Debe quedar claro que mientras no se cambie la Constitución (Art. 30) ningún poder político puede suprimir el Servicio Militar. Por eso está suspendido y no suprimido. Eso sí, se suspendió la mili, pero sigue sin darse cumplimiento al mandato constitucional: ‹‹Los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España››.
No hay respuesta, aunque tampoco hay debate. Quizá por eso.
No hace muchos años el Instituto Español de Estudios Estratégicos, dependiente del Ministerio de Defensa, encargó al Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) una encuesta cuyos resultados abrieron un debate que poca repercusión tuvo, que a muy pocos preocupó y a nadie ocupó. Se realizó en 2013, pero se publicó al año siguiente. Debería repetirse este año 2016, pero parece que el interés ha decaído o prefieren mirar para otro lado. La encuesta dio como resultado que solo el 16% de los españoles estaría dispuesto a participar en la defensa de la Nación. A ese dato, entre otros esclarecedores y preocupantes, se añade uno que suma más incertidumbre: el 47´1% no sacrificaría su vida por nada que no fuera su familia. Si estos datos son lo suficientemente graves para hacer pensar al gobierno, y en especial al ministerio de defensa, más lo es la alarmante opinión mayoritaria. Es la mayoría de los españoles la que piensa que no existen riesgos ni amenazas importantes para España y que hay que disminuir los presupuestos y efectivos dedicados a la defensa.
Los datos no preocuparon a nadie por lo que olvidado quedó el tema. Solo fue una noticia de relleno. Tuve la oportunidad de asistir a alguna tertulia televisiva a tratar el tema y salí con la sensación y decepción de que había asistido a una escenificación en la que solo se trataba de rellenar unos minutos en un día de partido de fútbol cuyo resultado era lo único que tenía al público motivado.
Los datos ahí siguen y nadie ha dedicado el tiempo necesario para meditar en ellos y sus consecuencias. El Ministerio de Defensa y el Instituto de Estudios Estratégicos guardan hermetismo.
Ahora, de repente, sin esperarlo, sin motivo aparente, Alemania, llamada a asumir la defensa de una Europa cada vez más amenazada, adelanta su intención de recuperar el servicio militar obligatorio. No escribo para volver al debate de servicio militar obligatorio sí o no. Tienen ustedes en el blog varios artículos en los que hemos tratado el tema con amplitud.
El problema que hoy quiero exponerles es de mayor calado; hondo y preocupante. ¿Importa España? No se puede asumir la defensa de algo que no conoces, no te enseñan y por lo tanto no aprendes a amar desde pequeñito. Quizá ahora, y en ciertos lugares, te enseñan todo lo contrario. Poco a poco, con intención, se ha ido desmantelando a la Nación, a España y se ha simplificado su significado. ¿Con intención? Sin duda. ¿Quiénes, por qué? Lo saben ustedes mejor que yo. El reciente artículo del general Pérez Alamán, El Proceso español o antiespañol, es clarificador. No hay concepto de Defensa en la población civil, ha fracasado ese concepto. Desde hace muchos años nos hemos desentendido de la importancia de la Defensa. La razón es grave: se ha disuelto el concepto de Nación. España es simplemente una marca, su unidad un sueño, una inquietud, un incierto futuro. España es una discusión constante y muy reciente, después de al menos 500 años de historia.
La defensa de España no es exclusiva de los ejércitos. Es un mandato constitucional que obliga a todos los españoles.
Alemania avisa. Servicio militar obligatorio. España es distinta. Ellos parten de un concepto asumido, conocido, respetado y amado. El concepto de Nación. Aquí partimos de conceptos distintos.
Nuestra discusión, nuestra urgencia, no es el servicio militar obligatorio sino recuperar el concepto de Nación, de Patria, de sentirse y ser español. Recuperar el amor a España. Todo lo demás vendrá por añadidura.
Alemania avisa. No está diciendo que haya que recuperar el servicio militar sino que tal y como están las cosas la defensa es cosa de todos y todos debemos estar preparados. Lo que nos amenaza no se resuelve con el servicio militar obligatorio sino teniendo claro el concepto de Nación. De ello surgirá la disposición para defenderla.
Alemania ha abierto el debate. Aquí no hay debate ni se le espera.
Lo preocupante no es el Servicio Militar obligatorio sino que las circunstancias nos obliguen a cumplir con el mandato constitucional, con el deber y derecho de defender nuestra Nación. Los alemanes ya se han puesto en marcha. Incluso con los presupuestos.
Nosotros seguimos discutiendo el concepto de Nación.
El enemigo está dentro y se ha hecho cargo de la defensa. Ocupa las almenas y está vigilante mientras los que deberían defenderlas se dedican a la holganza. Así de sencillo y preocupante.
Más que el servicio militar obligatorio lo urgente en España es aprender a amarla que es la mejor forma de defenderla.
Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)
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