sábado, 16 de abril de 2016

Avalancha de solicitudes para unirse a la lucha contra el ISIS

 

'Simón'; 'El gallego'... Son los sobrenombres con que nos referiremos a algunos de los españoles que ya están en Irak luchando contra el Estado Islámico. Otros tramitan su solicitud para llegar pronto. 
Rosa Cuervas-Mons
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Su imagen de portada en Facebook es un 'detente', primera pero no única referencia al carácter cristiano de su particular cruzada. Son los integrantes de la red de Apoyo a los voluntarios españoles que luchan contra el Daesh -autoproclamado Estado Islámico- en tierras iraquíes. 


La primera pregunta que surge al escuchar su historia es si quienes dan un paso más allá y se marchan a combatir al ISIS están incurriendo en una ilegalidad. "No", explican a Gaceta.es. Si hace meses conocíamos la detención de unos jóvenes que se habían unido al PKK para combatir al Estado Islámico, la red de apoyo explica que los españoles que viajan ahora se integran en las fuerzas de combate kurdas conocidas como Peshmerga que, a diferencia del PKK, no está considerada banda armada.
Combaten con licencia de armas y permiso de residencia -todo legal o, como mínimo, no ilegal- y creen que si regresaran a España no tendrían problemas con la justicia. "Pero lo cierto es que pocos piensan en regresar", explican con crudeza a Gaceta.es. Antes de embarcarse en esta misión que es para ellos una auténtica cruzada, han asumido muy mucho que puede ser de esas sin retorno. Que su destino puede ser una bala disparada por algún terrorista del Estado Islámico. O peor, ser hechos prisioneros.  

Este hombre con el rostro cubierto -le llamaremos Simon de Montfort, como al protagonista de la cruzada albigense-, hoy integrante de una unidad contra el ISIS formada en su totalidad por extranjeros, es el iniciador de una al principio tímida, ahora preocupante incluso para el CNI, oleada de alistamientos de españoles para combatir al terror islámico. Su uniforme, el mismo que visten los Peshmerga, lleva colgado el españolísimo signo del 'detente bala'. Su boina verde recuerda su pasado castrense al otro lado del Mediterráneo. Junto a él luchan ya un miembro de la Birgada Paracaidista y otro español, este conocido como El Gallego. Ahora esperan la llegada de más compatriotas, los que, tras cruzar varios mensajes -primero a través de Facebook y por medios más discretos después- han completado el proceso de inscripción a través de la organización de origen francés Dwekh Nawsha (en árabe 'los que van a ser mártires') que tramita el envío de 'cruzados' europeos.
"En los pocos meses que lleva en marcha la página de Facebook hemos recibido miles de visitas y centenares de mensajes de personas que quieren alistarse", confirman a Gaceta.es. El dato exacto de cuántos culminan el proceso no es público. Primero porque no todos los que quieren ir son aceptados -formación militar o sanitaria son sólo algunos de los requisitos- y segundo por la discreción con que operan tanto desde Francia como desde España. "No queremos tener más información de la necesaria para no perjudicar a los que marchan para allí".
Lo que sí aseguran es que el número de interesados es suficiente para haber alarmado al Gobierno español. Reconocen presiones del CNI (dependiente de Interior) a las familias de quienes tienen intención de partir al combate para tratar de disuadirlos. Llamadas incluso a la organización francesa para pedir información sobre los que ya están en las filas kurdas. Una presión que, sin embargo, no parece haber surtido efecto, a juzgar por el hecho de que la última llamada a filas virtual cosechó 2.000 visitas en menos de 24 horas.    

Defienden el terreno ya reconquistado por los kurdos, tratan de progresar en el avance contra los del Daesh y tienen como objetivo causar cuantas más bajas mejor entre el enemigo. Una guerra en toda regla en la que España no ha entrado. Ellos, españoles, sí.  

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