Ricardo Álvarez-Espejo lleva tres años en Barcelona, aguantó los desplantes de Ada Colau y CiU lo acusó de golpista
Una de las primeras decisiones de Mariano Rajoy –si logra gobernar- será dar luz verde al relevo en la cúpula de las Fuerzas Armadas. El cargo de JEMAD, según el sistema de turnos, le toca a un teniente general del Ejército de Tierra. El que suena con más fuerza es el inspector general del Ejército, el madrileño Ricardo Álvarez-Espejo.
Según confirmó ECD hace apenas un mes, un hipotético gobierno de Mariano Rajoy respetará efectivamente el sistema de turnos por el que los tres ejércitos van rotándose al frente de la Jefatura del Estado Mayor de la Defensa, actualmente bajo las órdenes del almirante general García Sánchez. En esta ocasión le toca al Ejército de Tierra.
Dieciséis tenientes generales se disputan el puesto
Según esta norma no escrita, dieciséis tenientes generales de Tierra aspiran a ser nombrados nuevo jefe de las Fuerzas Armadas. Se trata de la cuarta autoridad militar del país, por debajo del Rey, el presidente del Gobierno y el ministro de Defensa.
Fuentes del Estado Mayor de Ejército de Tierra confirman que hay “cierto nerviosismo” entre los aspirantes. La decisión es política y corresponderá en exclusiva al gobierno, sin necesidad de pasar por el Congreso. Es el Rey quien debe nombrarlo, a propuesta del presidente del gobierno tras deliberación del Consejo de Ministros.
Un nombre que gusta en Moncloa
Pues bien. Entre todos los candidatos, hay un nombre que en las últimas semanas suena especialmente en el Palacio de La Moncloa. Se trata del teniente general Ricardo Álvarez-Espejo, inspector general del Ejército en Barcelona.
Álvarez-Espejo ha sido la cabeza visible de las Fuerzas Armadas en Cataluña desde octubre de 2013, poco después de la cadena humana organizada por grupos independentistas para reivindicar la consulta.
“Qué coño pintas tu aquí, facha”
Según las fuentes a las que ha tenido acceso ECD, en Moncloa no se pasan por alto los “sapos que ha tenido que tragar” Álvarez-Espejo durante los últimos años. Fuentes políticas de alto nivel valoran especialmente que haya sabido “mantenerse firme en su posición y cumplir su misión sin salirse de las órdenes”.
Y las afrentas no han sido pocas. Una de las situaciones más difíciles en las que se vio envuelto ocurrió durante la toma de posesión de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Aquel día fue insultado y abucheado por la multitud que esperaba fuera del consistorio. “Qué coño pintas tu aquí, facha” se llegó a escuchar en algún momento.
Durante el acto, el general también se mostró impasible mientras algunos miembros de la CUP cantaban a su lado ‘Els Segadors’ y lanzaban vivas a la organización terrorista ‘Terra Lliure’.
Objetivo de los independentistas
Como máximo representante del Ejército en Cataluña también estuvo en el punto de mira de los partidos nacionalistas. CiU, por ejemplo, filtró la asistencia de Álvarez-Espejo a un foro económico con empresarios catalanes insinuando incluso la existencia de ciertos “movimientos golpistas”.
En dicho encuentro, al que el teniente general acudió bajo la condición de máxima discreción, se trató principalmente de un asunto: la posible reapertura de un museo militar en Barcelona. Según pudo saber ECD entonces, ni Álvarez-Espejo ni un general de la Guardia Civil que también estuvo presente en la cena se manifestaron políticamente sobre la independencia.
Y es que por aquel entonces los militares habían recibido una orden clara, expresa y tajante del gobierno: no hablar de Cataluña bajo ningún concepto. No sólo en público, sino en cualquier tipo de acto –incluso privado. Desde el Gobierno entendían que cualquier declaración sería utilizada por los independentistas en contra de las Fuerzas Armadas.
Su problema: la edad
Fuentes militares consultadas por ECD recuerdan, sin embargo, que el teniente general Álvarez-Espejo se enfrenta a un obstáculo importante. Actualmente tiene 62 años. Los números no salen: en caso de ser elegido debería pasar a la reserva a mitad de su mandato.
Dicho esto, nadie duda de que el Gobierno que asumirá la decisión, analizará todas las opciones. En caso de que fuese nombrado y pasase posteriormente a la reserva, sería la primera vez que un JEMAD es sustituido antes de terminar su misión al frente de las Fuerzas Armadas.
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