SOBRE LAS ACADEMIAS ESPECIALES DE LAS ARMAS DEL EJÉRCITO DE TIERRA (General de División Juan Mateo Castañeyra)
Un nuevo colaborador se une a nosotros. El General de División (R.) Juan Mateo Castañeyra.
Creo que más se conoce a una persona por sus hechos que por sus palabras. En este caso los hechos son su impecable historial pero no debemos perder de vista sus palabras que son en definitiva un reflejo y testimonio de sus hechos. Eso es ahora lo que le pedimos. Que nos transmita su dilatada experiencia y se una en este camino emprendido en defensa de España y sus ejércitos. ¡Bienvenido! mi general. Tienes la palabra.
Tte. Agrupación de Tropas Nómadas y Primera BPAC
Cap. Estado Mayor Brigada de Montaña y Segundo Tercio Legión
Cte. Estado Mayor División de Montaña y RCZM América 66
Tcol RCZM América 66, Guardia Real y EMACON
Coronel. Jefe del Segundo Tercio Legión y Jefe Gabinete Cuarto Militar
GB Director. ACINF
GD Jefe de Tropas del Mando de Canarias y Subinspector de la IV Subinspección de Ejército.
DEM y Estados Mayores Conjuntos
SOBRE LAS ACADEMIAS ESPECIALES DE LAS ARMAS DEL EJÉRCITO DE TIERRA (General de División Juan Mateo Castañeyra)
La formación de un Oficial es compleja, como complejas son las diferentes misiones y situaciones en las que puede verse envueltos en el desarrollo de su profesión. Pero esa complejidad, digamos técnica de su formación, tiene que verse completada con una sólida educación moral que le capacite para poder liderar hombres, tomar decisiones y asumir responsabilidades en situaciones tan adversas como las que se dan en el combate. Esa formación moral, es precisamente la que justifica la existencia de las Academias Militares.
En España, la enseñanza superior militar, es tan antigua y tan selecta, como posiblemente desconocida. Ha habido épocas en nuestra historia, durante las cuales la Academia de Matemáticas de Barcelona (Academia de Ingenieros) y el Real Colegio de Artillería de Segovia, (la academia militar más antigua del mundo), eran de los pocos sitios en nuestra Patria donde las materias científicas eran estudiadas y sus alumnos contribuyeron de manera notable al progreso de nuestra nación. Otro tanto, aunque mucho más moderna, puede decirse de la Escuela de Estado Mayor, que durante la segunda mitad del siglo XIX fue un centro de enseñanza de gran prestigio militar y civil.
Pero los tiempos cambian y así surge en la enseñanza militar la Academia General Militar, que desde su fundación respondió a la necesidad de establecer una unidad de doctrina entre las Armas del Ejército de Tierra así como fomentar el compañerismo entre sus miembros
Durante sus tres épocas, la AGM respondió con creces a esta finalidad y fue además un referente de excelencia en sus sistemas de enseñanza. Durante la primera época (1882-1893), constituyó el primer centro de Enseñanza Superior de España, que adoptó los principios de la Institución Libre de Enseñanza. Durante la segunda (1927-1931), en palabras del Ministro de la Guerra francés, el Sr Maginot, fue el centro de enseñanza militar mejor de Europa. En su tercera época, la actual, los Oficiales que salen de sus aulas cumplen su misión cooperando con los mejores ejércitos del mundo, demostrando muy satisfactoriamente cada día su formación militar y moral.
La existencia de la AGM. se combinó siempre con la de las llamadas Academias de las Armas o Academias Especiales, porque el mando fue consciente, que si es cierto que sin la existencia de la primera se podía producir y de hecho se producía, un exarcebado y perjudicial particularismo, no es menos cierto que si no existieran las segundas se perdería entre otras cosas el sano espíritu de cuerpo tan necesario para las instituciones militares
Sin embargo, lo que especialmente justifica la existencia de las Academias de las Armas, no es que haya diferencias entre tácticas y procedimientos de actuación, que las hay e importantes; ni siquiera el fomentar el necesario espíritu de cuerpo; ni aún la creación de una mentalidad específica de cada arma que facilite el cumplimiento de su misión. Lo que verdaderamente justifica la existencia de las Academias de las Armas, es el mantenimiento de una tradición secular, tradición de la que se alimentan todos los valores morales que son propios de los ejércitos.
Pero si siempre esto ha sido así, hoy cuando el plan de estudios de la AGM contempla combinar la formación militar con la de una ingeniería, (cuya finalidad última ha sido perfectamente señalada por el General Chicharro en su documentado artículo sobre la enseñanza militar), completar esa formación en las Academias de las Armas, es sin necesidad de entrar en detalles, más necesaria que nunca. No hacerlo, es dar facilidades para que la nefasta finalidad señalada por el citado General se cumpla.
Por otra parte, desperdiciar, no aprovechar unas tradiciones militares tan ricas como las nuestras, es algo que no debemos, que no podemos permitirnos; y menos en estos tiempos, cuando los valores morales se ven difuminados en las sociedades modernas.
Por último, las Academias Especiales desde la fundación de la AGM, han coexistido con ella, luego difícilmente puede aducirse que van contra los fines fundacionales de la misma. No están contra la cohesión, sino que la refuerzan, pues la cohesión del todo está formado por la cohesión de las partes. No van contra el espíritu de la General, sino que lo complementan, pues no hay ningún artículo del Decálogo del Cadete, expresión del espíritu de la General, que no sea asumido y reforzado en su caso en las Academias Especiales. Y no veo al fin, como su existencia puede afectar de alguna forma a la acción de conjunto.
Juan Miguel Mateo Castañeyra. GD (r.) Exdirector de la Academia de Infantería
Creo que más se conoce a una persona por sus hechos que por sus palabras. En este caso los hechos son su impecable historial pero no debemos perder de vista sus palabras que son en definitiva un reflejo y testimonio de sus hechos. Eso es ahora lo que le pedimos. Que nos transmita su dilatada experiencia y se una en este camino emprendido en defensa de España y sus ejércitos. ¡Bienvenido! mi general. Tienes la palabra.
Tte. Agrupación de Tropas Nómadas y Primera BPAC
Cap. Estado Mayor Brigada de Montaña y Segundo Tercio Legión
Cte. Estado Mayor División de Montaña y RCZM América 66
Tcol RCZM América 66, Guardia Real y EMACON
Coronel. Jefe del Segundo Tercio Legión y Jefe Gabinete Cuarto Militar
GB Director. ACINF
GD Jefe de Tropas del Mando de Canarias y Subinspector de la IV Subinspección de Ejército.
DEM y Estados Mayores Conjuntos
SOBRE LAS ACADEMIAS ESPECIALES DE LAS ARMAS DEL EJÉRCITO DE TIERRA (General de División Juan Mateo Castañeyra)
La formación de un Oficial es compleja, como complejas son las diferentes misiones y situaciones en las que puede verse envueltos en el desarrollo de su profesión. Pero esa complejidad, digamos técnica de su formación, tiene que verse completada con una sólida educación moral que le capacite para poder liderar hombres, tomar decisiones y asumir responsabilidades en situaciones tan adversas como las que se dan en el combate. Esa formación moral, es precisamente la que justifica la existencia de las Academias Militares.
En España, la enseñanza superior militar, es tan antigua y tan selecta, como posiblemente desconocida. Ha habido épocas en nuestra historia, durante las cuales la Academia de Matemáticas de Barcelona (Academia de Ingenieros) y el Real Colegio de Artillería de Segovia, (la academia militar más antigua del mundo), eran de los pocos sitios en nuestra Patria donde las materias científicas eran estudiadas y sus alumnos contribuyeron de manera notable al progreso de nuestra nación. Otro tanto, aunque mucho más moderna, puede decirse de la Escuela de Estado Mayor, que durante la segunda mitad del siglo XIX fue un centro de enseñanza de gran prestigio militar y civil.
Pero los tiempos cambian y así surge en la enseñanza militar la Academia General Militar, que desde su fundación respondió a la necesidad de establecer una unidad de doctrina entre las Armas del Ejército de Tierra así como fomentar el compañerismo entre sus miembros
Durante sus tres épocas, la AGM respondió con creces a esta finalidad y fue además un referente de excelencia en sus sistemas de enseñanza. Durante la primera época (1882-1893), constituyó el primer centro de Enseñanza Superior de España, que adoptó los principios de la Institución Libre de Enseñanza. Durante la segunda (1927-1931), en palabras del Ministro de la Guerra francés, el Sr Maginot, fue el centro de enseñanza militar mejor de Europa. En su tercera época, la actual, los Oficiales que salen de sus aulas cumplen su misión cooperando con los mejores ejércitos del mundo, demostrando muy satisfactoriamente cada día su formación militar y moral.
La existencia de la AGM. se combinó siempre con la de las llamadas Academias de las Armas o Academias Especiales, porque el mando fue consciente, que si es cierto que sin la existencia de la primera se podía producir y de hecho se producía, un exarcebado y perjudicial particularismo, no es menos cierto que si no existieran las segundas se perdería entre otras cosas el sano espíritu de cuerpo tan necesario para las instituciones militares
Sin embargo, lo que especialmente justifica la existencia de las Academias de las Armas, no es que haya diferencias entre tácticas y procedimientos de actuación, que las hay e importantes; ni siquiera el fomentar el necesario espíritu de cuerpo; ni aún la creación de una mentalidad específica de cada arma que facilite el cumplimiento de su misión. Lo que verdaderamente justifica la existencia de las Academias de las Armas, es el mantenimiento de una tradición secular, tradición de la que se alimentan todos los valores morales que son propios de los ejércitos.
Pero si siempre esto ha sido así, hoy cuando el plan de estudios de la AGM contempla combinar la formación militar con la de una ingeniería, (cuya finalidad última ha sido perfectamente señalada por el General Chicharro en su documentado artículo sobre la enseñanza militar), completar esa formación en las Academias de las Armas, es sin necesidad de entrar en detalles, más necesaria que nunca. No hacerlo, es dar facilidades para que la nefasta finalidad señalada por el citado General se cumpla.
Por otra parte, desperdiciar, no aprovechar unas tradiciones militares tan ricas como las nuestras, es algo que no debemos, que no podemos permitirnos; y menos en estos tiempos, cuando los valores morales se ven difuminados en las sociedades modernas.
Por último, las Academias Especiales desde la fundación de la AGM, han coexistido con ella, luego difícilmente puede aducirse que van contra los fines fundacionales de la misma. No están contra la cohesión, sino que la refuerzan, pues la cohesión del todo está formado por la cohesión de las partes. No van contra el espíritu de la General, sino que lo complementan, pues no hay ningún artículo del Decálogo del Cadete, expresión del espíritu de la General, que no sea asumido y reforzado en su caso en las Academias Especiales. Y no veo al fin, como su existencia puede afectar de alguna forma a la acción de conjunto.
Juan Miguel Mateo Castañeyra. GD (r.) Exdirector de la Academia de Infantería
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