Barcos con los que «jugar» en el Estrecho hay muchísimos ya que por aquí navegan más de 100.000 al año. Esta vez los ingleses se equivocaron y al subir a la superficie entraron en colisión con el mercante con el que estaban «jugando». Según ha trascendido, el submarino sufrió daños en la vela, en el sonar y en la hélice, que no le impidieron llegar a Gibraltar pero sí hacerlo por sus propios medios. Estuvo en puerto nueve días sometido a reparaciones de urgencia. El 29 se marchó a su base en Escocia navegando en superficie.
El año 2000, el SSN HMS Tireless estuvo en Gibraltar haciendo reparaciones en el circuito de refrigeración de su reactor. Durante nueve meses, su presencia fue objeto de continuas críticas por parte de la opinión pública española. Como se ha visto, la Royal Navy en esta ocasión no ha querido repetir la experiencia. No es sólo que Gibraltar no tenga capacidad para acometer la reparación del HMS Ambush, que estamos seguros de que no la tiene, sino que además, los británicos tampoco han querido que se hable de ellos por la imprudencia e irresponsabilidad manifiestas de que han dado muestras.
El año 2001 entraron en Gibraltar dos SSN británicos, igual que en 2003. En 2002 no entró ninguno. En 2004, 2005 y 2007 entraron tres mientras que en 2006 y 2008 entró sólo uno. En los años 2009, 2010, 2011 y 2012 no entró ninguno. La situación cambió radicalmente en 2013 cuando en mayo, julio y octubre entraron otros dos, en total seis. En 2014 entraron otra vez seis nucleares y, en 2015 lo hicieron siete.
El 11 de diciembre de 2013, la GBC News, al informar sobre la visita de Mark Francois, ministro de las Fuerzas Armadas, señaló: «Dijo [Mr. Francois] que los submarinos nucleares del Ministerio de Defensa [británico] vuelven otra vez gracias, en no pequeña medida, al Ministro Principal, que ha ayudado a facilitarlo»
No sabemos qué tipo de ayuda ofreció el denominado Ministro Principal pero lo que sí sabemos es que durante un largo periodo de tiempo estuvo pidiendo que los barcos de la Royal Navy aumentasen la frecuencia de sus escalas en Gibraltar para hacer acto de presencia en las aguas de la bahía de Algeciras.
A las autoridades locales de Gibraltar se les notaba angustiadas por la cantidad de veces que los patrulleros del Servicio Marítimo de la Guardia Civil navegaban por nuestras aguas a escasos centenares de metros de la costa del Peñón. Estas navegaciones fueron más intensas a partir de abril de 2013. Recordemos que fue en julio de 2013 cuando los de Gibraltar, con el consentimiento de las autoridades británicas, lanzaron 69 bloques de hormigón en las aguas españolas del istmo usurpado.
El problema de los británicos es que ya no tienen el número de destructores y fragatas que tuvieron antaño. De hecho, en 2012 bajaron de 25 a 20. Así pues, para hacer acto de presencia frente a las fuerzas marítimas de la Guardia Civil han tenido que recurrir a todo lo que se mueva por las proximidades del Estrecho obligándole a entrar en esa «ratonera». Parece una exageración pero han recurrido incluso a los submarinos de propulsión nuclear cuya principal cualidad es precisamente la de mantenerse sumergidos sin que se sepa en dónde están. No creemos que esta sea la respuesta más adecuada a la angustia local.
Por otra parte, si los SSN de la Royal Navy quieren «jugar» al «pasa – no pasa» parece más lógico que lo hagan frente a la desembocadura del Támesis o mejor aún, frente a Faslane, cerca de su propia base, y no en un lugar tan concurrido como el estrecho de Gibraltar.
El 18 de septiembre de 1984 un SSN soviético de la clase Viktor entró en colisión con un barco mercante, en estas mismas aguas; pudo salir a la superficie y navegar hasta un puerto del norte de África para ser reparado. El 13 de noviembre de 2002, el SSN USS Oklahoma City, al salir a la superficie en el mar de Alborán, también entró en colisión con un barco mercante. Pudo salvarse. El HMS Ambush es el tercero que sufre aquí un accidente similar. También se salvó, seguramente por muy pocos metros.
Ya van tres. No sabemos qué ocurrirá con el cuarto. Con uno que «no pase» y se vaya al fondo, a varios cientos de metros, es suficiente. Parece que esos irresponsables desconocen que en estas costas viven millones de personas que pueden ver sus vidas amenazadas por la presencia de un reactor nuclear hundido durante siglos a pocas millas de sus casas. Cuando nos referimos a los irresponsables no señalamos sólo al oficial de guardia en el submarino que no siguió el procedimiento establecido para salir a la superficie, ni siquiera a su Comandante que se confió en exceso, también nos referimos a las autoridades británicas y a las locales que han llevado a esta situación e insisten en que los SSN británicos son siempre bienvenidos. Añadimos a los ecologistas de Gibraltar que esta vez se han quedado mudos, con un silencio cómplice indicativo de lo poco que les importan estos riesgos cuando quienes los provocan son las fuerzas armadas británicas. No nos olvidamos de los españoles que con su colaboración facilitan los intereses militares británicos en la colonia de Gibraltar.
Ángel Liberal Fernández, Capitán de Navío (R)
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