El futuro. Otros vendrán, pero…¿quiénes?
Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)
La semana pasada les hablaba de emergencia nacional. Me lo contaban los destacamentos de vanguardia que analizan los despliegues del frente enemigo. En nuestro argot: toma de contacto y valoración. Previo al ataque. El tiempo se acaba y la batalla se dará muy pronto. La incertidumbre cada vez es mayor. No habrá nuevas elecciones dicen las vanguardias. Lo que es evidente es que la preparación artillera para ablandar las defensas ya ha comenzado. Va a ser una batalla de encuentro sin encontrarse.
El gallego del popular (partido) parece que tiene poco recorrido por mucho que mueva tanto los brazos al andar; anda como gobierna. Parece ir deprisa, pero no. Todo parece, pero no. Alguien me contó que hace tiempo le invitaron a irse. Le enseñaron el camino. El tiempo de Rubalcaba era el suyo. Este ya no lo es. Tampoco el de los otros. Llegaron invitados a una fiesta equivocada. P.S., el del pesoe, gana puntos en las pasarelas, pero el traje que luce no está hecho en las sastrerías de la pana reconvertida en lana merina con mezcla de cachemira de Mongolia. Se le nota perdido y enrocado en el no. El ajedrez no es lo suyo. Corto recorrido.
P.I., el de podemos, llega a la minúscula. Conjuga el pretérito. Cansados, aburridos ¿desengañados?, sus chicos se disuelven y saben que sus pecados son tan vulgares como los que los otros cometen. Imperdonables.
A.R., el de ciudadanos, no sabe de qué lado caerá cuando acabe su ejercicio de funambulismo.
¿Y después? ¿Quiénes? ¿Cuándo?
Estamos en el tránsito. Pero la gravedad está en que no se vislumbra quien viene ni lo que viene. Todos retardan su salida. Se aferran al cargo, a la remuneración y poder.Pasó su momento. Se están cargando el sistema y eso es muy grave cuando el sistema no son ellos.
El futuro es incierto.
Pacten por unos días. Después váyanse. Otros vendrán. ¿Quienes?
Ni de eso se han ocupado.
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