Nos hacemos eco del nuevo Gobierno y damos la bienvenida a la ministra de defensa. Sabemos que por aquellos despachos del Paseo de la Castellana se nos lee, por lo que aprovechamos esa oportunidad para enviarla nuestro militar y expectante saludo.
Los ojos del soldado siempre están puestos en su capitán. La ministra con autoridad omnímoda se hace cargo de una gran compañía que no es baladí cuando son hombres de valor y honor los que la componen. A ella va dirigida nuestra mirada. Con la esperanza de que su prioridad en este ministerio sea la derivada de la misión trascendental de las Fuerzas Armadas y que la Constitución asigna a los ejércitos: la unidad de España.
Para ello, y siempre pensando en ello, la otra línea de acción donde debe ejercerse el esfuerzo principal es el material. Pero ¡ojo!, aquí el único material válido es el humano. Los que trajeron ahora hace 15 años la profesionalización de los ejércitos deben preocuparse y ocuparse de los profesionales, empezando por el soldado. TODO POR LA PATRIA es una entrega permanente que no puede finalizar con el paro en una edad plena de juventud y capacidad.
Hay que darse prisa. El tiempo corre. Con rapidez y eficacia hay que ponerse al mando de la compañía. No se puede estar siempre esperando desesperadamente.
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
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