La participación de los antiguos ejércitos a lo largo de la historia y de las Fuerzas Armadas profesionales de la época contemporánea ha ido cambiando de acuerdo a las circunstancias propias de cada momento.
Las Fuerzas Armadas, el mundo político, académico y la propia sociedad civil, quizás empujados por las imágenes que la televisión muestra de muchísimos lugares del mundo, se han percatado que existe un campo inconmensurable para la ayuda urgente, el apoyo material, el salvamento de valiosas vidas humanas, así como también el rescate o recuperación producto de un desastre natural.
La tendencia post-moderna apunta hacia un nuevo modelo de relaciones entre el mundo civil y el mundo militar, en el cual la diferencia es mucho menos significativa.
Las capacidades militares se han hecho cada vez más técnicas en todo el mundo. Los recursos de la ingeniería militar, las capacidades de comunicación de las Fuerzas Armadas, el sentido organizativo de los profesionales de la guerra en sociedades como las nuestras, forman parte del activo de ‘inteligencia adiestrada’ que un país tiene. Son un segmento de capacidades técnicas que un país tiene.
Los conflictos constituyen un aspecto característico de las sociedades humanas y que han ocurrido probablemente desde tiempos prehistóricos, si bien en un comienzo a escala pequeña en cuanto al número de participantes y nivel de daños causados por las confrontaciones.
El problema es que los conflictos se transformen en luchas armadas y con daños de grandes proporciones para la población civil. Uno de los peores escenarios para una sociedad que desea buscar el avance material y cultural de su pueblo, es una guerra. A pesar de ello, en la primera década del siglo XXI se desarrollan una serie de enfrentamientos o situaciones conflictivas graves alrededor del mundo que es necesario tener presente como una realidad vívida y que, desafortunadamente, afecta a gran cantidad de países.
Una alta calidad de vida de la población se refiere a un nivel de desarrollo alcanzado por una sociedad determinada en el cual no sólo las necesidades básicas son satisfechas adecuadamente, sino además aquellas que dicen relación con los valores supremos a que aspiran hombres y mujeres en lo cultural, espiritual y humano, en el sentido civilizador.
La presencia institucional de las Fuerzas Armadas y su impacto en la calidad de vida de la población es que las instituciones armadas han efectuado un aporte positivo al progreso y desarrollo de los países. En otras palabras, la hipótesis central planteada y comprobada, permite explicar la continuidad y permanencia de las Fuerzas Armadas a lo largo del tiempo.
Algunas personas, con la irrupción de la globalización, comprenden que se puede vivir más y mejor, que más recientemente es más fácil viajar y emigrar, huir de lugares peligrosos en que existe presencia de conflictos armados.
Es en esta perspectiva de mayor bienestar al que aspira la gente y del cumplimiento absoluto de las verdaderas funciones de las Fuerza Armadas, en su máxima expresión de honradez, integridad y profesionalismo, que debe entenderse el sentido de este artículo. Una conclusión que emana del sentido filosófico es que la sociedad civil en general acepta los roles y acciones de las Fuerzas Armadas que contribuyen a mejorar el bienestar de la población.
Un elemento adicional en favor del análisis histórico y que permite aclarar sucesos más recientes ocurridos en los primeros años del siglo XXI, ha sido la descripción de la guerra fría y las influencias norteamericana y soviética en la gestación de pensamientos ideológicos que también se han prolongado en el tiempo hasta nuestros días.
La obsesión de determinados grupos de poder por imponer determinados esquemas de sociedad e institucionalidad económica y política, ha generado innumerables situaciones confrontacionales o malos entendidos que ha repercutido en el progreso, de paso, en la calidad de vida de la población.
La utilización de una metodología que combinaba recolección de noticias de prensa, clasificación de la información en una base de datos cuantitativa y el contraste de datos para las pruebas de hipótesis, ha permitido confeccionar matrices cívico-militares que permiten la interrelación de diversas variables y con ello, una mejor comprensión del impacto en la calidad de vida de la población.
Pedro Motas
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