La Armada compra 500 granadas anti buceadores para integrarlas dentro de la Operación Sophia que opera en el Mediterráneo Centrar contra el tráfico de personas. El objetivo es proteger sus buques de los saboteadores que quieran dañar la embarcación.
La Armada española ha puesto en marcha una licitación para adquirir granadas antibuceadores. Estos dispositivos se utilizan para proteger los buques de posibles saboteadores. Concretamente la dirección de Abastecimiento y Transporte de la Armada adquirirá 500 explosivos.
Estos artefactos, tal y como ha podido saber El Confidencial Digital, se utilizarán en la Operación Sophia de las Fuerzas Armadas. Su objetivo es patrullar las aguas del Sur del Mediterráneo Central para identificar y capturar embarcaciones sospechosas.
La granada antibuceador es un artefacto que se arroja al mar y que al detonar el explosivo que contiene puede evitar la aproximación o el ataque al propio buque. Cuentan a ECD que la explosión bajo el mar puede causar la muerte del buceador o simplemente el aturdimiento del mismo, protegiendo de esta manera los daños que este pudiera ocasionar a la embarcación.
Está diseñado para ejercer una presión de 90 y 140 kg/cm2 mortal para el buceador en una distancia de tres metros. Mientras que una presión de 23 Kg/cm2 es capaz de disuadir al saboteador a una distancia de 12 metros.
Cuenta con una cabeza explosiva de 400 gr. que detona a una profundidad de entre 6 a 11 metros, manteniendo siempre una distancia de seguridad de 6 metros del buque.
Una vez suministradas estas granadas, deben de tener una vida útil de diez años siempre y cuando las condiciones de almacenaje sean las apropiadas previamente indicadas por el fabricante. El presupuesto del que dispone la Armada española es alrededor de 400.000 euros
Estos artefactos, tal y como ha podido saber El Confidencial Digital, se utilizarán en la Operación Sophia de las Fuerzas Armadas. Su objetivo es patrullar las aguas del Sur del Mediterráneo Central para identificar y capturar embarcaciones sospechosas.
La granada antibuceador es un artefacto que se arroja al mar y que al detonar el explosivo que contiene puede evitar la aproximación o el ataque al propio buque. Cuentan a ECD que la explosión bajo el mar puede causar la muerte del buceador o simplemente el aturdimiento del mismo, protegiendo de esta manera los daños que este pudiera ocasionar a la embarcación.
Está diseñado para ejercer una presión de 90 y 140 kg/cm2 mortal para el buceador en una distancia de tres metros. Mientras que una presión de 23 Kg/cm2 es capaz de disuadir al saboteador a una distancia de 12 metros.
Cuenta con una cabeza explosiva de 400 gr. que detona a una profundidad de entre 6 a 11 metros, manteniendo siempre una distancia de seguridad de 6 metros del buque.
Una vez suministradas estas granadas, deben de tener una vida útil de diez años siempre y cuando las condiciones de almacenaje sean las apropiadas previamente indicadas por el fabricante. El presupuesto del que dispone la Armada española es alrededor de 400.000 euros
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