domingo, 20 de noviembre de 2016

FRANCO DEJABA DE SER JEFE DE ESTADO. ESPAÑOLES FRANCO HA MUERTO (General de División Rafael Dávila Álvarez)

 


MOLA-FRANCO en BurgosEn julio del año 1974 con motivo del ingreso del Caudillo en el hospital por una flebitis se aplica por primera vez el artículo 11 de la Ley Orgánica del Estado de 1967 y el Príncipe de España, Don Juan Carlos de Borbón, asume las funciones del Jefe del Estado. Un momento delicado. Aquellos días los ojos de ciertos personajes empezaron a bizquear; mientras un ojo miraba a El Pardo y sonreía, el otro miraba a La Zarzuela y hacía una mueca. Faltaba, acababan de asesinarlo, quien jamás dudó, quien siempre miró de frente, el intérprete fiel y justo de la voluntad de Franco: el Almirante Carrero Blanco.
Y se notaba. Se notaba en el ambiente enrarecido de aquel Madrid que tomaba posiciones. La realidad del Príncipe Don Juan Carlos, en la que algunos nunca creyeron, se materializaba definitivamente. Hubo intentos para volver a jugar con las cartas marcadas que el Almirante descubrió en su momento, pero no se atrevieron.
IMG_20151116_100020El 9 de agosto de 1974 Don Juan Carlos preside el Consejo de Ministros. El primero de su vida. Lleva unas notas manuscritas con varios puntos a destacar. Lee, antes de comenzar la parte formal del Consejo, y lo hace recordando la figura de Franco:
‹‹Conocéis mejor que yo su gran personalidad y su obra. Pero quiero resaltar una característica suya que, a lo largo de su vida ha sido enormemente significativa y que está por encima  de todos los elogios o de todas las críticas que pudieran hacerse, y es, la serenidad con que ha afrontado todos los problemas que se le han presentado. En esta serenidad, está la clave de la confianza que en él tiene el Pueblo [sic] español. Esta Fé [sic] en su persona es fruto del acierto en las resoluciones, pero también de la tranquilidad en los momentos difíciles. Esta cualidad es la que Hoy [sic] más que nunca, debe presidir las decisiones, pues estoy seguro que será la clave del éxito en las etapas que se avecinan››.
Significativos subrayados y mayúsculas.
Aquello fue como un ensayo. Sirvió para probar los mecanismos de sucesión y ver las reacciones de unos y otros. También fue un susto, aunque breve. Las razones para asustarse, las de unos y otros, eran diferentes. Unos bizqueaban de El Pardo, otros, menos, de La Zarzuela; el Pueblo en mayúscula, como lo escribió el Príncipe, estaba en su sitio, el más sensato. Todo duró algo más de cuarenta días. Están por escribir.
Jueves 30 de octubre de 1975. La situación es muy distinta
-¿Qué tengo?
Pregunta Franco. Se hace un eterno silencio. Desconcierto, ¿quién responde?
-Ha padecido usted un infarto de miocardio y, además, una complicación intestinal grave.
Franco se queda en silencio. Después, emocionado, dice con energía:
-¡Artículo 11; que se aplique el artículo 11!
Franco dejaba de ser Jefe de Estado.
Hace ahora cuarenta años.
Así lo cuenta su médico de cabecera, el doctor Vicente Pozuelo Escudero, en el libro: ‹‹Los últimos 476 días de Franco››.descarga
A las tres de la madrugada del día 2 de noviembre la hemorragia se agudiza. Franco pasa el día en la cama de su dormitorio, sondado, medio inconsciente. Por la tarde hay un momento en que entre la sonda y la faringe un coágulo le impide respirar. Se lo extraen pero no se puede detener la hemorragia. Hay que operar, urgente, no hay tiempo. El Regimiento de la Guardia de SE. está pegado al Palacio y en su botiquín hay un quirófano que nunca se ha usado como tal. El equipo médico consulta a la familia y deciden el traslado a aquel vetusto quirófano.
Muchas historias se han contado sobre el traslado de Franco. Lo que escribo es fruto de lo vivido por los que allí se encontraban y participaron, en uno u otro nivel, en los acontecimientos de aquellos largos días. Se lo contaré a grandes rasgos.
Tomada la decisión se llama al Regimiento y todo se pone en marcha. Son aproximadamente las nueve de la noche. Un Simca1200 ambulancia, con matricula del Ejército de Tierra, sale hacia Palacio. De su interior, el conductor y algunos escoltas, extraen una camilla de lona que suben a la habitación de Franco. La colocan en el suelo, junto a la cama, y cogiendo los extremos de las sábanas ensangrentadas bajan a SE. hasta depositarlo en la camilla y trasladarlo entre cuatro hombres hasta el vehículo ambulancia. Franco va entubado, inconsciente, pálido, y sangrando por la comisura de los labios.
Se ha ordenado cortar el suministro eléctrico en El Pardo y Mingorrubio, colonia donde viven los Guardias del Regimiento; toda la energía la necesita el quirófano.
Primer y grave problema: el foco del quirófano lleva una clavija para enchufarlo tipo americano y los enchufes de la pared son de tipo europeo. Jamás se había probado. Son ya más de las diez de la noche. Se busca en la ferretería de El Pardo un adaptador. Pasa el tiempo, llega gente, todos preguntan. Están los Príncipes de España, los primeros, pendientes, inamovibles del lugar. Doña Carmen espera en Palacio. El equipo médico habla, discute y espera. Llega el material quirúrgico y… el adaptador para el foco. Aquel quirófano solo disponía de material digno de museo. Falta de todo, incluso para extraer la sangre que inunda al enfermo durante la operación se utiliza una jarrita de acero inoxidable de la cafetería del Regimiento. De El Pardo a Madrid no para de ir y venir un vehículo con plasma y suero. Es el conductor de este vehículo el que lleva al doctor Hidalgo Huerta a su domicilio una vez finalizada la operación. En el trayecto le pregunta sin rubor:
-¿Doctor, como está el Caudillo?
38414934Regresa el conductor de dejar al médico y, rendido, se sienta en un banco, en la puerta del botiquín. No se da cuenta que hay dos personas sentadas junto a él; son los Príncipes de España.
-Perdón Altezas.
-¡Siéntese, por favor! Tiene que estar agotado. ¿Qué le ha dicho el doctor?, pregunta la Princesa.
-Señora, me ha dicho que tenemos Caudillo solo para cuarenta y cinco minutos.
Durante la operación había llegado una ambulancia de la Seguridad Social, una Dogde Dart, para el traslado de Franco a Palacio. Está helada por dentro y durante un buen rato los escoltas intentan calentarla utilizando secadores del pelo.
Todo, lo más parecido a una intervención en campaña. Eso sí, con más de veinte especialistas en aquél reducido botiquín. Los médicos sabrán. A las doce y media la operación había terminado. Franco era trasladado de nuevo a su cama en Palacio.
Después llegaron días de tensa calma, en cualquier momento se podría precipitar el desenlace. No fueron 45 minutos los que sobrevivió a la operación como dijo el doctor Hidalgo Huerta, aunque él sabía muy bien lo que decía.
La vida política en España se detuvo y algunos de sus más activos personajes quedaron aparentemente desconcertados  y desconcertantes. Entre bambalinas, hombres del segundo y tercer nivel lograron acuerdos y pactaron sosiego. En el primer nivel era más difícil.
En todos los organismos de la Administración llevaban tiempo funcionado las llamadas  ‹‹Plataformas Democráticas›› de funcionarios – con más o menos visto bueno- y empezaron a dar señales de actividad con reuniones, cambios de punto de vista y actitud a tomar. En estas plataformas estaban desde Directores Generales a simples funcionarios.
El día 5 de noviembre el estómago de Franco vuelve a sangrar. En la mente de todos está el dantesco espectáculo de la noche en el botiquín del Regimiento. No se puede volver a repetir semejante espectáculo. La situación se convierte de nuevo en un acto de vida o muerte. Una ambulancia le lleva a la Ciudad Sanitaria de La Paz donde directamente entra en el quirófano. Tres días después de vaticinar que le quedaban cuarenta y cinco minutos de vida, Franco estaba de nuevo en manos del doctor Hidalgo. Eran las cuatro de la tarde. Madrid se convertía en el centro de las noticias del mundo. Pero en la Ciudad Sanitaria de la Paz el espectáculo era folclórico. Curiosos, periodistas, médicos amigos de…, gente que se tenía que hacer ver, todos hablaban y difundían lo que no sabían, como si  de primera mano fuese su información. Solo una cosa era segura: Franco se moría. También se supo que el que allí mandaba era su yerno, el doctor Martínez-Bordiú.
Está sedado pero consciente. El día 12 entra a verle Carlos Arias Navarro. Franco se da cuenta, no abre los ojos. Le ha molestado. No quiere ver a nadie. En cualquier caso nunca le gustó Arias Navarro. Fue un remedio impuesto por circunstancias personales y la debilidad de los últimos momentos.Carlos_Arias_Navarro_and_Franco_1975
El día 15 de nuevo aparece la hemorragia. Una peritonitis gravísima. Vuelve al quirófano y a las manos del doctor Hidalgo.
La mañana del día 16 el Príncipe recibe la noticia: la situación es irreversible. Está en fase terminal.
Los siguientes días hay una gran angustia. Máxima tensión que produce fuertes discusiones, acusaciones y gestos torcidos. Ya no solo se piensa en la muerte de Franco sino en la posición a ocupar cuando fallezca. El día 18 ya está absolutamente inconsciente y el 19 se corre por Madrid que Franco ha muerto.
A las seis y doce minutos del día 20 el ministro de Información y Turismo, León Herrera leyó el comunicado con la muerte del Caudillo.
La noche del día 19 los escoltas de doña Carmen estaban, como siempre, en los sótanos/garajes del hospital de La Paz. Fue una sorpresa para ellos ver a doña Carmen que llorando se acercaba a ellos. Sin intermediarios, directamente, de manera insólita, doña Carmen entra en los garajes y se dirige a su jefe de escolta:
-Vayan a El Pardo y recojan una caja que allí les entregarán.
Era el uniforme de capitán general de gala del Caudillo, la mortaja. Aquella noche, sobre las 2200 horas el uniforme llegó al hospital de La Paz. No debía, ni podía, haber indiscreciones hasta el momento acordado.
Franco dejaba de ser Jefe de Estado.
Definitivamente.
el-sueldo-de-francoSe establece la seguridad de la muerte a las 5,25 del día 20. El doctor Vicente Pozuelo firma el certificado de defunción a las seis de la mañana. Absoluta discreción, tanta que la duda sigue rodeando las horas, algunos hechos, y así seguirá para siempre.
‹‹Españoles, Franco ha muerto››. Un teatral Presidente del Gobierno, Carlos Arias Navarro, aparecía en Televisión Española a las diez en punto de la mañana del día 20 de noviembre de 1975. Hace ahora cuarenta años.
El Presidente Arias es un magnifico actor. Su salida en imagen en televisión Española dando la noticia del fallecimiento de Franco no fue espontánea ni sincera. Todo se  cuidó, el momento de sacar la nota, el pañuelo, las lágrimas. Se hicieron muchas pruebas…
El 18 de julio en la inauguración de los enlaces de Madrid el entonces Presidente de las Cortes, Rodríguez de Valcárcel le había transmitido el deseo de Franco de prorrogar la actual legislatura.
-¡Y tú ¿qué le has dicho?! no puede ser. Hay que cargarse al viejo… Me lo paso por los…
Franco nunca fue ajeno a estas y otras actitudes. Lo sabía casi todo.
‹‹ ¡Qué vamos a hacer si el primer traidor es el Presidente››! Pero no hagan nada, no hagan nada, que sería complicar las cosas››.
De la figura de Don Juan Carlos no hablaba con más corrección: ‹‹ ¡Qué se ha creído el mozo! Hemos estado a punto de cargarnos al viejo y vamos a seguir aguantando el caudillaje. Eso se ha acabado, me paso al mozo por los…››.
Es el comentario que hace Arias navarro al Vicepresidente y ministro de trabajo, al de gobernación, Suárez y al ministro de la presidencia cuando el Rey le insinúa que pusiera el cargo a disposición. Es el talante del Presidente Arias.
Sin Franco, sin Carrero Blanco, también sin una figura enorme como Herrero Tejedor, era posible intentar ocupar posiciones y ningunear al Rey. Lo sabían e intentaban los que siempre estuvieron contra la herencia de Franco. Los había de todos los colores, unos más conocidos, los de siempre, otros siguen en el anonimato y han pasado a la historia como grandes artífices de la transición. No se lo van a poner fácil a  Don Juan Carlos, ni los que decían ser suyos ni los otros. La lealtad y fidelidad en aquellos momentos solo estuvo en los que pensaban en España por encima de opciones políticas. La opción política mayoritaria era la personal; ocupar buena posición en la carrera que se iba a iniciar. A codazos se abrían paso en la línea de salida.Franco con Carrero Blanco
El 1 de diciembre los Reyes presiden su primer acto oficial, la inauguración de la II Asamblea de Turismo. Se monta la que denominan ‹‹Operación Palacio de Congresos›› para impresionar al Rey con una acogida, ovación y entusiasmo que a través de TV. llegue a toda España… ¡Ahora verá! Naturalmente montada a favor de Arias. Al ministro de información y turismo se le pide que envíe al acto del Palacio de Congresos a funcionarios del ministerio de modo que llegue un momento en que los asistentes en razón al acto son los menos.
‹‹Hay que defender a nuestro Presidente››, es la consigna.
Se cuida que la programación de TV., pulida y preparada, resalte la figura del Presidente y la cálida acogida, en contraste con la ‹‹normal›› del Rey. La crónica de ABC lo dice todo:
‹‹Y la ovación se incrementó -contra las normas habituales en estos casos- cuando acto seguido al Rey concedió la palabra al Presidente Arias. Sus palabras fueron acogidas con una fuerte ovación que levantó de sus asientos a muchos asambleístas y que obligó al presidente a ponerse nuevamente en pie para corresponder a los aplausos››.
De poco les iba a servir. Reuniones, Consejo del reino,  pendiente todavía la fecha del Consejo de Ministros, intercambio de estrategias, llamadas telefónicas. Posicionamientos y prudencia solo en algunos. Casi todo se sabía y la línea oficial, el futuro, iba por derroteros más sencillos, y desconocidos por casi todos.
Aquella hora, la de la verdad, nos descubrió a los verdaderos hombres de Estado, aquellos que incluso sacrificaron su interés personal por el general. Pero nadie como el Rey, Don Juan Carlos I, que condujo la situación con maestría y brillantez, con inteligencia y prudencia, con aquella virtud que en su primer Consejo de Ministros destacó del Caudillo: serenidad.
Al fin, el 15 de diciembre se reunía el Consejo de Ministros en el Palacio de La Zarzuela presidido por SM. el Rey.
Esta vez no había manuscrito ni interinidad. Habla el Rey:
IMG_20151116_100143‹‹Al comenzar esta reunión del Consejo de Ministros, quiero agradecerles su espíritu de servicio, así como la firme decisión que han demostrado queriendo colaborar con entusiasmo y empeño, en las tareas de hacer la España grande, que todos deseamos.
También ruego al Presidente, haga llegar a los ministros del equipo anterior, mi profunda gratitud, por el notable esfuerzo que realizaron durante la delicada y difícil etapa que acabamos de finalizar.
España, confía plenamente en estos momentos, que el Gobierno de la Nación sabrá dar cumplida solución a los problemas de la hora actual. Y estas esperanzas no se pueden defraudar, pues tenemos un pueblo que ha demostrado las altas virtudes que posee, dando un ejemplo de serenidad y patriotismo.
Muchas son las tareas que se presentan y que el Gobierno concretará en su programa de actuación, pero el mantener la paz, el impulsar el desarrollo social y económico del país controlando la economía, son quizá las más apremiantes.
Para conservar la Paz, hay que tratar de que las tensiones sean mínimas y que un verdadero espíritu de justicia informe toda la actuación del gobernante.
Lograr que todos los españoles tengan asegurado un puesto de trabajo, satisfechas las necesidades de sus familias y acceso a los bienes e cultura, son sin duda los objetivos prioritarios que os quiero señalar desde el primer instante de vuestra actuación.
Ayudar a los más débiles debe ser una constante que inspire todas vuestras actuaciones.
Nuestro país, que en sus últimos años ha logrado avances espectaculares en su economía, tiene que continuar ese camino. Hay que agilizar la Administración buscando mayor eficacia y claridad en la gestión.
Nuestra participación plena, en el campo internacional, hará que  España cumpla el papel que por su situación y su Historia le corresponde.
Les deseo muchos éxitos en su labor, les reitero mi confianza y puedo asegurarles que con la base firme de lo que partimos, fruto de esfuerzos y sacrificios de los que dieron todo por España, que siempre tendremos presente, estoy seguro que lograremos servir a España como España quiere que la sirvamos››.
Ahora hace cuarenta años. Vivimos en paz y armonía, hemos superado momentos muy difíciles y, sin miedo al superlativo, se puede decir que dificilísimos. El Rey, Don Juan Carlos, la Corona, ha sido la clave a pesar de los irreductibles que siempre se vuelven contar el mismo lado, pase lo que pase. Puntos de vista de ombligo, muy frecuente entre los políticos que se apuntan al ‹‹yo hice, yo dejé de hacer››.
Después de todo, cuando se hallaba España a punto de que el prodigio sucediese, unos iluminados, gestados por la cesión inconfesable de los que de nuevo rompieron la convivencia discutiendo frívolamente si la Nación existe o es discutible y desenterraron la memoria del enfrentamiento visceral, amenazan con romper España y su convivencia. ¡Después de cuarenta sufridos y fructíferos años! ¡Incalificable! Deberían se reos del rechazo de esta sociedad seria, madura y experimentada en el sufrimiento y el esfuerzo común.0000018285_230x230_jpg000
Hoy hablan de juventud en la política, la estética prevalece, esperemos que también la ética, y parece que los que ya tenemos cierta edad solo vivimos de recuerdos. Un ofensa a la experiencia y a la serenidad. Hoy es un buen momento, una necesidad, para la reflexión, para leer entre las arrugas de esta vieja Nación que confía en la juventud  que bebe en aguas limpias y no emponzoñadas.
Recuerden, piensen, y repasen la historia de aquellos años, hace cuarenta, cuando todo parecía un imposible. Fue posible. Ahora también es posible que toda la labor sea rota por la acción de unos y la omisión de otros. La herida ya está abierta.
Después de todo, cuando se hallaba España a punto de que el prodigio sucediese…
juan_carlos_1975_mensajeTermino con unas sencillas y necesarias palabras dedicadas al que nunca deberíamos olvidar, Don Juan Carlos I, ahora Rey Emérito, artífice de algo tan difícil como es la convivencia entre todos. Cada día se ve más claro el mérito que tuvo y la labor de gigante que realizó.
¡Gracias Majestad!
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
22 de Noviembre 2015
Web: generaldavila.com

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