LA ENFERMEDAD, LOS SÍNTOMAS Y LOS EFECTOS (Salvador Fontenla Ballesta, General de Brigada Retirado).

Cogiendo un símil médico, debemos saber distinguir las causas de la enfermedad, de los síntomas y los efectos. Todas las reformas anteriormente criticadas no son el verdadero problema, son los síntomas o los efectos, y como en toda enfermedad es imprescindible hacer un buen diagnóstico.

Siendo alumno de la Escuela de Estado Mayor, el entonces General Director, seleccionado por el Ministro de Defensa Narciso Serra, nos sorprendió diciendo en una clase magistral: ¿Qué significa que el Ejército es la columna vertebral de la Nación? ¿Qué es eso que el Ejército tiene que estar unido? ¿Para qué?
Pues me temo que ya sabemos para qué.
La Constitución española, nada más ni nada menos que en su Título Preliminar encomienda a Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.
La definición de misión, según la RAE, es: poder, facultad que se da a alguien de ir a desempeñar algún cometido. Y lo tiene que hacer bajo su Mando Supremo y natural, que según la misma Constitución es el Rey.
Nadie puede poner en duda, a estas alturas, del riesgo evidente de la ruptura de la unidad de España. Riesgo que se inoculó ¿inocentemente? en la Constitución y que después se ha cultivado con perseverancia: traspaso sin límite de las competencias a las autonomías, incumplimiento sistemático de ley de banderas, persecución del idioma español, la creación de fuerzas de seguridad autonómicas y la retirada de las nacionales, etc.
Es, por ejemplo, interesante y esclarecedor
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