Buscando respuestas
Y la veo.
La Bandera.
No “una bandera”, sino la Bandera de España que está en Alicante en la Plaza del Mar, al lado del hotel Meliá.
Sola. Desflecada y azotada por el viento. Deshilachada y hecha jirones. Está casi irreconocible, y los colores rojos y gualda casi no se distinguen. Está con la palidez cérea de los que la quisieran ver muerta y enterrada, y su mera presencia genera muchos ataques y las iras de un selecto grupos de hijos de barragana, que no quieren costear lo que vale su mantenimiento aduciendo (toma higos, pepa) reducción de presupuesto. Que se reduzcan ellos sus pantagruélicas mariscadas, sus dádivas y prebendas y sus cotufas varias, musito yo.
La última vez que se cambió hace meses. Fue en el mes de Octubre cuando un grupo de ciudadanos (no me gusta la palabra, mejor diré “patriotas” alicantinos) pusieron dinero de su propio bolsillo para comprar una bandera nueva.
Seis españoles de nacimiento y un ciudadano francés. “Los 7 Magníficos”, parafraseando a los “Los 13 de la Fama” que acompañaron a Pizarro a salir de la Isla del Gallo”, cuando Pizarro trazó con su espada una línea en la arena y les dijo eso de que “quedaos aquí y sobreviviréis, seguidme y conquistaremos un imperio”.
Motivo: los huelebraguetas y la neo casta se negaban a pagar los gastos de mantenimiento de la misma. Hace falta cambiarla cada 3-4 meses dado el desgaste lógico de una ciudad donde hay más de 300 días de sol al año y un viento y otras alteraciones climatológicas.
Poco más estará la enseña nacional en estas condiciones puesto que un puñado de alicantinos bien nacidos ya han encargado una nueva. Me gustaría conocer sus nombres, pero sólo sé el de uno: Felipe Fuster, que confirmó ayer que han encargado una nueva tela y que la próxima semana se arriará la actual y se izará otra en perfecto estado.
La enseña que ondea sobre el Monumento al Soldado en pleno escaparate litoral se vio envuelta en la polémica hace cuatro años cuando la Concejalía de Atención Urbana decidió arriarla para ahorrar puesto que la tenía que cambiar cuatro veces al año por el desgaste que sufre por el viento, y cada vez costaba 600 euros. Finalmente, y después de que un alicantino se ofreciera a pagarla, el Mando de Operaciones Especiales de Rabasa, la delegación del Ministerio de Defensa en Alicante, la Subdelegación del Gobierno y el Ayuntamiento decidieron asumir los euros que cuesta mantener izada de forma permanente la bandera española en la Plaza del Mar. El pasado año especímenes diversos y otros géneros de afiliación dudosa rompieron ese convenio. Al tener conocimiento, un grupo de amigos decidió costear su reposición cada vez que se estropee hasta que las administraciones tengan de nuevo, dijeron, dinero para pagarla.
Loor y gloria a estos 7 magníficos y yo sugiero que se haga, a través de la Bitácora del General Dávila (que bien podría llamarse “Diario de una Bandera”) , que se publicite ésta noticia y que se le dé la difusión adecuada para que no sean sólo 7 anónimos, sino miles que, como Vd. o yo, deseamos colaborar en ésa empresa.
Con el chapiri en mi mano izquierda, los 3 gritos reglamentarios.
VIVA EL REY; VIVA LA LEGION VIVA ESPAÑA.
Dr. Juan Carlos López Corbalán
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