¡Viva Espana! (Pobres Grecia, Túnez y Egipto)
“¡Viva Espana!”, chilló un titular hace un par de semanas en la página web del Daily Mail de Londres, el periódico en inglés más leído del mundo en su edición digital. Sorprendente, semejante expresión festiva en el medio que con más entusiasmo articula la xenofobia y el antieuropeísmo de la clase media conservadora de Reino Unido.
Pero la xenofobia es relativa y el Mail, pese a sus limitaciones en el manejo de la lengua de Cervantes, distingue entre España y otros países castigados con la mala fortuna de estar situados al otro lado de la Mancha, países como Grecia, Túnez o Egipto.
Lo que celebraba el Mail con aquel titular era que los españoles estaban sacando provecho de las desgracias ocasionadas por Merkel, Tsipras y el terrorismo islamista. Según este medio, no siempre muy confiable, miles de británicos que habían pensado en tomarse vacaciones este año en las playas griegas, egipcias o tunecinas han optado por una alternativa más segura y clásica: “Siesta and fiesta” bajo el sol español.
Esta vez el Mail acertó. Los datos que maneja el Gobierno español, la Embajada británica en Madrid y los operadores de viajes de Reino Unido demuestran la brutal realidad de que la catástrofe económica griega y los ataques asesinos contra turistas occidentales en Túnez y Egipto han resultado en mayores ingresos para los españoles. No solo el número de vuelos y de visitantes de Reino Unido ha aumentado este año en comparación con 2014, sino también, en un 7,4%, el dinero gastado por los visitantes de las islas, que son la cuarta parte del turismo extranjero en España. Los turoperadores confirman el desvío de clientes de los países mediterráneos más convulsos hacia España. Señal de ello, según la Embajada británica, es que los aeropuertos con vuelos directos de Reino Unido a España ha pasado de 26 en 2014 a 30 este año.
“Claramente, la fuerza de la libra esterlina y la relativa seguridad que ofrece España está animando a incluso más británicos a venir a España este año”, declaró el jueves a EL PAÍS el embajador británico, Simon Manley. Agregó Manley que la venta de casas españolas a británicos también había subido en 2015, consolidando un fenómeno arraigado: España no es solo el país extranjero más visitado por los británicos sino, de lejos, en el que invierten más en propiedad inmobiliaria.
Como si el romance de los británicos con España no fuese ya lo bastante fogoso, tanto el embajador Manley como la prensa londinense parecen empeñados en hacer aún más propaganda al turismo español. En sus declaraciones a este diario, Manley celebró en plan casi lírico “la belleza natural, la riqueza histórica, la espléndida gastronomía y el clima” que hacían que España fuese el destino vacacional “número uno” de sus compatriotas. El Mail ha hecho lo suyo con su ¡viva España!, pero también se ha sumado otro gran diario conservador, el Daily Telegraph, que este mes publicó un artículo titulado “Cinco razones por las cuales España sigue siendo el destino veraniego perfecto”. Dos de ellas eran que España “lo tiene todo”, y ofrece “algo para todos”; las otras tres, la disponibilidad de hospedaje, los precios asequibles y la cercanía geográfica.
A esto podemos agregar que España sigue siendo un país donde la crisis económica no ha sumido a toda la sociedad en el caos y uno puede irse a la playa sin temor a que un fanático lo despedace con un AK-47. Mientras dure la buena siesta, la fiesta no acabará.
Pero la xenofobia es relativa y el Mail, pese a sus limitaciones en el manejo de la lengua de Cervantes, distingue entre España y otros países castigados con la mala fortuna de estar situados al otro lado de la Mancha, países como Grecia, Túnez o Egipto.
Lo que celebraba el Mail con aquel titular era que los españoles estaban sacando provecho de las desgracias ocasionadas por Merkel, Tsipras y el terrorismo islamista. Según este medio, no siempre muy confiable, miles de británicos que habían pensado en tomarse vacaciones este año en las playas griegas, egipcias o tunecinas han optado por una alternativa más segura y clásica: “Siesta and fiesta” bajo el sol español.
Esta vez el Mail acertó. Los datos que maneja el Gobierno español, la Embajada británica en Madrid y los operadores de viajes de Reino Unido demuestran la brutal realidad de que la catástrofe económica griega y los ataques asesinos contra turistas occidentales en Túnez y Egipto han resultado en mayores ingresos para los españoles. No solo el número de vuelos y de visitantes de Reino Unido ha aumentado este año en comparación con 2014, sino también, en un 7,4%, el dinero gastado por los visitantes de las islas, que son la cuarta parte del turismo extranjero en España. Los turoperadores confirman el desvío de clientes de los países mediterráneos más convulsos hacia España. Señal de ello, según la Embajada británica, es que los aeropuertos con vuelos directos de Reino Unido a España ha pasado de 26 en 2014 a 30 este año.
“Claramente, la fuerza de la libra esterlina y la relativa seguridad que ofrece España está animando a incluso más británicos a venir a España este año”, declaró el jueves a EL PAÍS el embajador británico, Simon Manley. Agregó Manley que la venta de casas españolas a británicos también había subido en 2015, consolidando un fenómeno arraigado: España no es solo el país extranjero más visitado por los británicos sino, de lejos, en el que invierten más en propiedad inmobiliaria.
Como si el romance de los británicos con España no fuese ya lo bastante fogoso, tanto el embajador Manley como la prensa londinense parecen empeñados en hacer aún más propaganda al turismo español. En sus declaraciones a este diario, Manley celebró en plan casi lírico “la belleza natural, la riqueza histórica, la espléndida gastronomía y el clima” que hacían que España fuese el destino vacacional “número uno” de sus compatriotas. El Mail ha hecho lo suyo con su ¡viva España!, pero también se ha sumado otro gran diario conservador, el Daily Telegraph, que este mes publicó un artículo titulado “Cinco razones por las cuales España sigue siendo el destino veraniego perfecto”. Dos de ellas eran que España “lo tiene todo”, y ofrece “algo para todos”; las otras tres, la disponibilidad de hospedaje, los precios asequibles y la cercanía geográfica.
A esto podemos agregar que España sigue siendo un país donde la crisis económica no ha sumido a toda la sociedad en el caos y uno puede irse a la playa sin temor a que un fanático lo despedace con un AK-47. Mientras dure la buena siesta, la fiesta no acabará.
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