domingo, 6 de noviembre de 2016

FRANCO ENTERRADO EN LA CATEDRAL DE SANTIAGO DE COMPOSTELA General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

 


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Santiago de Compostela
Franco pudo ser enterrado en la catedral de Santiago de Compostela junto al Apóstol. No se asusten, fue una propuesta sin ninguna posibilidad de llevarse a cabo, pero…
Cuento esto porque veo que hay un afán infinito por rememorar la historia y sacar lo positivo que tiene. No es casual, sino impuesto, como casi todo cuando el concepto libertad se aborrega. La imposición se inició con una ley, a todos nos obliga, que prohíbe contar la historia auténtica, es decir la del método y los documentos, obligando, por lo que se ve, a mencionar a diario en radio, prensa, televisión, que se decía antes, y, cómo no, en las redes sociales, con insulto incluido a: Franco, Millán-Astray, División Azul y si sigo con más nombres el artículo se quedaría en simple listado, incluido mi apellido, y no se trata de extenderme en lo que aburre y adocena. Es mejor buscar el lado humorístico de la situación, aunque cuando no hay gracia difícil es inventarla.
Así que en este artículo he buscado, como opción ante tanta majadería, la alternativa de adornarme con algún desplante o gallardía en estos lances de la memoria, siempre con permiso del respetable.
Para ello traigo a colación alguna de estas historias que espero no conculquen la ley y de paso ruboricen a los leguleyos de las imposibles.
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Teniente Coronel Rafael Valenzuela
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Don Basilio Álvarez
En junio de 1923 al frente de sus legionarios moría en combate el teniente coronel Valenzuela y en su sustitución fue nombrado, con ascenso previo por méritos de guerra, jefe de la Legión el teniente coronel Franco. Antes de incorporarse a su nuevo destino se celebró en su honor un banquete en el Palace Hotel acudiendo lo más selecto de la sociedad madrileña. A la hora de los discursos sobresalió el de un sacerdote gallego llamado Basilio Álvarez. Muy conocido en Madrid en los ambientes políticos y periodísticos era una mezcla de sacerdote y huracán. Poco se ha hablado de él a pesar de su compleja e interesante biografía. Debía ser amigo de Franco ya que además de asistir al homenaje se permitió una sobresaliente intervención. Sus palabras, recogidas del libro del teniente general Francisco Franco Salgado-Araujo Mi vida junto a Franco, fueron las siguientes: ‹‹Pido al gobierno como gallego que si Franco encuentra en África una muerte gloriosa, como su antecesor, su cadáver sea enterrado en Compostela al lado del sepulcro del apóstol Santiago, lo mismo que Valenzuela lo ha sido en el templo del Pilar de Zaragoza, cerca de la capilla de la Virgen››. Como es lógico la reacción no se hizo esperar y el cura don Basilio fue abucheado a la vez que se le gritaba ¡gafe!, ¡pesimista! No se amilanó el cura que enfrentándose a los abucheos contestó: ‹‹Yo tenía entendido que el hablar de la muerte en presencia de militares legionarios era una cosa natural y sin importancia; ahora me está pareciendo que estaba equivocado››. No fue el tema a mayores por ser conocida la fogosidad y carácter de don Basilio a lo que se unió la complacencia y sentido del humor con el que Franco oyó su discurso.
¡Quién sabe si aquello podría haber sucedido caso de haber caído en combate el nuevo jefe de la Legión!
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Banquete en honor de don Basilio
Miren por donde, del Valle de los Caídos a ¡Franco en Compostela! En peregrinación…
Aporto el dato y la idea para colaborar, pacificar y calmar estos momentos en los que tanto se discute sobre nombres, quitan y ponen, calles y avenidas, todo aderezado con insultos y provocaciones. Nunca se ha hablado tanto para mal y de tan mala manera. No se habla de otra cosa: Franco, Millán-Astray y todo lo que a su alrededor se menea. Hasta a la Legión han llegado, primero en contra de su fundador por la alcaldesa de Madrid y su comisión ad hoc creada para el insulto y el enfrentamiento, y luego a la mismísima Unidad, a los legionarios, desde la conocida revista inglesa Time, insultados por un aspirante al Nobel recién creado (la trayectoria en Twitter).
En una pira permanente se extingue la verdad de la historia mientras se cuenta la otra historia en libros que nadie lee, pero se interpreta su portada en los 140 caracteres y otras redes de cortos enunciados y lecturas de superficie. Cuando algunos presumen de no haber leído jamás un libro otros viven de lujo escribiendo sobre Franco y sus alrededores. ‹‹Contra Franco vivíamos mejor››, decía aquel magnífico actor, que fue mi amigo, Paco Rabal.
Leer, profundizar en la lectura, a algunos les hace sudar, materialmente, como si picasen, quemando la verdad como un rastrojo mientas balan por los rediles de las sociales redes en las que encuentran cobijo y amparo. Se oye la música mientras se oculta la letra.
Está ya muy repetido, es muy antiguo, pero es que cada vez es más cierto:
Aquí no cabe un tonto más.  
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

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