Vence el plazo para que la Generalitat devuelva 97 piezas del Monasterio de Sijena y ante su negativa, la Justicia podría enviar a la policía de patrimonio a recogerlas
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El acervo cultural del Monasterio de Santa María de Sijena, en Huesca, es una joya herida de guerra que puede empezar a cicatrizar. Pero a la fuerza y parcialmente, porque uno de los dos centenares de tesoros medievales aragoneses exhibidos y almacenados en museos catalanes puede emprender esta semana su camino de vuelta a casa si la Justicia ordena finalmente la intervención de las Brigadas de Protección de Patrimonio de la Policía Judicial.
Este lunes es la fecha límite, según una sentencia del juzgado de instrucción número 1 de Huesca, para que el Museu de Lleida y el MNAC de Barcelona devuelvan al monasterio aragonés las 97 piezas que las religiosas de la Orden Sanjuanista vendieron ilegalmente a la Generalitat y al Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) en tres lotes en 1983, 1992 y 1994 por un importe cercano a los 300.000 euros. Y a partir de hoy, se abren dos posibles escenarios.
Por un lado, aparece la eventual imagen de una operación policial desplegada en el interior del Museu de Lleida y en el MSAC de Barcelona, que albergan las piezas en sus salas de exposición y en sus almacenes desde hace más de 20 años. Este es el final peliculero que persiguen los equipos jurídicos del Gobierno de Aragón y del Ayuntamiento de Villanueva de Sijena, y así lo han solicitado a la jueza Carmen Aznar al ver que las instituciones catalanas mantienen su negativa a entregar las piezas, tanto por las vías políticas como por las judiciales. "Es un error haber esperado tanto, la sentencia debería haberse ejecutado ya con la fuerza pública", comenta a El Confidencial el abogado del ayuntamiento, Jorge Español.
"No hacía falta esperar al día 25 de julio cuando ellos (la Generalitat) han dicho por activa y por pasiva que no van a entregar las piezas. Nosotros ya hemos pedido lo que teníamos que pedir", añade el letrado. "Una estrategia tiene que haber ahora por su parte para no devolverlas, ¿no?", previene.
“La devolución de estas piezas va contra las normas patrimoniales catalanas y tampoco se va a incumplir una ley a sabiendas para obedecer a una sentencia”, explican fuentes de la consellería de Cultura de la Generalitat a El Confidencial. Enrocados en su negativa a devolver el tesoro renacentista -ni a plantear una hoja de ruta para ello, como había ordenado el juzgado oscense para el pasado 20 de julio- el consejero catalán Santi Vila planteó otro camino: abrir a votación el martes 26 en el Consejo de Gobierno el envío paulatino de las piezas y empezar por un lote de 53 de las 97 piezas que no están expuestas por ser las menos valiosas. Y seguir así en el escenario de “La historia interminable”.Desde el Gobierno de Aragón dudan que en dicha sesión vaya a salir fumata blanca. Sobre todo viendo cómo acabó la negociación política que arrancó recién estrenados los dos gobiernos autonómicos para poner fin a este histórico episodio. Aunque en abril llegaron a acordar de buena voluntad una paulatina entrega de los bienes -otra vez las 53 piezas-, no lograron desencallar el conflicto por cuenta de los socios del Ejecutivo catalán. Oriol Junqueras se ocupó personalmente de frenar un pacto en el que las palabras como “cesión” o “depósito” delimitaban quién ganaba y quién perdía en esta historia.
Tenedores, alabastro y cajas sepulcrales
Las 53 piezas que podrían ir de avanzadilla son básicamente “reliquias” a veces incompletas como “un tenedor, el pomo de una puerta en plata dorada o cálices”, en palabras de las fuentes de la Generalitat. Pero -según ha podido confirmar este periódico al conocer el listado de bienes que reclama la Justicia- también hay fragmentos de pintura mural al fresco traspasadas a tela de los siglos XII y XII, así como libros, pergaminos y legajos más modernos que llegan hasta el siglo XVIII. Todos estos bienes se encuentran en el MNAC y representan dos de los tres lotes que vendieron las monjas de manera irregular; uno de 12 unidades a la Generalitat en 1992 y otro de 41 al propio MNAC en 1994.
Tan irregular llegó a ser la operación que en inventario hay al menos 13 bienes sin datar porque "en la documentación aportada por la Generalitat no consta su ficha técnica". Se trata de una colección de piezas menor, hasta el punto que en su mayoría no están catalogadas, protegidas ni expuestas y por lo tanto, no se ajustan a la normativa de museos de Cataluña, objeción principal para la devolución de las otras 44 piezas. Si los socios de gobierno más reacios dan este martes su brazo a torcer, el procedimiento sería tan sencillo que tardarían en llegar a Aragón “cinco, diez o quince días después del martes, pero no más”, señalan las fuentes catalanas.
En ese otro lote de 44 obras de arte está el meollo de la cuestión porque sí están exhibidas en el Museu de Lleida y cobijadas por la ley catalana. “No se pueden devolver porque contradice la normativa y tampoco se va a incumplir una ley a sabiendas para obedecer a una sentencia” que además no es firme y ha sido recurrida, explican. La Generalitat va a hacer tiempo y recurrirá a cuanta instancia judicial pueda -la Audiencia Provincial y el Tribunal Supremo-con respecto a este grupo de bienes, comprados en 1983 a la Orden de San Juan de Jerusalén.
Aquí hablamos de otra categoría. Hay tres cajas sepulcrales del siglo XV, una serie pintada en tela sobre la Historia del Rey David del siglo XVIII, altorrelieves en alabastro y retablos que se remontan a los siglos XIV y XV y están atribuidos al escultor renacentista Gabriel Yoly.
Antecedentes... y precedentes
En el litigio patrimonial de Aragón y Cataluña se cuentan más de doscientas obras de arte. Además de estos 97 tesoros cabe recordar el conflicto por los Bienes del Aragón Oriental, un total de 113 piezas de las que la Iglesia es titular. Todo este trasiego de arte tiene su explicación en la proximidad de las diócesis catalanas y aragonesas, sus intercambios e hitos históricos como la Guerra Civil. Tras el incendio del monasterio oscense en 1936 por parte de una columna anarquista catalana llegaron los conservadores del MNAC a recuperar las imponentes pinturas murales de la sala capitular del Monasterio de Santa María de Sijena, exhibidas hoy en una sala propia.Pero de cara a una posible incautación esta semana también hay antecedentes, y recientes. El pasado miércoles se hizo entrega de la cuna de plata manierista de Sijena al Museo de Zaragoza, impidiendo así que fuese subastada en Barcelona. Esta joya de finales del siglo XVI y principios del XVII con un Niño Jesús en marfil fue entregada en los años setenta por la última priora del cenobio, Angelita Opi, al Museo Nacional de Arte de Cataluña.
Pulsos políticos aparte, la organización Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés (Apudepa) exige de las partes un poco de reflexión sobre lo más deseable para la conservación de los bienes en litigio y lamenta "que esto se plantee como una cuestión que enfrenta a Aragón y a Cataluña".
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