Es otra de las barbaridades cometidas por el bando del Frente Popular durante la Guerra Civil. Nadie lo había hecho antes en ninguna parte del Mundo. Ni siquiera durante la Primera Guerra Mundial. Fue el primer bombardeo intencionado sobre población civil, ¡y todavía no había empezado la Guerra Civil! El levantamiento militar llevaba en marcha escasas horas y los aviones republicanos que despegaron del aeródromo de Tablada tenían órdenes claras: descargar 8 bombas sobre la capital del protectorado de Marruecos, Tetuán.
El día anterior habían lanzado tímidos bombardeos sobre los cuarteles sublevados en Ceuta y Larache. Pero esta vez era diferente. En esta ocasión lanzaron ocho proyectiles: tres sobre la sede del Alto Comisionado, que era el centro político del protectorado, y cinco sobre la medina, el barrio árabe de la ciudad que causaron 15 muertos y más de 40 heridos.
El objetivo buscado por los mandos republicanos no era otro que provocar las iras de la población árabe contra los militares, para dificultar el triunfo del levantamiento causando motines de la población. Para ello no tuvieron ningún inconveniente en matar y herir a civiles inocentes, entre ellos, decenas de mujeres y niños.
Los aviones empleados para ello fueron un Douglas DC-2 y un Fokker F-VII, dos aparatos de uso comercial que habían sido reconvertidos en bombarderos en los talleres de Tablada para aprovechar su mayor capacidad de carga para el transporte de proyectiles de más tamaño y más capacidad destructiva.
Pese a que inicialmente consiguieron provocar protestas de la población árabe, la rápida intervención del teniente coronel Juan Luis Beigbeder que logró la colaboración del gran visir Sidi Ahmed el Ganmia. Éste explicó a los musulmanes que el bombardeo había sido realizado por aviones gubernamentales y consiguió que los que protestaban se alistasen en masa en las tropas sublevadas.
Tras este bombardeo, la Fuerza Aérea republicana tomó como costumbre el bombardeo de todas aquellas poblaciones que fueron cayendo en manos del Ejército en su avance desde Sevilla hasta Badajoz. Los meses de Julio y Agosto vivieron más de tres docenas de bombardeos republicanos sobre población civil, con decenas de muertos y cientos de heridos. Pese a que fue una estrategia inicialmente propia del bando republicano, sus publicistas, con la guerra más avanzada, no dudaron en acusar de esta práctica a los nacionales repitiendo mitos como el de Guernica de manera incansable. Con ello lograron que se olvidaran que estos ataques sobre población civil fueron una invención suya.
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