Un yate de 240 millones, en el Puerto de Málaga
El ‘Radiant’, el más costoso y seguro, es propiedad del magnate de la automoción de los Emiratos Árabes
A media tarde de ayer, un enorme yate, con 110 metros de eslora o lo que viene a ser la longitud de un campo de fútbol, entraba por la bocana del puerto dejando atónitos a quienes comían en los restaurantes del Muelle Uno o paseaban por el puerto de Málaga. No es la primera vez que atraca en estas instalaciones, pero cada vez que lo hace sucede lo mismo. Se convierte en el centro de atención de todas las miradas, entre otras cosas porque pocas veces se tiene tan cerca un yate por el que se pagaron 240 millones. Inmediatamente se desatan los comentarios en torno a su propietario. En las leyendas urbanas de quienes contemplan el que está considerado el yate más costoso y seguro de la historia caben hasta que es el barco del jeque dueño del Málaga CF o de Bill Gates, propietario de Microsoft. Pues ni de uno ni de otro. El ‘Radiant’, que permanecerá en el muelle 2 del puerto malagueño hasta el próximo día 30, es un yate con historia en el que el protagonista es el multimillonario Abdullah Al Futtaim, un magnate del negocio de la automoción en los Emiratos Árabes, que la famosa lista de Forbes le sitúa en el puesto 557 de los que más fortuna amasan en el mundo, con 3.200 millones de dólares, y el cuarto más rico de los Emiratos. Es el ‘rey de las carreteras’ del Golfo, con 65 empresas, más de 30.000 empleados, y la distribución en exclusiva de vehículos de Toyota y Honda en este país. Posee también las franquicias de Ikea, Toys ‘R’ o Marks&Spencer. Aunque forma parte del ‘top20’ de los que mueven los hilos de la industria del automóvil en el mundo, también se atreve a invertir cifras de vértigo en la construcción de la comunidad urbana de Dubai Festival City.
Si el dueño del yate, con capacidad para 16 pasajeros y 44 tripulantes, tiene una larga historia, llena de éxitos empresariales, el barco tampoco se queda corto. Fue el magnate ruso Boris Berezovsky el que ordenó su construcción en el famoso astillero alemán Lurssen. Diseñado por Tim Heywood y con un interior de Glenn Pushelberg, Berezovsky tenía previsto pagar por él 148,5 millones de euros. Sin embargo, sus negocios se empezaron a resentir y optó por ponerlo a la venta. Pedía 350 millones, que Al Futtaim rebajó a 240 millones y se hizo con él. El yate fue entregado en 2009 y cuenta, entre sus singularidades, con unos sistemas de seguridad únicos, con unos equipos de alta tecnología como armas de fuego sónico que emiten ondas de sonido de baja frecuencia que pueden hacer reventar los tímpanos de quienes intenten asaltarlo. Pero además cuenta con dos cañones de agua de alta potencia que alcanzan 100 metros. Lo que nadie discute son el sinfín de comodidades a bordo. La única duda es si Al Futtaim está en estos momentos disfrutando de ellas y de las vistas de la ciudad de Málaga.
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