Hubo más de 1.800 asesinatos
El CEU presenta un informe sobre los asesinatos en las checas de Madrid
La Universidad CEU San Pablo entrega a la socialista Francisca Sauquillo, presidenta del comisionado de la Memoria Histórica en el Ayuntamiento de Madrid, un informe sobre las checas republicanas, cárceles para interrogar, torturar y asesinar a los contrarrevolucionarios durante la Guerra Civil.
Gaceta.es
Viernes, 7. Octubre 2016 - 19:31
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El Instituto de Estudios Históricos de la Universidad CEU San Pablo ha entregado a la socialista Francisca Sauquillo, presidenta del comisionado de la Memoria Histórica en el Ayuntamiento de Madrid, un informe en el que señala que 1.823 personas fueron asesinadas en las checas.
Estas cárceles, que toman su nombre de la policía política creada en los primeros momentos de la revolución soviética, se instalaron en la retaguardia republicana desde el mismo momento de iniciarse la Guerra Civil y estaban controladas por los partidos del Frente Popular. Allí miles de “enemigos” fueron interrogados, torturados y asesinados sin ningún tipo de garantías.
Según publica Actuall, la entrega de este material -titulado “Checas de Madrid”- por parte de la Universidad se ha hecho con el único con el propósito de ayudar en la construcción de su plan integral de Memoria Histórica en relación a lo establecido en el preámbulo de la Ley. El informe recuerda que en Madrid hubo 345 checas, 50 lugares de detención, 24 cárceles oficiales, 10 comisarías de distrito y 25 lugares de ejecución y hallazgo de restos. Casi un centenar de ellas (90) estaban estaban bajo control anarquista, 89 bajo el poder comunista, 49 socialista y más de 70 estaban vinculadas a unidades concretas de milicias y del ejército popular. En ellas se instalaron los más salvajes métodos de tortura –asesorados por los soviéticos que llevaban en España desde antes del comienzo de la guerra- se detuvo a toda aquella persona que fuera considerada contrarrevolucionaria.
En las cárceles entraban religiosos, burgueses, falangistas, empresarios, periodistas y quienes eran denunciados por querellas personales y viejos litigios. Destacaban las torturas a través de palizas o electrocuciones, aunque también había celdas de hielo, campanas de calor, ruidos estridentes o luces fijas. Además, en algunas existía una habitación llamada la carnicería, donde se amputaba para obtener confesiones.
Finalmente, la documentación aportada señala que las checas con mayor actividad criminal fueron la de Fomento (Bellas Artes), Escuadrilla del Amanecer que tenía su sede en la Dirección General de Seguridad, la de Marqués de Riscal, Narváez, San Bernardo y Ferraz y que más del 90% de los asesinatos se llevaron a cabo antes de que finalizase el año 1936. Además, incluye un listado de 1.143 chequistas, de los que consta que 91 fueron ejecutados después de la guerra.
Estas cárceles, que toman su nombre de la policía política creada en los primeros momentos de la revolución soviética, se instalaron en la retaguardia republicana desde el mismo momento de iniciarse la Guerra Civil y estaban controladas por los partidos del Frente Popular. Allí miles de “enemigos” fueron interrogados, torturados y asesinados sin ningún tipo de garantías.
Según publica Actuall, la entrega de este material -titulado “Checas de Madrid”- por parte de la Universidad se ha hecho con el único con el propósito de ayudar en la construcción de su plan integral de Memoria Histórica en relación a lo establecido en el preámbulo de la Ley. El informe recuerda que en Madrid hubo 345 checas, 50 lugares de detención, 24 cárceles oficiales, 10 comisarías de distrito y 25 lugares de ejecución y hallazgo de restos. Casi un centenar de ellas (90) estaban estaban bajo control anarquista, 89 bajo el poder comunista, 49 socialista y más de 70 estaban vinculadas a unidades concretas de milicias y del ejército popular. En ellas se instalaron los más salvajes métodos de tortura –asesorados por los soviéticos que llevaban en España desde antes del comienzo de la guerra- se detuvo a toda aquella persona que fuera considerada contrarrevolucionaria.
En las cárceles entraban religiosos, burgueses, falangistas, empresarios, periodistas y quienes eran denunciados por querellas personales y viejos litigios. Destacaban las torturas a través de palizas o electrocuciones, aunque también había celdas de hielo, campanas de calor, ruidos estridentes o luces fijas. Además, en algunas existía una habitación llamada la carnicería, donde se amputaba para obtener confesiones.
Finalmente, la documentación aportada señala que las checas con mayor actividad criminal fueron la de Fomento (Bellas Artes), Escuadrilla del Amanecer que tenía su sede en la Dirección General de Seguridad, la de Marqués de Riscal, Narváez, San Bernardo y Ferraz y que más del 90% de los asesinatos se llevaron a cabo antes de que finalizase el año 1936. Además, incluye un listado de 1.143 chequistas, de los que consta que 91 fueron ejecutados después de la guerra.
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