honorífico, no podría volver a Afganistán ni formar parte del contingente Aspfor XXXVII.

Ayudar a otros militares

Todo eso cambió gracias al «caso Gras», cuya petición fue recogida por la entonces ministra de Defensa, Carme Chacón, que impulsó una orden para regular la reincorporación al Ejército de militares heridos y mutilados en acto de servicio en el exterior, orden que finalmente vio la luz con el actual ministro, Pedro Morenés (marzo de 2012); quien, posteriormente, modificó la vinculación honorífica con las Fuerzas Armadas del personal que pasa a situación de retiro por incapacidad permanente en acto de servicio y en especiales circunstancias (reforma de la Ley de la Carrera Militar aprobada el pasado mes).
Esta vinculación honorífica comprende la adscripción del militar interesado a una unidad de su elección y, en su caso, la concesión de sucesivos empleos con carácter honorífico. «Espero haber conseguido abrir la brecha para que otros militares en mi situación (y yo mismo en el futuro) puedan participar en operaciones en el exterior, siempre que su situación física sea compatible con el puesto táctico a desempeñar y que el Mando lo estime oportuno», asegura..
Nada de eso importa. El capitán Gras es ahora un militar que ha visto cumplido su sueño: volver a ser desplegado con su batallón. Aunque él subraya que «no es una decisión personal»: «En octubre, el batallón “Fuerteventura” recibió la orden de generación para desplegar en Afganistán, y como militar que soy (porque, con independencia de que esté retirado o en servicio activo, un militar siempre es un militar, aunque algunos piensen lo contrario), sólo pretendía acompañar a mi batallón y seguir ejerciendo mi puesto táctico en zona de operaciones del mismo modo que llevaba dos años (desde que me reincorporé como «militar adscrito en especiales circunstancias») haciendo en Territorio Nacional». Es decir, no quiso perder la oportunidad de volver a Afganistán.

Aniversario del ataque

«Siempre me quedó la espina de no poder completar mi misión en el año 2011, al tener que ser evacuado como consecuencia de las heridas sufridas. Sin lugar a dudas, cumplir el cuarto aniversario del ataque en el mismo país en que este tuvo lugar, y junto a mis compañeros del batallón, ha supuesto para mí una victoria y una gran satisfacción». La misión finalmente cumplida del capitán Gras.

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