9.722 muertos, 35.200 heridos, más de 1.000 desaparecidos. Total: 46.000 bajas.
7 Laureadas de San Fernando Colectivas. 22 Medallas Militares.
23 Laureadas de San Fernando Individuales. 211 Medallas Militares.
Es el tributo del cumplimiento de su Credo. Poco más hay que añadir. Aquí debería terminar mi homenaje a La Legión.
No hay más interpretación. En esas cifras está la historia de los legionarios, el servicio de la Legión a España. Su fundador quiso que los homenajes en la Legión fuesen para quien la elevó a la cima del honor y el valor: el legionario. Fechas: el 20 de septiembre y los sábados legionarios en recuerdo de los muertos. Son las únicas y auténticas fechas legionarias. De nuevo queda clara su razón de ser.
Nadie debe dar otra interpretación al sentido de la Legión. Bien está la que dio su fundador y quedó para siempre en ese código castrense cuya herencia sagrada pasa de generación en generación: el Credo de la Legión.
Que no surjan imitadores ni sucedáneos de lo inimitable, de lo único y sin igual. El único albacea de la herencia legionaria es el Mando Institucional junto a todos y cada uno los que visten la camisa legionaria. Escrito en el Credo está el testamento heredado, la voluntad de su fundador. Esa es la guía y el camino a seguir, el Camino de los Caballeros. No hay otro ni otras interpretaciones son válidas si no cumplen con el Espíritu de Disciplina: Cumplirá su deber, obedecerá hasta morir.
Una unidad armada no se interpreta nada más que cumpliendo su misión, en cerrada formación y sometida al cumplimiento del deber. Con sus mandos en primera línea y apretada formación fruto de su preparación y Espíritu de Compañerismo: Con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo hasta perecer todos.
Hemos vivido, y en ello están, intentos de ofender a la Legión. Es inútil. Se necesita inteligencia. Es mejor que recurran al cuerpo a cuerpo con honor. Así habrá entendimiento. La inteligencia es ante todo valor y así se demuestra. Los timoratos amagan, pero a la postre huyen.
Lo dije y vuelvo a repetir. La ofensa no es retirar un nombre sino falsificar la historia y pretender lanzar un insulto jugando con las palabras. No han sabido inteligenciar la situación. Se han equivocado porque ni entienden ni comprenden. No es la primera vez ni será la última. Suele ser que hasta para ser malo hay que ser inteligente. Algunos pretendientes de efímeras glorias se constituyen en comisiones histriónicas.
Siguen los intentos de borrar cualquier recuerdo legionario. Por ello y contra ello debe velar el responsable, el Mando Institucional y de ahí para arriba. No se oyeron voces ni lamentos cuando se firmó la disolución de la Legión. No hubo manifestación mediática. Hubo manifestación de lo que es la Legión y del servicio de la Legión. Tuvieron que ser legionarios, los valientes y leales legionarios, los que dieron el ejemplo y las razones en el cumplimiento del deber vertiendo su sangre por los demás. No hay otro tipo de manifestación legionaria. Esa es la única que conoce, sabe y a la que responde la Legión y sus legionarios. De nuevo los ciegos y rencorosos tuvieron que aceptar lo evidente. ¡Son únicos y sin igual!
Como por esa vía, la disolución, los hechos eran aplastantes y nada se podía hacer se recurrió a un sibilino ataque a base de ir, poco a poco, haciendo desaparecer tradiciones y cultura legionaria. Atacar a su mística, despersonalizar la Unidad. Una ley acabó con la modalidad legionaria, la 17/89. Luego quisieron modificar el Credo. Entraron hasta en los detalles, en las características que tanto significan en la Legión: uniformidad, estilo, patillas, gorrillo…, pero se quedaron con las ganas. Volverán a intentarlo.
No importa. Nada conseguirán porque ese espíritu del Credo legionario se ha contagiado como una epidemia. ¡Bendita epidemia! Todas las unidades del Ejército de Tierra, de la Armada y del Ejército del Aire llevan algo del espíritu del Credo de la Legión. También la Guardia Civil. En román paladino ¡Esto no hay quién lo pare!
Solo daría una recomendación y bien sé que nadie soy para darla, pero a nadie va a hacer daño ni creo que moleste. Celebremos el Aniversario de la Legión unidos y más fuerte que nunca. No nos dejemos llevar por cantos de sirena ni por protagonismos innecesarios. No entremos en una guerra de desgaste.
Hay opiniones diferentes entre los viejos legionarios ya retirados sobre la actitud a tomar ante la retirada de la calle del general Millán-Astray.
En este blog ya hemos dado opinión y mi criterio está escrito en uno de los muchos artículos que sobre el tema hemos publicado. También di mi opinión ante la retirada de la calle de mi abuelo, el general Dávila. Mantengo la misma opinión. Opiniones personales de los que ya desde el retiro pretendemos seguir sirviendo y amando a España y a sus Ejércitos. Todas las opiniones son válidas, pero no nos enredemos en nimiedades. El enemigo espera agazapado y no se va a mover. Ataques en falso son los que ellos quieren. Cuidado con malgastar la munición. Divide y vencerás.
Cada uno será lo que quiera, pero juntos formamos bandera que da a la Legión el más alto honor. Eso es lo más importante.
No lo olvidemos.
Bandera, Unidad, la Legión.
Celebremos nuestro Aniversario más unidos que nunca, sin alharacas, y que nadie olvide cual es su deber. Escrito está. En el Credo.
Un legionario debe saber cuál es su deber y, más importante, saber cumplirlo. El arte de mandar dice que ante un problema difícil se consulte al mando. Si no puedes hacerlo, cuando se conoce el oficio y se está identificado con él, la intuición te marcará el camino a seguir.
Feliz Aniversario a los que aman a la Legión y cumplen con su Credo.
‹‹CUMPLIRÁ SU DEBER, OBEDECERÁ HASTA MORIR››
General de División Rafael Dávila Álvarez (R.)
“En callada explicación
el gorrillo ladeado
por cuanto diste de lado
al entrar en la Legión.
flanqueando un corazón
enamorado y alerta
la verde camisa abierta
por si la Muerte aparece
pues tal señora merece
no hallar cerrada la puerta”
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