por Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)
No parece que esta fecha signifique algo para la gran mayoría de los españoles. Eso sí, todos, o casi todos, dicen ser republicanos. Lo dice el PSOE, Ciudadanos, Izquierda Unida, Podemos y todos los que pueden. Si me preguntan por el PP no sabría contestarles porque ni están todos los que son ni son todos los que están. Yo creo que ni entre ellos se conocen.
Los partidos (políticos), todos, están encantados con la monarquía y en cuanto puedan o vean el menor resquicio para ello, la borran de un plumazo constitucional y dan paso a la añorada República por la que hoy algún nostálgico brindará. Incluso en el ayuntamiento de Valencia por eso de seguir con el enfrentamiento su alcalde ha colgado la bandera republicana. Son expertos en buscar el enfrentamiento a base de enfrentar banderas y que la ley se lo permita aunque no lo admita.
La monarquía fue expulsada de España el 14 de abril de 1931, hace 85 años: ‹‹Mientras habla la nación suspendo deliberadamente el ejercicio del poder Real reconociéndola como única señora de sus destinos››, dijo Alfonso XIII.
El único patriotismo auténtico, y ese es el sentido de la monarquía, es servir a España, a los españoles, con sacrificio auténtico, el que te obliga a ser pobre en tu grandeza y rico en tu espíritu de entrega. El que te lleva a olvidarte de ti, incluso de tu familia y de tu partido. ‹‹Por España. Todo por España››, dijo y debe hacer un Rey.
Hace unos días se conmemoraron los 75 años de la muerte de Alfonso XIII. Olvido total. Hoy 85 años del advenimiento de la Segunda República. Casi nadie se acuerda pero por lo que se ve todos la esperan.
Hay una didáctica constante de la República y un constante olvido de la monarquía, también didáctico y dirigido.
El Pacto de San Sebastián se refuerza cada día.
Cada día es más difícil ser Rey. No se lo ponen fácil.
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