¿
Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)
¿Concepto político o camelo?
‹‹Pero como eres tibio y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca››. ¿Principios incuestionables? Comprendo que surjan dudas y te quedes en ningún lado. Suena la canción: Depende. Todo depende. ¿De qué depende?
Tenemos una mala experiencia de la tracción que ejercida desde los extremos acaba en desastrosas consecuencias. Normalmente los elementos perturbadores se sitúan en un extremo u otro.
Ahora la tracción se ejerce desde lo que se llama centro político. Tan indefinido que hay que aclarar si es centro derecha o izquierda. Zona vaporosa donde se acepta la mediocridad y la falta de compromiso.
El que está en el centro siempre tiene la tentación de agarrarse al brazo, derecho o izquierdo, del primero que por allí pase. ¡Cuidado! la mano derecha no debe saber lo que hace la izquierda, pero las maneja la misma cabeza.
El centro (derecha e izquierda), la indefinición, es el que actualmente ejerce la tracción hacia un lado u otro. La decisión de quién manda, si la derecha o la izquierda, depende de su empujón. ¿De qué depende? De su propia supervivencia. No hay nada que le ate al poder que no sea el mismo poder. Defienden su influencia y sitio. ¿Ideas? Todas le sirven. Hoy es blanco, mañana negro. Son el gris de una extraña mezcla cuyo resultado es la indefinición. El problema es que aquí, sobre todo cuando llegan las elecciones, todos se definen de centro, centro derecha, centro izquierda. Repasen la lista. Eso explica lo indefinido que está ese lugar en el que no creo, pero de donde va a surgir el próximo gobierno.
La izquierda sigue siendo la de siempre. El centro lo ha traído la derecha acomplejada, además de aburrida.
Es la tibieza que viene. Ideología de redes sociales y cutre televisión (la de las tertulias políticas). Sin principios. Por lo visto también sin final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario