El grupo terrorista, que pierde territorio a diario frente a las fuerzas occidentales, no visto mermada, sin embargo, su capacidad para atentar en cualquier lugar del mundo.
Arturo García
Miércoles, 20. Julio 2016 - 12:01
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A primera vista parece una casa abandonada, una más de las tantas en el devastado norte de Siria, pero no lo es. Las Primaveras Árabes y la guerra civil han partido el país en mil pedazos, con una población muy reducida y cierta diezmada para los próximo 50 años. El Estado Islámico encontró allí un nicho ideal para su expansión y Abu Bakr Al Baghdadi no tardó en autoproclamar un califato.
En la ciudad de Manbij, hasta hace unos días en manos de los yihadistas, el Estado Islámico había instalado una de sus prisiones más especiales: era la utilizada para torturar a sus prisioneros, a aquellos que directamente no habían aniquilado, y "quebrar su voluntad". Un informe de la BBC reveló los entresijos de estos escalofriantes centros de internamiento.
Allí, los terroristas interrogaban a los prisioneros respecto de cuestiones religiosas en condiciones infrahumanas, tal y como suelen tratar a todos aquellos que consideren "infieles". En la celda de tortura apenas cabe una persona, que no podía recostarse jamás y tampoco extender sus brazos. La distancia entre las paredes es de apenas un poco más que el largo de sus hombros.
Otra de las celdas puede alojar hasta 14 prisioneros al mismo tiempo. Estas estancias estaban destinadas a aquellos presos que esperaban una ejecución. El olor es completamente nauseabundo. Tan solo hay un retrete -si es que puede llamarse así, pero estas habitaciones se consideraban un "privilegio" previo a la muerte para aquellos que ya habían sido torturados.
Durante el recorrido dentro de la prisión, el corresponsal encuentra documentación relativa a los interrogatorios religiosos a los que eran sometidos los prisioneros. Los papeles muestran que a los reclusos se los calificaba de 0 a 100. Si estaban por debajo de 50, eran torturados por no conocer las enseñanzas del Corán y del islam.
'Están aterrados'
Al menos 124 yihadistas han muerto en los últimos tres días en combates con el Ejército iraquí al sur de Mosul, el centro administrativo de la provincia de Nínive, ha informado la Comandancia de Operaciones para la Liberación de Nínive.
Según ese organismo, las tropas iraquíes también han logrado liberar del Estado Islámico "amplias áreas" de las localidades "estratégicas desde el punto de vista militar".
"El enemigo está hoy aterrado, ya que está al alcance del fuego del Ejército iraquí tras nuestra llegada al río Tigris, lo que facilitará el asalto del corazón de Al Qayara", ha subrayado Neshm Abdalá al Yaburi, comandante de ese departamento.
Los yihadistas tomaron el control de Mosul en 2014. Una reciente ofensiva militar de las fuerzas iraquíes, junto con los ataques aéreos de las fuerzas internacionales, han generado avances importantes en el camino hacia la liberación de la ciudad iraquí.
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