viernes, 9 de octubre de 2015

EL ESPÍRITU DEL SOLDADO ANTE EL ASALTO (Teniente General Emilio Pérez Alamán)


 

defensa-ejercito-militares-espanoles-afganistan-041212“El que tuviere orden de conservar su puesto a toda costa, lo hará”
Así lo expresa el Artículo 90 de las Reales Ordenanzas para el Ejército aprobadas en el año 2009, después de las múltiples modificaciones hechas por los políticos, corrigiendo incluso a la Comisión Militar encargada de adaptar las de Carlos III a los nuevos tiempos, sin querer reconocer, como es habitual, que los valores son intemporales. Se tienen o no se tienen, con las correspondientes consecuencias.
libro-de-ordenanzasPues bien, pese a la intención nada disimulada de desfigurar el contenido ético y moral de aquellas Ordenanzas Reales para sus Ejércitos del buen Rey, en aras de la modernidad, este artículo 90 se mantiene en el nuevo texto como piedra angular del espíritu del soldado de todos lo tiempos. Porque es imposible concebir que el responsable de la defensa a ultranza de la Nación, el soldado, no interiorice en lo más profundo de su ser, desde la incorporación a su Unidad, que su sublime misión de entregar la vida por la Patria y sus compatriotas , alcanza el máximo grado cuando desde el puesto que se le ha asignado, ve llegar la avalancha exaltada que se lanza al asalto del puesto que tiene orden de defender a toda costa.
Estoy seguro de que algunos o muchos lectores se habrán anticipado, respondiendo que este mandato se debe aplicar en el caso de un combate. No les quito la razón porque a un combate no bélico me refiero. Al soldado, en las recientes Reales Ordenanzas se le asignan misiones de todo tipo, no solo guerreras, de hecho, en las mismas no aparece ni una sola vez la palabra guerra. Sin embargo la finalidad principal de los Ejércitos es la defensa de España y velar por la seguridad de los españoles y aunque no se inmiscuyan institucionalmente en terrenos ajenos, sus componentes son ciudadanos responsables y sensibles a los acontecimientos que afectan a todos.
Así mismo, cuando me refiero al espíritu del soldado, tampoco es mi intención hacerlo pensando exclusivamente en aquellos que visten el uniforme militar. Como reza nuestra Constitución todos los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España y estoy totalmente seguro de que muchos de ellos sienten ese articulo 90 de las ordenanzas militares, como un mandato cívico que les llama a mantener a toda costa los principios de una Nación única, unida y próspera en la que todos sean y se sientan iguales en todos los campos de la convivencia social, con la evolución necesaria en cada tiempo, pero con la firmeza de no admitir el asalto a sus cimientos históricos.scale
No es cuestión de realizar un análisis detenido ni alarmante, pero los hechos y algunas actitudes de los últimos meses han dado paso a la inquietud que origina esta reflexión que nada tiene de excluyente ni exclusiva, pero si quiere unirse a las muchas opiniones que avisan de los riesgos no deseados que se vislumbran.
Los hechos como:
-La pitada reiterada al Himno Nacional en presencia del Rey y la posterior falta de corrección
-Los pactos entre partidos de izquierda alterando la voluntad de la mayoría por la inadecuada ley electoral.
-La fractura social abierta en Cataluña y entre españoles por el desafío imparable de los independentistas sin una contundente respuesta legal
-La corrupción implantada en todos los niveles institucionales sin resolver en años, con una inaceptable repercusión en la moral social y la imagen de España.
-La gran preocupación ante el incierto futuro del Próximo Gobierno de España
-La inseguridad que originan las medidas de gobierno adoptadas por los ejecutivos autonómicos y locales.
Estos son los hechos en mi opinión más preocupantes, aunque, sin duda, pueden añadirse algunos más.
El-ordago-de-Mas-saca-menos-gente-a-la-calle-que-las-dos-diadas-anterioresComo consecuencia de estos hechos, se han explicitado de forma alarmante una serie de actitudes desafiantes, personales y de grupo o partido, que amenazan una convivencia en paz dentro de la normalidad. Esto, que pudiera considerarse como una toma de contacto con el fin de conocer la firmeza y fortaleza de la sociedad y sus normas, no es más que la táctica, de sobra conocida, de: “o lo aceptas o eres un intolerante, anti demócrata o facha” motivo por el cual procuran no actuar quienes tienen la responsabilidad de cortar actitudes como:
-La grosería, o más, en la toma de posesión de su escaño por parte de un senador, amonestado tímidamente por el Presidente y al final recibido con una “palmadita en el hombro, como si nada pasara.
-El nombramiento para cargos en ayuntamientos y autonomías de personas de comportamientos impresentables, incluso imputados ante la Justicia, que además de insultar a sus representados institucionalmente, los avergüenzan por lo soez de sus comportamientos.
-La actuación de un diputado proetarra disfrazado, rompiendo la Constitución delante de todos los españoles y la reacción del Presidente de las Cortes imposible de calificar por respeto al cargo que él no respeta, cuando lo incomprensible es que dicho diputado esté en la Cámara que representa a todos los españoles…cuadrilla_420x210
-Las imágenes repetidas de ayuntamientos tirando a la basura el busto del Rey y quitando su retrato oficial o la Bandera de España, de obligado cumplimiento.
-La campaña visceral antiespañola desplegada en ayuntamientos y autonomías contra costumbres y cultura de siglos, con la única intención de atacar lo español.
El manoseo impúdico para quitar de los callejeros de las ciudades nombres de ilustres españoles para sustituirlos por meras anécdotas.
– La manifestación antiespañola del director de cine galardonado con un premio nacional y lo que es peor, la pasividad casi complaciente de un Ministro de España
– La ofensa permanente a la Bandera de España, ya sea en el balcón del ayuntamiento de Barcelona o en el Parlamento europeo con motivo de la presencia del Rey…
30Y paro la relación, que resultaría interminable, con esta imagen deplorable de los eurodiputado españoles (?). Particularmente no he visto jamás que ninguno de los otros países miembros de la Unidad Europea hayan dado un espectáculo similar.
Los hechos y actitudes relatados y otros muchos que los lectores pueden añadir, es lo que considero el asalto de sus autores a su objetivo, España, por lo cual, todo aquel que la sienta, aunque le duela, debe retomar ese espíritu del soldado para mantenerla indemne a toda costa.
No estoy tocando arrebato ni llamando a las barricadas, estoy relatando unos hechos y unas actitudes que son, no solo conocidos, sino difundidos con la indiferencia de muchos desgraciadamente. Solamente pretendo avisar de que en la España de hoy, todo puede ser posible y admisible, todo menos lo que pretenda la desaparición física, moral y espiritual de nuestra Patria.
No soy un patriotero ni mucho menos salvapatrias, como muchos otros solo quiero lo mejor para España y a la vista del rumbo que ha tomado esta última singladura me veo en la obligación de compartir esta gran inquietud en busca de una solución colectiva que sea capaz de revertir la situación.
Ello sería factible desde la Monarquía Parlamentaria, logrando que la separación de Poderes, propio de un auténtico Estado de Derecho, sea una realidad en la que nada esté por encima de la Ley y con la modificación de la Constitución, que se debe mejorar, pero no cambiar para peor, según conveniencias partidistas.Fachada
Para terminar esta delicada reflexión, no se puede obviar el papel de los partidos políticos en esta defensa a toda costa de nuestra Patria. No hay por que excluir a nadie cuyo objetivo sea lo mejor para España y los españoles. De esta forma, sus propuestas para alcanzar el poder deberían centrarse en el “cómo” pretenden lograr ese objetivo común para que cada cual elija lo que le parezca mejor.
Por lo tanto déjense de campañas de imagen, de gestos que suenan a publicidad engañosa, de adornarse con la Bandera si no la defienden, de fichajes de estrella, demuestren que lo de la tolerancia cero con la corrupción es una realidad y no un slogan y sobre todo sientan autentico orgullo de ser españoles y comprométanse a legislar para que aquellos que no se consideren tales no puedan estar en las instituciones españolas ni representarlas. No ofrezcan más de lo que sean capaces de hacer por sus compatriotas y háganlo. En definitiva, asuman el espíritu del soldado ante el asalto y consideren que deben ser los primeros en mantener la defensa de España a toda costa.
aprendizTómese esta petición como el mayor de mis deseos y no como una ingenuidad, soy consciente de la imposibilidad de encajar la altura de miras del espíritu del soldado con la mirada a corto plazo del político. Esto no es de mi cosecha, lo expresa bien claro Winston Churchill cuando manifiesta que: “El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones” .
Emilio Pérez Alamán Teniente General (R.)

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