Los buques egipcios que pueden alterar el poder militar en Oriente Medio
Finalmente los dos buques anfibios de la clase Mistral que Francia había construido para Rusia van a acabar en Egipto: una navaja suiza en pleno Oriente Medio
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Finalmente los dos buques anfibios de la clase Mistral que Francia había construido para Rusia van a acabar en Egipto. Los dos barcos, que se iban a llamar Vladivostok y Sebastopol, eran la mayor compra de equipo militar de Rusia en Occidente desde la Segunda Guerra Mundial, con un valor estimado superior a los 1.000 millones de euros.
Sin embargo, a resultas de la crisis ucraniana, Francia primero retrasó la entrega y más tarde canceló la venta, devolviendo la mayor parte del importe a los rusos. Tras negociaciones con varios posibles compradores, los dos barcos al final han sido vendidos a Egipto, se ha informado que por unos 950 millones de euros (financiados por Arabia Saudí). Su llegada a Oriente Medio puede cambiar significativamente la situación estratégica en varios puntos clave de la región, ya que se trata de barcos muy potentes y capaces de múltiples misiones diferentes: la 'navaja suiza' de la armada francesa.
La clase Mistral son buques de asalto anfibios que dan a sus propietarios la capacidad de colocar un batallón de blindados pesados, 450 hombres y 10 helicópteros a miles de kilómetros de sus costas por un precio relativamente asequible en términos de construcción, equipamiento y mantenimiento. Dotados con una cubierta de vuelo de 6.800 metros cuadrados con 6 puntos de aterrizaje de helicópteros (el de proa capaz de recibir aparatos pesados como el convertiplano V-22 ‘Osprey’) y un hangar que puede albergar 16 aparatos, los Mistral sin embargo no son capaces de operar aviones de despegue vertical como los Sea Harrier o el F-35B.
Son buques de asalto con la capacidad de colocar un batallón de blindados, 450 hombres y 10 helicópteros a miles de kilómetros por un precio asequible
Esto significa que la defensa aérea de la flota debe ser tarea de sus escoltas. Según el primer capitán del barco que da nombre a la clase éste es capaz de operar hasta con 30 helicópteros si la situación lo requiere. Para mover los helicópteros entre el hangar y la cubierta de vuelo hay dos ascensores capaces de manejar 13 toneladas; el principal está en la línea media de la cubierta y tiene 225 metros cuadrados, lo que le permite mover máquinas con el rotor en posición de vuelo; el secundario está detrás de la superestructura y tiene 125 metros cuadrados. Los barcos pueden operar todos los helicópteros en servicio en las fuerzas armadas francesas, pero su complemento suele incluir transportes NH90, helicópteros de ataque Tigre y helicópteros ligeros (Lynx, Puma, Écureil, Panther).
La principal tarea de la clase Mistral es transportar y desembarcar una compacta pero poderosa fuerza terrestre que puede incluir 450 marines (1.000 en misiones cortas) con 70 vehículos (entre ellos 13 tanques pesados) o bien 40 carros de combate, y desembarcarlos a través de su dique interior inundable usando lanchas de desembarco como los catamaranes 'Engin de débarquement amphibie rapide' (EDA-R: máquina de desembarco anfibio rápido). Los EDA-R tienen configuración 'rollon'/'rolloff', 125 metros cuadrados de cubierta y pueden transportar hasta 80 toneladas (110 en emergencias). Hasta 4 de ellos pueden operar desde los Mistral, que también pueden usar dos hovercraft de desembarco LCAC estadounidenses, mejorando la interoperabilidad dentro de la OTAN.
Los barcos tienen también una importante capacidad secundaria de ayuda en caso de catástrofes humanitarias gracias a sus helicópteros, y están dotados con un hospital de estándar Role 3 de la OTAN que equivale al de una ciudad de 25.000 habitantes. Este hospital cuenta con 69 camas (7 de cuidados intensivos), dos bloques de quirófanos, sección de radiología, odontología, etc. Gracias a sistemas de telepresencia es incluso posible realizar procedimientos complejos con guía desde tierra. Hay 50 camas supletorias que pueden desplegarse en una zona del hangar en caso necesario.
El acomodo de las tropas embarcadas es de muy alto estándar, con camarotes individuales para los oficiales, dobles para los suboficiales y de 4 o 6 camas para la tropa que nada tienen que envidiar a los de los cruceros vacacionales.
Otra de las especialidades de estos barcos es el mando y control de operaciones, para lo que cuentan con un centro de mando de 850 metros cuadrados que puede albergar hasta 150 efectivos. Los barcos tienen instalado un sistema de mando SENIT ('Système d'Exploitation Navale des Informations Tactiques', sistema para el uso naval de información táctica) derivado de un sistema estadounidense similar. El SENIT integra datos de un radar tridimensional multioperación Thales MRR3D-NG y dispone de enlaces de datos estándar OTAN. De las comunicaciones se encargan varios satélites franceses.
De la propulsión se encargan dos propulsores azimutales Rolls-Royce Mermaid de 7 MW de potencia que mueven 2 hélices de 5 palas, un sistema poco probado a largo plazo en barcos militares. Los propulsores esazimutales son motores eléctricos situados fuera del casco que son capaces de girar 360 grados, lo que hace innecesarios los timones y proporciona una gran maniobrabilidad, liberando además espacio interior.
La electricidad necesaria es generada por 3 alternadores diésel Wärtsilä de 6,2 MW complementados por un Wärtsilä Vaasa auxiliar de 3 MW. Los propulsores impulsan al barco a 18,8 nudos, velocidad a la que tienen combustible para hacer 5.800 millas náuticas (10.800 km); a 15 nudos su autonomía es de 10.700 millas náuticas (19.800 km). El barco tiene una tripulación de apenas 160 marinos, excluyendo el contingente aéreo, gracias a un extenso grado de automatización en sus operaciones.
El barco tiene una tripulación de apenas 160 marinos, excluyendo el contingente aéreo, gracias a un extenso grado de automatización en sus operaciones
Los barcos franceses van muy ligeramente armados con dos lanzadores Simbad de misiles antiaéreos de guiado infrarrojo Mistral y 4 ametralladoras de calibre 12,7 mm, además de otras ligeras. Las versiones rusas (ahora egipcias) llevaban misiles de aquel origen y añadían 4 morteros antisaboteadores. En todo caso la débil capacidad de autodefensa hace a estos barcos dependientes de una seria escolta en caso de guerra.
Además para ahorrar costes los buques están construidos con estándares técnicos comerciales, es decir, los que usan los mercantes, mucho menos exigentes que los militares. A cambio según expertos militares los Mistral proporcionan una capacidad operativa cercana a la de los buques de asalto anfibios estadounidenses de la clase Wasp pero a una sexta parte del coste. Los tres barcos (Mistral, Tonnerre y Dixmude) han participado en acciones de evacuación y de ayuda humanitaria en el Mediterráneo y África.
Como comparación el buque español de proyección estratégica Juan Carlos I es más grande, más rápido, tiene mayor capacidad de transporte de tropas y vehículos, dispone de 'ski-jump' que posibilita el uso de aviones de despegue vertical y de más puntos de aterrizaje de aeronaves pesadas. Además está construido con estándares militares en algunos de sus sistemas principales (combate, manejo de munición, cubierta de vuelo, abastecimiento en marcha, control de daños) que resultan más resistentes. Por otra parte utiliza también propulsores azimutales y su radio de acción es algo más pequeño. El modelo Juan Carlos I es la base de los clase Camberra australianos y de un futuro gemelo en Turquía.
Los barcos de origen soviético han parcheado el problema durante estos años, pero su progresivo deterioro y el aumento de tensiones en ciertas áreas hace que la marina rusa necesite nuevos barcos con nuevas capacidades. Las dificultades de las fuerzas armadas rusas para controlar la costa durante la guerra Rusia-Georgia (o de Osetia del Sur) de agosto de 2008 dejaron claras las deficiencias en este área. Según el antiguo jefe del Estado Mayor del ejército ruso, general Makarov, el desarrollo local de las tecnologías necesarias para construir buques de desembarco supondría un retraso de 10 años que Rusia no podía permitirse.
Las negociaciones incluían cierto nivel de transferencia tecnológica por el cual parte de los buques (hasta el 40%) sería construido en Rusia, aunque integrado y montado en Francia. Además los planos fueron alterados para integrar equipos y armas de origen ruso y para poder usar helicópteros de aquella nacionalidad más fácilmente.
La intención rusa era construir más tarde en sus propios astilleros hasta 4 ejemplares más y repartirlos entre sus áreas de interés
En servicio ruso los Mistral hubiesen llevado a bordo helicópteros de ataque Ka-27K ‘Alligator’ y multifunción Ka-27PL (antisubmarinos) y Ka-27PS (SAR), que al ser más pequeños que los NH-90 habrían aumentado el contingente utilizable. También se hizo necesario modificar los sistemas de climatización para acomodarlos a los inviernos nórdicos.
La intención rusa era construir más tarde en sus propios astilleros hasta 4 ejemplares más y repartirlos entre sus áreas de interés: el Báltico, el Mar Negro y el Pacífico, donde se está produciendo una verdadera carrera armamentística de portaviones y buques de proyección estratégica.
Tras el golpe de estado que colocó como presidente al general Al Sisi Egipto ha sufrido fuertes convulsiones internas. Para acallar críticas y debido a la presencia en su territorio de grupos terroristas el gobierno egipcio se ha lanzado a una serie de compras de material militar que planea pagar con las regalías del nuevo Canal de Suez, recién ampliado.
Por razones políticas y estratégicas Egipto (que ha sido cliente tanto de los EE UU como de Rusia en material militar) decidió optar por la tecnología francesa. Y generosamente financiado con fondos saudíes Al Sisi ha puesto en marcha toda una serie de grandes programas de armamento que han favorecido enormemente a la industria francesa.
Así Egipto adquirió 24 cazas Rafale a Dassault y una fragata FREMM (con opción a una segunda) por valor de casi 4.000 millones de euros, además de cuatro corbetas Gowind (y opciones para dos más) que se construirán casi todas en Alejandría; tanto quería Francia vender el armamento que cedió al comprador vehículos destinados a sus propias fuerzas armadas para acelerar la entrega.
Las dos Mistral suman otros 950 a 1.000 millones de euros al pedido, y cuentan con la ventaja de estar parcialmente adaptadas a helicópteros y sistemas rusos de los que dispone Egipto. Además muy recientemente se firmó la venta de 50 helicópteros Ka.52 'Alligator' por Rusia a Egipto; los barcos están preparados para usar la versión navalizada de este mismo modelo. Todo encaja.
Aparte del prestigio nacional lo cierto es que Egipto puede hacer muy buen uso de barcos como los Mistral. Los ataques de grupos terroristas en la península del Sinaí se han hecho crónicos, y más recientemente se han detectado actividades sospechosas en el Desierto Occidental hacia la frontera con Libia, país actualmente en plena guerra civil. Disponer de la capacidad de desembarcar tropas con apoyo blindado y de helicópteros también podría suponer un gran cambio en las actuales operaciones en Yemen, donde Egipto tiene ya una presencia militar sobre el terreno.
Respecto a la posibilidad de su uso contra Israel es dudoso que estos barcos puedan sobrevivir en un entorno de combate de alta intensidad sin disponer de fuertes grupos de escolta, quizá formados por las corbetas Gowind con respaldo de fragatas FREMM.
Los clase Mistral son buques de combate modernos, muy optimizados en cuanto a costes y enormemente versátiles, aptos tanto para incursiones como para mostrar la bandera, bloqueos, misiones de escolta o alivio de catástrofes humanitarias. A cambio son más frágiles y estén mucho peor protegidos que otros barcos de combate, lo que les hace dependientes de su grupo de escoltas. Se podría decir que se trata de buques de tiempo de paz, y que un país como Egipto ciertamente puede hacer un buen uso de ellos. Al fin y al cabo, ¿a quién no le viene bien tener a mano una navaja suiza?
Sin embargo, a resultas de la crisis ucraniana, Francia primero retrasó la entrega y más tarde canceló la venta, devolviendo la mayor parte del importe a los rusos. Tras negociaciones con varios posibles compradores, los dos barcos al final han sido vendidos a Egipto, se ha informado que por unos 950 millones de euros (financiados por Arabia Saudí). Su llegada a Oriente Medio puede cambiar significativamente la situación estratégica en varios puntos clave de la región, ya que se trata de barcos muy potentes y capaces de múltiples misiones diferentes: la 'navaja suiza' de la armada francesa.
La clase Mistral son buques de asalto anfibios que dan a sus propietarios la capacidad de colocar un batallón de blindados pesados, 450 hombres y 10 helicópteros a miles de kilómetros de sus costas por un precio relativamente asequible en términos de construcción, equipamiento y mantenimiento. Dotados con una cubierta de vuelo de 6.800 metros cuadrados con 6 puntos de aterrizaje de helicópteros (el de proa capaz de recibir aparatos pesados como el convertiplano V-22 ‘Osprey’) y un hangar que puede albergar 16 aparatos, los Mistral sin embargo no son capaces de operar aviones de despegue vertical como los Sea Harrier o el F-35B.
Son buques de asalto con la capacidad de colocar un batallón de blindados, 450 hombres y 10 helicópteros a miles de kilómetros por un precio asequible
Esto significa que la defensa aérea de la flota debe ser tarea de sus escoltas. Según el primer capitán del barco que da nombre a la clase éste es capaz de operar hasta con 30 helicópteros si la situación lo requiere. Para mover los helicópteros entre el hangar y la cubierta de vuelo hay dos ascensores capaces de manejar 13 toneladas; el principal está en la línea media de la cubierta y tiene 225 metros cuadrados, lo que le permite mover máquinas con el rotor en posición de vuelo; el secundario está detrás de la superestructura y tiene 125 metros cuadrados. Los barcos pueden operar todos los helicópteros en servicio en las fuerzas armadas francesas, pero su complemento suele incluir transportes NH90, helicópteros de ataque Tigre y helicópteros ligeros (Lynx, Puma, Écureil, Panther).
La principal tarea de la clase Mistral es transportar y desembarcar una compacta pero poderosa fuerza terrestre que puede incluir 450 marines (1.000 en misiones cortas) con 70 vehículos (entre ellos 13 tanques pesados) o bien 40 carros de combate, y desembarcarlos a través de su dique interior inundable usando lanchas de desembarco como los catamaranes 'Engin de débarquement amphibie rapide' (EDA-R: máquina de desembarco anfibio rápido). Los EDA-R tienen configuración 'rollon'/'rolloff', 125 metros cuadrados de cubierta y pueden transportar hasta 80 toneladas (110 en emergencias). Hasta 4 de ellos pueden operar desde los Mistral, que también pueden usar dos hovercraft de desembarco LCAC estadounidenses, mejorando la interoperabilidad dentro de la OTAN.
El acomodo de las tropas embarcadas es de muy alto estándar, con camarotes individuales para los oficiales, dobles para los suboficiales y de 4 o 6 camas para la tropa que nada tienen que envidiar a los de los cruceros vacacionales.
Otra de las especialidades de estos barcos es el mando y control de operaciones, para lo que cuentan con un centro de mando de 850 metros cuadrados que puede albergar hasta 150 efectivos. Los barcos tienen instalado un sistema de mando SENIT ('Système d'Exploitation Navale des Informations Tactiques', sistema para el uso naval de información táctica) derivado de un sistema estadounidense similar. El SENIT integra datos de un radar tridimensional multioperación Thales MRR3D-NG y dispone de enlaces de datos estándar OTAN. De las comunicaciones se encargan varios satélites franceses.
De la propulsión se encargan dos propulsores azimutales Rolls-Royce Mermaid de 7 MW de potencia que mueven 2 hélices de 5 palas, un sistema poco probado a largo plazo en barcos militares. Los propulsores esazimutales son motores eléctricos situados fuera del casco que son capaces de girar 360 grados, lo que hace innecesarios los timones y proporciona una gran maniobrabilidad, liberando además espacio interior.
La electricidad necesaria es generada por 3 alternadores diésel Wärtsilä de 6,2 MW complementados por un Wärtsilä Vaasa auxiliar de 3 MW. Los propulsores impulsan al barco a 18,8 nudos, velocidad a la que tienen combustible para hacer 5.800 millas náuticas (10.800 km); a 15 nudos su autonomía es de 10.700 millas náuticas (19.800 km). El barco tiene una tripulación de apenas 160 marinos, excluyendo el contingente aéreo, gracias a un extenso grado de automatización en sus operaciones.
El barco tiene una tripulación de apenas 160 marinos, excluyendo el contingente aéreo, gracias a un extenso grado de automatización en sus operaciones
Los barcos franceses van muy ligeramente armados con dos lanzadores Simbad de misiles antiaéreos de guiado infrarrojo Mistral y 4 ametralladoras de calibre 12,7 mm, además de otras ligeras. Las versiones rusas (ahora egipcias) llevaban misiles de aquel origen y añadían 4 morteros antisaboteadores. En todo caso la débil capacidad de autodefensa hace a estos barcos dependientes de una seria escolta en caso de guerra.
Además para ahorrar costes los buques están construidos con estándares técnicos comerciales, es decir, los que usan los mercantes, mucho menos exigentes que los militares. A cambio según expertos militares los Mistral proporcionan una capacidad operativa cercana a la de los buques de asalto anfibios estadounidenses de la clase Wasp pero a una sexta parte del coste. Los tres barcos (Mistral, Tonnerre y Dixmude) han participado en acciones de evacuación y de ayuda humanitaria en el Mediterráneo y África.
Como comparación el buque español de proyección estratégica Juan Carlos I es más grande, más rápido, tiene mayor capacidad de transporte de tropas y vehículos, dispone de 'ski-jump' que posibilita el uso de aviones de despegue vertical y de más puntos de aterrizaje de aeronaves pesadas. Además está construido con estándares militares en algunos de sus sistemas principales (combate, manejo de munición, cubierta de vuelo, abastecimiento en marcha, control de daños) que resultan más resistentes. Por otra parte utiliza también propulsores azimutales y su radio de acción es algo más pequeño. El modelo Juan Carlos I es la base de los clase Camberra australianos y de un futuro gemelo en Turquía.
Por qué Rusia
El interés ruso por esos buques tiene su origen en la desintegración de la Unión Soviética que dejó algunos de los principales astilleros y fábricas de materiales militares en países ajenos a Rusia. Esto dañó muy seriamente la capacidad de este país para construir grandes barcos de guerra, lo que quedó más que demostrado con el fiasco de la venta del portaviones remozado Admiral Gorshkov a la India.Los barcos de origen soviético han parcheado el problema durante estos años, pero su progresivo deterioro y el aumento de tensiones en ciertas áreas hace que la marina rusa necesite nuevos barcos con nuevas capacidades. Las dificultades de las fuerzas armadas rusas para controlar la costa durante la guerra Rusia-Georgia (o de Osetia del Sur) de agosto de 2008 dejaron claras las deficiencias en este área. Según el antiguo jefe del Estado Mayor del ejército ruso, general Makarov, el desarrollo local de las tecnologías necesarias para construir buques de desembarco supondría un retraso de 10 años que Rusia no podía permitirse.
Las negociaciones incluían cierto nivel de transferencia tecnológica por el cual parte de los buques (hasta el 40%) sería construido en Rusia, aunque integrado y montado en Francia. Además los planos fueron alterados para integrar equipos y armas de origen ruso y para poder usar helicópteros de aquella nacionalidad más fácilmente.
La intención rusa era construir más tarde en sus propios astilleros hasta 4 ejemplares más y repartirlos entre sus áreas de interés
En servicio ruso los Mistral hubiesen llevado a bordo helicópteros de ataque Ka-27K ‘Alligator’ y multifunción Ka-27PL (antisubmarinos) y Ka-27PS (SAR), que al ser más pequeños que los NH-90 habrían aumentado el contingente utilizable. También se hizo necesario modificar los sistemas de climatización para acomodarlos a los inviernos nórdicos.
La intención rusa era construir más tarde en sus propios astilleros hasta 4 ejemplares más y repartirlos entre sus áreas de interés: el Báltico, el Mar Negro y el Pacífico, donde se está produciendo una verdadera carrera armamentística de portaviones y buques de proyección estratégica.
Por qué Egipto
Tras la cancelación oficial del contrato Francia se mostró dispuesta a vender el Vladivostok y el Sebastopol a quien deseara comprarlos. El mercado estaba animado dado que numerosos países habían expresado su interés por los Mistral: Brasil, Turquía (que finalmente construirá un derivado del Juan Carlos I español), Polonia, Malasia, la India y Sudáfrica estudiaban procurarse un barco de este tipo. El país más interesado, sin embargo, era Canadá, que había negociado con Francia construir al menos dos (y probablemente tres). Finalmente el comprador ser Egipto. Y Francia está encantada de colocarlos allí.Tras el golpe de estado que colocó como presidente al general Al Sisi Egipto ha sufrido fuertes convulsiones internas. Para acallar críticas y debido a la presencia en su territorio de grupos terroristas el gobierno egipcio se ha lanzado a una serie de compras de material militar que planea pagar con las regalías del nuevo Canal de Suez, recién ampliado.
Por razones políticas y estratégicas Egipto (que ha sido cliente tanto de los EE UU como de Rusia en material militar) decidió optar por la tecnología francesa. Y generosamente financiado con fondos saudíes Al Sisi ha puesto en marcha toda una serie de grandes programas de armamento que han favorecido enormemente a la industria francesa.
Las dos Mistral suman otros 950 a 1.000 millones de euros al pedido, y cuentan con la ventaja de estar parcialmente adaptadas a helicópteros y sistemas rusos de los que dispone Egipto. Además muy recientemente se firmó la venta de 50 helicópteros Ka.52 'Alligator' por Rusia a Egipto; los barcos están preparados para usar la versión navalizada de este mismo modelo. Todo encaja.
Aparte del prestigio nacional lo cierto es que Egipto puede hacer muy buen uso de barcos como los Mistral. Los ataques de grupos terroristas en la península del Sinaí se han hecho crónicos, y más recientemente se han detectado actividades sospechosas en el Desierto Occidental hacia la frontera con Libia, país actualmente en plena guerra civil. Disponer de la capacidad de desembarcar tropas con apoyo blindado y de helicópteros también podría suponer un gran cambio en las actuales operaciones en Yemen, donde Egipto tiene ya una presencia militar sobre el terreno.
Respecto a la posibilidad de su uso contra Israel es dudoso que estos barcos puedan sobrevivir en un entorno de combate de alta intensidad sin disponer de fuertes grupos de escolta, quizá formados por las corbetas Gowind con respaldo de fragatas FREMM.
Los clase Mistral son buques de combate modernos, muy optimizados en cuanto a costes y enormemente versátiles, aptos tanto para incursiones como para mostrar la bandera, bloqueos, misiones de escolta o alivio de catástrofes humanitarias. A cambio son más frágiles y estén mucho peor protegidos que otros barcos de combate, lo que les hace dependientes de su grupo de escoltas. Se podría decir que se trata de buques de tiempo de paz, y que un país como Egipto ciertamente puede hacer un buen uso de ellos. Al fin y al cabo, ¿a quién no le viene bien tener a mano una navaja suiza?
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