El juez investiga al diplomático y a su segundo por homicidio imprudente por las deficientes medidas de seguridad del edificio atacado en diciembre de 2015
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En su resolución, dada a conocer este miércoles, Pedraz notifica su decisión a los dos diplomáticos investigados y a la Abogacía del Estado, en nombre del Ministerio de Asuntos Exteriores y del Ministerio del Interior, del que dependían los agentes fallecidos. El auto recoge los hechos en los que se basa la querella -presentada por la viuda de García Tudela y sus hijos- básicamente relativos a las carencias en materia de seguridad del edificio atacado desde que fue construido en 2008, deficiencias que, según la denuncia fueron comunicados tanto al embajador como al ministerio.
Pese a esas denuncias de desperfectos en materia de seguridad, según los querellantes, el embajador, Pérez de Agreda, "nunca las atendió: ni sobre las deficienciad de estructuras, ni las rutas y horarios de personal, manteniendo un mutismo absoluto ante el ministerio del que depende". Todo ello a pesar de que esas advertencias le llegaban de la propia policía.
La mañana del 11 de diciembre, el día del atentado, los servicios secretos franceses alertaron de que el ataque se podía producir, lo que, según la familia del fallecido, "debería haber provocado la toma extraordinaria de medidas de seguridad (...) que hubiera evitado que esa tarde, alrededor de las 18 horas, un coche bomba hiciera explosión en los muros de la delegación española".
Según el juez, la secuencia de hechos, "tiene apariencia de infracción penal". El magistrado considera evidente la competencia de la Audiencia Nacional al tratarse de hechos cometidos por españoles -el embajador y su segundo- en el extranjero
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