lunes, 22 de agosto de 2016

LAS 10 ISLAS HABITADAS MAS INADCESIBLES DEL MUNDO



En pleno siglo XXI todavía quedan lugares cuyos habitantes no pueden salir en zapatillas a pedirle pan a los vecinos…. ¡porque los vecinos más próximos están a cientos de kilómetros de proceloso océano!
Estas son las islas habitadas más remotas que existen, lugares a los que para llegar (o salir) te lo tienes que pensar dos veces:

1. Tristan da Cunha (Reino Unido)
Ostenta el honor de ser el lugar habitado más alejado de cualquier otro lugar habitado del planeta. Esta isla volcánica perteneciente al Reino Unido y con apenas 300 habitantes emerge en pleno Atlántico sur a 2.810 kilómetros de Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y a 2.334 de la isla –también británica- de Santa Helena. El peñasco es tan abrupto que no hubo manera de construir un aeropuerto. La única vía de comunicación de Tristán da Cunha con el resto del mundo son dos barcos de una compañía pesquera, el MV Edinburgh y el MV Baltic, que cada dos meses hacen la travesía desde Ciudad del Cabo. El viaje dura unos seis días, si la mar no se pone canalla. Cada barco tiene una capacidad máxima para 12 pasajeros. Los no residentes en la isla tienen además que solicitar un permiso previo para que sea autorizada su estancia en el archipiélago.
2. Kanton Island (Kiribati)
El 5 de mayo de 2010 Alex Bond, un navegante oceánico británico, ancló su pequeño velero, el Mary Powell, con el que hacía la travesía desde Hawái hasta Australia, frente a la costa de un atolón perdido en el Pacífico. Su sorpresa fue mayúscula cuando vio salir de la espesura a un grupo de nativos que le pedían ayuda. Los 24 habitantes de Kanton Island, uno de los islotes que componen el pequeño país de Kiribati, habían sido olvidados por su gobierno y llevaban meses sin recibir ayuda exterior. Los 14 adultos y 10 niños que quedaban en la isla estaban famélicos y hambrientos. Bond les dio comida y organizó por radio una expedición con víveres. Kanton es el más septentrional de los atolones del archipiélago de Kiribati y está a 1.760 kilómetros de la capital de la república, el lugar habitado más cercano. Lo curioso es que tiene una pista aérea de 1.900 metros de longitud construida por los americanos durante la II Guerra Mundial. Pero en la década de los 70 quedó abandonada.
3. Isla North Sentinel (India)
Esta isla del mar de Andamán, al este de golfo de Bengala (océano Índico) no es inaccesible por su lejanía. De hecho, está a pocas millas de la isla grande de Andamán. Lo es por otra razón más singular: sus habitantes son fieros aborígenes que hasta el día de hoy no han permitido que nadie desembarque en sus costas. Cualquier intento de hacerlo ha concluido con una lluvia de flechas y una ferocidad extrema. No se sabe nada de ellos: ni cuántos son, ni a qué grupo étnico pueden pertenecer, ni cuál es su lengua o su cultura. Viven aún en el Paleolítico. La isla tiene 72 kilómetros cuadrados, está cubierta de jungla y rodeada por un arrecife que hace imposible acercarse a la costa durante 10 meses al año. Un intento de desembarco por parte de unos antropólogos que estaban filmando un documental en 1974 acabó con el director herido por una flecha y el grupo en desbandada. Hubo nuevos intentos de aproximación en los 90, pero fueron igual de inútiles. A los habitantes de estas islas les trae al pairo la modernidad.
4. Kapingamarangi (Federación de Micronesia)
Once días de navegación en un pequeño velero de 45 pies necesité para llegar a este remoto atolón del Pacífico el pasado mes de abril. Kapingamarangi es una isla coralina de apenas un kilómetro cuadrado de superficie habitable donde viven 350 personas ajenas al resto del mundo. Son autosuficientes: tienen agua potable, pescado, cocos, bananos, cerdos, gallinas, taro, calabazas… La única forma de llegar a la isla es alquilando un barco –como hice yo- o esperando al carguero del gobierno micronesio que dos o tres veces al año va hasta Kapingamarangi para llevar víveres, combustible y enseres varios. El barco trae de vuelta también para sus vacaciones a los alumnos de bachillerato, que han de ir a estudiar a la capital del estado, Pohnpei, situada a 750 kilómetros de Kapingamarangi. Una vez al año pasa un crucero de lujo cuyos pasajeros descienden en botes al atolón si la climatología lo permite.
5. Pitcairn (Territorio Británico de Ultramar)
Cuando en 1789 Fletcher Christian y otros 11 marineros se amotinaron en el HMS Bounty -protagonizando la rebelión a bordo más famosa de la historia- abandonaron al capitán Bligh y sus fieles en una barcaza y tomaron las de Villadiego tratando de encontrar una isla perdida en el Pacífico donde nadie los encontrara. Esa isla resultó ser Pitcairn, un viejo volcán que emerge en una esquina de la Polinesia. Si sería remoto entonces que aún hoy llegar o salir de Pitcairn es una aventura. No hay aeropuerto y la única comunicación con el resto del mundo es un carguero que llega varias veces al año desde Mangareva, en las islas Gambier (Polinesia Francesa) o a bordo de algunos cruceros de lujo que pasan por aquí.
6. Isla de Hornos (Chile)
El Cabo de Hornos, el fin del continente americano por el sur, no está en el continente, sino en una isla. Una isla remota, rodeada por un mar embravecido, donde parece estar situada la fábrica mundial de viento. Antes era un destacamento de tres militares chilenos el que cuidaba de las instalaciones y daba soberanía a este mítico punto de la navegación mundial. Ahora quien se encarga del faro y de la estación meteorológica es un solo militar, que debe residir en la isla durante un año con su familia. Aunque parezca mentira, hay más de 500 solicitudes cada nueva convocatoria para el puesto. A la isla de Hornos solo se puede llegar en barco privado o en uno de los dos cruceros que hacen el recorrido de los canales patagónicos entre Punta Arenas (Chile) y Ushuaia (Argentina).
7. Islas Tokelau (Nueva Zelanda)
En este archipiélago formado por tres atolones coralinos que juntos no suman ni 10 kilómetros cuadrados de tierra emergida viven casi 1.500 personas. Pero no hay aeropuerto ni línea marítima alguna con Nueva Zelanda, país del que dependen. La única conexión con el mundo es el carguero que llega cada pocos meses. Aun así se las han arreglado para ser el primer territorio del mundo que obtiene el 100 % de su energía mediante fuentes renovables. Los 4.032 paneles fotovoltaicos y 1.344 baterías han obrado el milagro.
8. Islas Agalega (República de Mauricio)
Se trata de dos pequeñas islas perdidas en el océano Índico, a 1.100 kilómetros de isla Mauricio. Aunque hay una pequeña pista de aterrizaje en la isla del norte, no existen vuelos comerciales. La única forma de arribar es en barco: dos días y medio de navegación desde Port-Louis, capital de Mauricio. La población actual no supera los 300 habitantes.
9. Palmerston (islas Cook)
El Pacífico está lleno de islas remotas y de difícil acceso. Otra de ellas es Palmerston, una de las islas del archipiélago de las Cook. Está a 500 kilómetros de la isla habitada más cercana y solo recibe la visita de un carguero con provisiones dos veces al año. Lo curioso de Palmerston es que 60 de sus 62 habitantes descienden del mismo hombre: William Masters. Este carpintero británico se estableció en la isla en 1863 para cultivar cocos y procesar su aceite. Cada seis meses pasaba un barco a recoger la mercancía. Masters se fue con tres mujeres polinesias con las que tuvo 23 hijos. Ellos heredaron la isla.
10. Hopen Island (Noruega)
Las islas Svalbard son el territorio permanentemente habitado más cercano al Polo Norte. Apenas 900 kilómetros separan el techo del globo terráqueo de este curioso archipiélago noruego cubierto en buena parte por hielos y donde hay más osos polares que humanos. La mayoría de la población vive en la isla grande, Spitzbergen. Excepto cuatro científicos que pasan el año cuidando la estación meteorológica de Hopen Island, la más aislada de todo el archipiélago. Un pedazo de tierra de 33 kilómetros de largo por dos de ancho donde solo hay hielo, rocas y aves marinas

1 comentario:

  1. Muy interesante!! El año pasado, estuve haciendo en Asia estudios de geociencia con mi equipo de trabajo. Teníamos una lista de países en la mira, entre ellos la India. Anteriormente había hecho par de viajes a la India y había escuchado de La isla de North Sentinel, Un lugar fascinante poblado por indígenas tan agresivos y hostiles que al mundo simplemente ha dejado de importarle. Me encantaría explorarla, ojala en algún momento tengamos acceso a ella.

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