A
LA SEÑORA PRESIDENTA DE LA COMISIÓN
PARA
LA MEMORIA HISTÓRICA DEL AYUNTAMIENTO DE MADRID
Plaza de la Villa nº 4
Madrid
Madrid, 2 de
agosto de 2016
Los
Antiguos Caballeros Legionarios, organizados en las distintas Hermandades y Asociaciones
que jalonan todos los rincones de España, representantes de un Colectivo de
Veteranos que han servido en La Legión Española y que engloba a aproximadamente
unos Cien Mil Miembros, comparecen antes Usted y exponen, en el trámite de
audiencia concedida por la Señora Presidenta de esta Comisión, lo siguiente:
Movidos
por la inquietud que nos causa la noticia de la
futura supresión del nombre la calle dedicada al General D. José Millán
Astray, Fundador de La Legión, en virtud de la aplicación de la Ley de la
Memoria Histórica, y su posible sustitución por el nombre de “Calle de la
inteligencia” con el debido respeto deseo exponer lo siguiente en nombre de las
Hermandades de Antiguos Caballeros
Legionarios de toda España.
El
general Millán Astray fue un insigne soldado que combatió en Filipinas y
Marruecos, haciendo siempre alarde de valor y sufriendo gravísimas heridas y
crueles mutilaciones. Pero nunca descuidó su formación intelectual, como
algunos pretenden contraponiendo el valor a la inteligencia (ambas virtudes son
perfectamente compatibles). Se diplomó en la Escuela de Estado Mayor, lo que
significaba en aquel tiempo, además de amplios conocimientos militares, el
dominio del idioma francés, el conocimiento de otro idioma extranjero y la habilitación
como Ingeniero Geodesta. Era, además, miembro del Ateneo. Fue condecorado por
Francia, Argentina, Chile, Uruguay, Méjico, Cuba y EEUU, y, según Gárate
Córdoba, “es uno de los tratadistas y escritores militares más prestigioso de
su tiempo”. Por sus estudios, tratados y conferencias sobre la Guerra de
Marruecos fue recibido por los presidentes de Italia y Francia, y por el
Alcalde de Nueva York. Y era sólo un Teniente Coronel.
Su
obra principal, la fundación de La Legión, denota, entre otras cosas, una
capacidad de organización, de trabajo, de tenacidad y de confianza en sí mismo,
verdaderamente notables. Como ejemplo de la dificultad de crear e instruir una
unidad militar, desde que el Presidente del Gobierno Rodríguez Zapatero, dio la
orden de crear la Unidad Militar de Emergencias (UME), hasta que estuvo en
condiciones de apagar un incendio, pasó más de un año. Contaba para ello con un
Teniente General auxiliado por un competente y amplio Estado Mayor, y con todo
el apoyo de personal y material de los tres Ejércitos. Desde que se alista el
primer Legionario (septiembre de 1920) hasta que la Legión entra en combate
solo pasaron cuatro meses (Día 7-01-1921 Zoco el Arbaa Tetuán). Se produce el
auxilio a Melilla (julio de 1921), habían pasado solo 10 meses. En esa ocasión,
la sola presencia de 1200 legionarios mandados por El general Millán Astray, fue capaz de devolver la
confianza a la población civil de Melilla, aterrorizada, y de que las
vanguardias de Abdelkrim se detuvieran ya prácticamente en los arrabales de la
ciudad.
Para
esa obra no contó casi con nada, ni con nadie. Todo lo tuvo que hacer él, entre
otras cosas, reunir un equipo de colaboradores, entre los cuales eligió a
personas que consideraba más competentes que él mismo, lo que era otro rasgo de
una gran personalidad.
El
general Millán Astray puso de manifiesto sus cualidades humanas, pues se hizo
respetar por personas de todo tipo; desde los que no respetaban nada y a nadie,
pasando por gente humilde y miembros de la aristocracia y, lo que es más
importante, se hizo querer de todos ellos.
Su
obra, La Legión, salvó muchas vidas, no
solo ocupando siempre la vanguardia en la
Guerra de Marruecos, desde el
mismo momento de su creación. Supuso liberar de
esa guerra a
dos soldados españoles de
reemplazo por cada Legionario alistado. Dos
hombres que procedían de las
clases más humildes y no podían pagar su leva para
librarse de la guerra. El dicho de que “Un legionario vale por dos”, es
totalmente cierto. El Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, de fecha 1
septiembre de 1920, disponía según las
propuestas que había hecho Millán
Astray, que el gasto para la creación de La Legión se amortizara librando dos
soldados por cada legionario alistado, que no se repusieran bajas de guerra de reemplazo y que se repatriaran
unidades peninsulares. Si fueron 19.000
los alistados, puede muy bien afirmarse que
38.000 hombres, probablemente de
las clases humildes, no tuvieron que ir forzosos a esa guerra durante un año. (Adjunto
fotocopia del Diario).
El
General Millán Astray fue un personaje extraordinario, de mucha fama, cuya
trascendencia y conducta de vida no ha trascendido al gran público lo
suficiente. No tuvo ningún mando durante la guerra civil, Inválido, como estaba
en 1936, fue encargado de fundar Radio Nacional de España con evidente gran
éxito, por su dominio del uso de la palabra y algo que es menos conocido: fue
el organizador del benemérito Cuerpo de Caballeros Mutilados de Guerra por la
Patria. Que acogió, ayudó y dio empleo, dentro de sus capacidades a muchos
heridos en operaciones. Al frente de esta benemérita institución murió el 1 de
enero de 1954.
Para algunos, su recuerdo se circunscribe al
incidente que protagonizó con D. Miguel de Unamuno en el Paraninfo de la
Universidad de Salamanca al inicio de la Guerra Civil. Dicho incidente, que ha
sido mitificado, en realidad no se produjo entre el filósofo y Millán Astray,
sino entre el primero y uno sus catedráticos, Francisco Granados. Éste, que
estando en uso de la palabra, hizo mención a la “antiespaña” representada por
vascos y catalanes, lo que indignó al vasco Unamuno y motivó su contestación al
catedrático. Millán Astray pidió entonces la palabra y al no concedérsela, se
produjeron los gritos. Unamuno presidía el acto en representación del Jefe del
Estado, de hecho él mismo así lo indicó al inicio del mismo: “Vengo en
representación del Jefe del Estado” y en la mesa presidencial le acompañaban,
entre otros, la Sra. de Franco y el propio Millán Astray, siendo este último
quien, ante la actitud de algunos
extremistas, protegió a Miguel de Unamuno, indicándole: “coja del brazo a la Sra.” y acompañándolo hasta el coche.
Don
miguel Unamuno se había caracterizó por
mantener un difícil equilibrio en su apoyo a alguno de los dos bandos pero
finalmente se decantó por el denominado bando nacional – lo que le ocasionó la
desposesión de todos sus títulos por el Gobierno de la República- (adjunto
fotocopia de la orden.) De hecho había aceptado la representación de Franco en dicho acto. No murió en la cárcel
ni fue represaliado por el incidente. Tras fallecer el 1 de enero de 1937, el
traslado de sus restos mortales se realizó a hombros de falangistas.
Esta
demostrado por insignes historiadores que nunca gritó “muera la inteligencia”.
Además,
¿Por qué no creer el relato de Millán
Astray? el no tenía porque mentir, ni lo hubiera hecho jamás, como aparece en su declaración
de los hechos, en la entrevista que le realizo el periodista Cristóbal de
Castro mantenida el 20 de diciembre de 1946.
Sin
embargo, al margen de lo anterior, no se debe juzgar vidas o conductas por
frases puntuales sacadas de contexto, sino por hechos. ¿Alguien puede pensar
que el Sr. Pablo Iglesias, Secretario General de Unidos-Podemos, cuando dijo;
<< … cuando acabemos con esta charla en lugar de mariconadas del teatro
nos vamos de cacería a Segovia a aplicar la justicia proletaria que es lo que
se merecen unos cuantos.
>> ¿Pretendía que los asistentes al acto se echaran a la calle a vapulear
al primero que vieran y organizar una
revuelta? No, esa frase se pronunció en una conferencia dada en 2013 ante un
grupo de militantes de Izquierda Anticapitalista. En ella, Pablo Iglesias
contrastaba dos formas distintas de hacer política desde un planteamiento
progresista. Sacada de contexto parece otra cosa muy distinta que bien
satisface e interesa a ciertos grupos. En este sentido, ¿Deberían los Canarios
hacer persona no grata a Miguel Unamuno
por definir Canarias como; <<Tierra de frutas sin sabor, flores sin olor,
hombres sin honor y mujeres sin
pudor>>? No, pues es muy probable que lo dijera por su situación de
deportado en Fuerteventura en los años 20, durante la dictadura de Primo de
Rivera. De hecho, algún monumento dedicado al insigne autor adorna la vía
pública de algún punto de las Islas. El
grito de “¡¡Viva la muerte!!” , como
expresión de valor ha merecido otras
interpretaciones. Nadie como el Presidente del Gobierno Adolfo Suarez, un
hombre poco amigo de extremismos, y si comprometido con la necesaria
reconciliación de los españoles lo expresó
de de una manera muy elocuente en una visita al 3ª
Tercio de La Legión en Fuerteventura, el 23 de Abril de 1978 .; <<
Caballeros legionarios. Pienso que ese desprecio vuestro por la muerte es quizás
el más bello canto de amor a la vida, a una vida libre, a una vida que se
ofrece al servicio de los demás>>.
En
cuanto a su participación y actitud ante la sublevación, como apolítico, era
contrario a la intervención de los militares en la política. Previamente al
golpe de estado de Primo de Rivera de 1923, fue consultado por éste y Millán
Astray le dio su opinión en contra. Pidió el retiro, como queja a la existencia
y conducta de las Juntas de Defensa, grupúsculos de militares que desde 1916
interferían de forma manifiesta en la política del Gobierno. Desde el año 30 no
ejerció mando alguno de tropas. No participó en la conspiración y cuando
comenzó la Guerra se encontraba
en Argentina. Tardó un tiempo en regresar a España y lo hizo por Lisboa,
donde Gil Robles y algunos diplomáticos le convencieron de no incorporarse al
bando republicano. Es posible que la información dada al militar fuera
totalmente partidista, y el saber que el
Ejército de África
estaba en el otro bando
influyeran en su decisión de unirse al bando de Franco, pero, como índico, ni
estaba enterado de la sublevación ni
participó en ella. La guerra fue una tragedia en la que España se partió en dos
y todos los españoles de una u otra
forma y por las más variopintas circunstancias, participaron en uno u
otro bando.
Una intervención directa de Millán Astray en
la contienda y muy poco difundida, ocurrió el día uno de enero de 1937. Enterado
de ejecuciones sumarísimas, se
presenta en la cárcel provincial de Salamanca. Sin tener
mando ni autoridad, pero utilizando su ascendiente y prestigio, ordena reunir a
los presos y empeña su palabra que no permitirá ni una sola
ejecución, cortando de inmediato
cualquier represalia sobre los detenidos. (Carlos Rojas, médico del frente popular detenido,
¡Muera la inteligencia!¡Viva la muerte! Pg. 97-98).
En
la actualidad, Millán Astray es un símbolo respetado y admirado por todos los
que forman y han formado parte de la Legión. Esa Legión, que da muestras de su
buen hacer por diversas partes del mundo, contribuyendo al prestigio de España.
Y ese buen hacer, es debido entre otras cosas, al espíritu que hoy se mantiene
vivo y que le supo inculcar su fundador.
Una
de sus
facetas en que empeñó sus
últimos años, fue la ayuda a los
pobres (él los llamaba los humildes). Con sus Legionarios alternaba en las
tabernas donde comían los obreros, se enteraba de sus necesidades, condiciones
de trabajo y los ayudaba siempre en nombre de
los mutilados.
Se volcó
exclusivamente en obras
sociales, en la parroquia del padre Madina, en el barrio de las
Latas, en el puente de Vallecas, en el Barrio de Doña Carlota. Los
más desprotegidos, sabían bien de
su entrega y dedicación. Cuando se clausuró la Escuela de
Taquimecanografía para preparación de Suboficiales en Madrid, en la calle de
Orfila, todos los bienes que contenía la misma fueron entregados a los
necesitados de los Barrios gracias a Millán. También colaboró con el Padre
Madina en la fundación de la Ciudad de los Muchachos.
En
las fechas Navideñas sufría al ver los grandes comercios llenos de productos
inalcanzables para sus patrocinados. En estas fechas, en unión de su mujer y
legionarios, se reunían en su casa para
confeccionar paquetes de alimentos y ropa para niños, para entregar a los
necesitados. La intendencia Militar era unos de los lugares donde acudía a
buscar lo necesario para entregar en el Barrio de las Latas. Uno de los días
que fue a este lugar a dar su acostumbrada charla, al salir vio a un anciano
"a cuerpo gentil". Se quitó su gabán y se lo entregó. Estas gentes
humildes le profesaban un gran aprecio y han aparecido innumerables cartas a
Millán Astray agradeciendo las gestiones realizadas. Son muy apreciadas por los
coleccionistas.
Cada
día el Padre Madina, mandaba a casa del General a una persona necesitada donde
compartía el menú del mismo Millán
Astray, entregándole la escolta algún detalle económico. Eran conocidas algunas
de sus ayudas, a los niños del colegio de Huérfanos de las Mercedes, a los
impedidos del asilo de San Rafael, y muchas más
otras desconocidas por su forma de entender la caridad, <<Una mano
no tiene porque saber lo que hace la
otra, en mi caso no tengo ese
problema>>.
Le
preocupaba la situación de los accidentes de los "guardias de la Porra”,
los del casco blanco. Llevaba una estadística de sus accidentes. De Millán Astray partió la idea de los templetes
de los guardias para dirigir el tráfico y evitar sus atropellos.
En
el poema del Legionario se reflejó como un Guerrero, un Poeta y un Fraile.
Estas tres condiciones las cumplió sobradamente en el transcurrir de su vida.
Solía comentar que "no dependía de nosotros ser ricos, pero si el ser
felices. Las riquezas no siempre son bienes, y ciertamente, siempre son de poca
duración; pero la felicidad que proviene de la virtud, dura siempre".
En
la dura posguerra, intentaron en ocasiones sobornar a Millán Astray. Se
recuerda una de un amigo personal suyo que en su despacho le ofreció una
cantidad importante si conseguía una licencia de importación de garbanzos de
Méjico. La anécdota dice que el comerciante no recuerda como salió del
despacho, era un primer piso.
Su
amigo Ramón Artigas, que era Gobernador del Banco España, al conocer la
situación precaria en la que se encontraba el General, le ofreció algún Consejo
de Administración que era compatible con su sueldo de General u otro cargo
análogo. Por supuesto la contestación fue que no. Al comentarlo con su
secretario lo hizo en estos temimos “¿Crees que puedo aceptar un cargo del que
nada sé ni para el que me encuentro preparado? Esto sería tanto como robar
dinero, y ...tú me conoces”.
Su
actitud y forma de ser que he tratado de describir con estos retales le trajo
problemas con autoridades y gobierno. Protestó ante Franco por escrito el 24
noviembre de 1947 por la gestión de la fiscalía de Tasas y la Comisaria de
Abastecimiento. (Francisco Franco y su tiempo pg. 215).
Millán
Astray, tras la Guerra Civil no obtuvo ningún ascenso ni reconocimiento,
mientras veía ascender a otros más modernos que él. Sólo
después de muerto (1 de enero de 1954) se le dio un ascenso honorifico, lo que
parece prueba irrefutable de que su
participación en la sublevación fue nula. Lejos de suntuosos panteones, sus
restos descansan en una humilde tumba en el Cementerio de la Almudena de Madrid
donde reza “José Millán Astray, Caballero Legionario”.
Tal
y como expresa la Presidenta de esta Comisión en la entrevista del día
08.04.2016 (El Confidencial) ”El artículo 15 de la Ley dice muy claro que
todas aquellas personas o monumentos que inciten a la violencia o hayan incitado a la sublevación
son los que no pueden seguir…..Porque lo que plantea también la propia Ley de
2007, en su preámbulo es la pretensión de reconciliación, concordia y
reconocimiento”.
Como
ya he expuesto, el General Millán Astray
fundó la Legión en 1920, y marcó en ella una impronta que llega hasta nuestros
días. En efecto La Legión es una Unidad
Militar del Ejército de Tierra que, actualmente, conforma la vanguardia del
mismo y que goza de enorme prestigio tanto dentro como fuera de nuestras
fronteras, por su abnegada participación en todas las operaciones de paz en las
que España ha participado durante los últimos 25 años, bajo cualquiera de los
gobiernos que han decidido su participación. Pues bien, permítame decirles que
una parte sustancial de esa impronta se basa en el recuerdo de su fundador, en
la práctica del credo Legionario que él legó y de su ejemplo de arrojo, voluntad de servicio y amor a sus
tropas. Borrar gratuitamente el nombre de sus fundador de una calle de Madrid,
y sobre todo, cambiarla por un nombre como “La inteligencia” será percibido
como una provocación por todos los legionarios, por lo que no se conseguirá la
finalidad de la Ley de la memoria histórica, antes bien, abrirá nuevas heridas.
Es
por todo lo expuesto, que creyendo compatible la aplicación de la Ley de la
Memoria Histórica con el reconocimiento a la obra de este insigne militar,
reconocimiento que el propio Régimen de Franco no le concedió, les pido reconsiderar
la supresión de la calle en homenaje a Millán Astray 62 años después de su
muerte, toda vez que dicho reconocimiento lo es en virtud de una obra que sigue
plenamente vigente, y que es reconocida y respetada por madrileños, españoles y
extranjeros, y que representa las más nobles y sublimes virtudes personales y
militares.
Si
en puridad con la mencionada ley, se hubiera de dejar constancia de que los
méritos contraídos por Millán Astray lo son en época de distinta y desligados
completamente de la Guerra Civil, al igual que la acción tomada en referencia a
la Calle del Comandante Zorita-Aviador Zorita, les proponemos considerar una
nueva denominación para la misma calle: Calle
de José Millán Astray, Fundador de La Legión.
Igualmente
solicitamos con el debido respeto que se nos tenga por personados como parte
interesada en el procedimiento administrativo del cambio de calle de nuestro
Fundador, así como se nos dé traslado de la documentación e informes ya
existentes al respecto, así como se nos comunique las actuaciones que se
llevarán a cabo en dicho procedimiento para que nuestra Voz sea escucha por los
motivos descritos.
A
estos efectos se señala como domicilio de notificaciones la dirección de la
Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios, sita en la calle San Nicolás nº
11 de Madrid C.P. 28013 y como teléfono de contacto el 658 65 62 64
Firman
el presente documento:
Don
José Pérez Recena
Coordinador
de Hermandades y Asociaciones Legionarias
Don
Ramón Moya Ruiz
Presidente
Hermandad Nacional
Don
Jesús Cañadas
Presidente
Hermandad Barcelona
Don
Mario Guío
Hermandad
de Almendralejo
Don
Luis Ponce
Hermandad
de Fuengirola
Parra
Hermandad
de Legionarios Saharianos
Francisco
Rodríguez Ferreira
Hermandad
de Galicia
Hermandad
Cofrade de Caballeros Legionarios del Principado de Asturias
Juan
Carlos Fernández
Hermandad
de Valladolid
Francisco
Sánchez
Presidente
de la Hermandad de Benamejí
Guillermo
Rocafort
Secretario
Nacional
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