Como consecuencia de la Ley 39/2007 de la Carrera Militar, la Enseñanza de Formación cambió totalmente respecto a cómo se había orientado hasta entonces. El cambio fundamental introducido en la referida ley estriba en que tanto para la incorporación a las escalas de oficiales como para la de suboficiales, se exige, además de la formación específica militar, una titulación de grado universitario del sistema educativo general en el caso de oficiales y una superior de Formación Profesional en el caso de suboficiales. Esto supone que no se puede ingresar en las escalas correspondientes sin obtener los títulos reseñados anteriormente, concedidos por la autoridad civil correspondiente.
Como es lógico, ese cambio drástico en la forma de acceder a las escalas de oficiales y suboficiales, que supone una pérdida clara de soberanía sobre la potestad militar de conceder el ingreso en dichas escalas, produjo una gran polémica que, aunque amortiguada por el tiempo transcurrido, no ha terminado.
También la polémica se extendió al conjunto de medidas que se tomaron para la puesta en práctica del nuevo sistema. En el caso del ingreso en la escala de oficiales, tanto la creación del Centro Universitario de Defensa con inicialmente sólo profesores civiles, la titulación de grado elegida,(Ingeniería de Organización Industrial ), y su carácter general para todas las Armas, la pérdida de créditos de materias puramente militares a favor de las civiles, el propio sistema de ingreso sin oposición claramente injusto al basarse fundamentalmente en las notas del bachillerato y selectividad, como la existencia de dos planes de estudios completamente separados, uno de formación militar general y específica y otro de ingeniería de organización industrial de perfil defensa, fueron temas que animaron la polémica y que nunca fueron aclarados satisfactoriamente.
El caso es que aún contra el criterio del Mando militar,(por lo menos en el Ejército de Tierra ), la ley se aprobó y hubo que ponerla en práctica.
Desde entonces la política del ET. ha sido el tratar que la formación militar de los oficiales sufriera lo menos posible. Es decir llevar a cabo un control de daños mediante la toma de medidas que , sin dejar de cumplir la ley, aseguraran en el mayor grado posible que los futuros oficiales estuvieran a la altura de lo que se espera de ellos en cuanto mandos del Ejército de Tierra.
El primer problema que se presentó al implantar el nuevo sistema fue que, sin duda debido al sistema de ingreso, en la primera promoción de la Academia General Militar, hubo en los dos primeros meses un porcentaje de bajas como nunca había habido y por múltiples razones. Para paliar este problema se consiguió que pudieran ser cubiertas sus plazas por la incorporación de los que se habían quedado en puertas para el ingreso.
Posteriormente se observó que los alumnos, que en gran parte querían ser militares y no ingenieros de organización industrial, en los primeros años, según los planes de estudios, se veían frustrados por tener pocas actividades y asignaturas militares, por lo que mediante el trasvase de asignaturas se reforzaron las militares.
Los cuadros de profesores militares asumieron la responsabilidad de suplir la deficiencia de los planes de estudios en cuanto a lo específicamente militar y aprovecharon todas las oportunidades que se presentaban para reforzar lo militar, aunque dicho refuerzo suponía un esfuerzo más para los alumnos.
Otro paso en esta dirección fue conseguir que pudieran ser profesores del CUD militares profesionales dotados de los mismos títulos y requerimientos que los exigidos a los profesores civiles. Con esto se consiguió que, sin disminuir un ápice el nivel científico de la enseñanza, se lograra en las clases el ambiente militar propio de una Academia Militar.
En cuanto a los planes de estudio, últimamente se ha dado un paso importante en dirección a su unificación. Por una Orden del Ministerio de Defensa del 23 de febrero pasado se ha aprobado el nuevo Plan de Estudios de la enseñanza de formación de oficiales para la integración en el Cuerpo General del ET. mediante las formas de ingreso sin titulación previa. Parecía de sentido común que la formación para una carrera tuviera un único Plan de Estudios y eso se ha cumplido. De esta forma aquellas materias propias del grado de Ingeniería de Organización Industrial se han incorporado en los diferentes cursos junto a las específicas militares en un solo plan.
En cuanto al detalle de las materias que se contemplan, el nuevo Plan de Estudios refuerza, en general, las materias militares y adopta, en algunos casos, las materias no militares orientándolas a su posible aprovechamiento militar.
Por otra parte, es muy importante la decisión plasmada en dicho Plan por la que se fijan las Academias de las Armas como los centros donde se debe cursar el 5º curso del Plan.
Como podemos ver durante todo este tiempo desde la puesta en práctica de la ley se ha tratado de mejorar aquello que se consideró que podría repercutir en una mejor formación de nuestros oficiales.
Sin embargo, todavía quedan asuntos sin resolver. Uno de ellos es la conveniencia de dar diferentes alternativas al grado universitario a cursar, de tal forma que se pueda cursar por parte de los alumnos aquél que sea el más conveniente para el Arma correspondiente.
También sería muy bueno volver al ingreso por oposición, pues el filtro que supondría aseguraría una mayor justicia y una primera selección, sobre todo en cuanto a vocación.
Pero el problema más importante que la ley conlleva y que no se puede solucionar sin su modificación, es la auténtica necesidad de que el grado universitario, sin el cual no se puede ingresar en la escala de oficiales, sea concedido por el Ministerio de Defensa y no por la autoridad universitaria.
La situación actual es que no sólo el ser oficial se encuentra en manos de la Universidad sino que, de hecho, no se considera a la carrera militar como una carrera universitaria, lo cual supone una verdadera afrenta.
JOSE ÁNGEL ARMADA SARRÍA
GENERAL DE BRIGADA DE INFANTERÍA (R)
Como es lógico, ese cambio drástico en la forma de acceder a las escalas de oficiales y suboficiales, que supone una pérdida clara de soberanía sobre la potestad militar de conceder el ingreso en dichas escalas, produjo una gran polémica que, aunque amortiguada por el tiempo transcurrido, no ha terminado.
También la polémica se extendió al conjunto de medidas que se tomaron para la puesta en práctica del nuevo sistema. En el caso del ingreso en la escala de oficiales, tanto la creación del Centro Universitario de Defensa con inicialmente sólo profesores civiles, la titulación de grado elegida,(Ingeniería de Organización Industrial ), y su carácter general para todas las Armas, la pérdida de créditos de materias puramente militares a favor de las civiles, el propio sistema de ingreso sin oposición claramente injusto al basarse fundamentalmente en las notas del bachillerato y selectividad, como la existencia de dos planes de estudios completamente separados, uno de formación militar general y específica y otro de ingeniería de organización industrial de perfil defensa, fueron temas que animaron la polémica y que nunca fueron aclarados satisfactoriamente.
El caso es que aún contra el criterio del Mando militar,(por lo menos en el Ejército de Tierra ), la ley se aprobó y hubo que ponerla en práctica.
Desde entonces la política del ET. ha sido el tratar que la formación militar de los oficiales sufriera lo menos posible. Es decir llevar a cabo un control de daños mediante la toma de medidas que , sin dejar de cumplir la ley, aseguraran en el mayor grado posible que los futuros oficiales estuvieran a la altura de lo que se espera de ellos en cuanto mandos del Ejército de Tierra.
El primer problema que se presentó al implantar el nuevo sistema fue que, sin duda debido al sistema de ingreso, en la primera promoción de la Academia General Militar, hubo en los dos primeros meses un porcentaje de bajas como nunca había habido y por múltiples razones. Para paliar este problema se consiguió que pudieran ser cubiertas sus plazas por la incorporación de los que se habían quedado en puertas para el ingreso.
Posteriormente se observó que los alumnos, que en gran parte querían ser militares y no ingenieros de organización industrial, en los primeros años, según los planes de estudios, se veían frustrados por tener pocas actividades y asignaturas militares, por lo que mediante el trasvase de asignaturas se reforzaron las militares.
Los cuadros de profesores militares asumieron la responsabilidad de suplir la deficiencia de los planes de estudios en cuanto a lo específicamente militar y aprovecharon todas las oportunidades que se presentaban para reforzar lo militar, aunque dicho refuerzo suponía un esfuerzo más para los alumnos.
Otro paso en esta dirección fue conseguir que pudieran ser profesores del CUD militares profesionales dotados de los mismos títulos y requerimientos que los exigidos a los profesores civiles. Con esto se consiguió que, sin disminuir un ápice el nivel científico de la enseñanza, se lograra en las clases el ambiente militar propio de una Academia Militar.
En cuanto a los planes de estudio, últimamente se ha dado un paso importante en dirección a su unificación. Por una Orden del Ministerio de Defensa del 23 de febrero pasado se ha aprobado el nuevo Plan de Estudios de la enseñanza de formación de oficiales para la integración en el Cuerpo General del ET. mediante las formas de ingreso sin titulación previa. Parecía de sentido común que la formación para una carrera tuviera un único Plan de Estudios y eso se ha cumplido. De esta forma aquellas materias propias del grado de Ingeniería de Organización Industrial se han incorporado en los diferentes cursos junto a las específicas militares en un solo plan.
En cuanto al detalle de las materias que se contemplan, el nuevo Plan de Estudios refuerza, en general, las materias militares y adopta, en algunos casos, las materias no militares orientándolas a su posible aprovechamiento militar.
Por otra parte, es muy importante la decisión plasmada en dicho Plan por la que se fijan las Academias de las Armas como los centros donde se debe cursar el 5º curso del Plan.
Como podemos ver durante todo este tiempo desde la puesta en práctica de la ley se ha tratado de mejorar aquello que se consideró que podría repercutir en una mejor formación de nuestros oficiales.
Sin embargo, todavía quedan asuntos sin resolver. Uno de ellos es la conveniencia de dar diferentes alternativas al grado universitario a cursar, de tal forma que se pueda cursar por parte de los alumnos aquél que sea el más conveniente para el Arma correspondiente.
También sería muy bueno volver al ingreso por oposición, pues el filtro que supondría aseguraría una mayor justicia y una primera selección, sobre todo en cuanto a vocación.
Pero el problema más importante que la ley conlleva y que no se puede solucionar sin su modificación, es la auténtica necesidad de que el grado universitario, sin el cual no se puede ingresar en la escala de oficiales, sea concedido por el Ministerio de Defensa y no por la autoridad universitaria.
La situación actual es que no sólo el ser oficial se encuentra en manos de la Universidad sino que, de hecho, no se considera a la carrera militar como una carrera universitaria, lo cual supone una verdadera afrenta.
JOSE ÁNGEL ARMADA SARRÍA
GENERAL DE BRIGADA DE INFANTERÍA (R)
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