Llegado el momento de cruzar la divisoria 2016/2017, el soldado procura avanzar despacio en busca de un buen observatorio que le permita detectar los obstáculos, peligros y sobre todo la incertidumbre con los que se encontrará en la larga contra pendiente de los trescientos sesenta y cinco días que quedan por recorrer hasta la siguiente divisoria de 2018.
Como es lógico, comienza escudriñando los horizontes más próximos por los que inicialmente ha de desplazarse. Evidentemente ni el rápido estudio de los factores de la decisión ni las preguntas más básicas de: a donde, por donde, como y cuando, le dejan muy claro ni tranquilo a la hora de seguir adelante, pero no es posible parar y mucho menos retroceder.
Lo primero que ve, prácticamente en la misma divisoria, es la representación de los presidentes autonómicos, representantes del Estado español en sus respectivas Regiones, que desde sus televisiones, no todos dejaron claro el mensaje del principio constitucional de la Unidad de España con respeto a su diversidad. Incluso algunos prescindieron de forma ostensible de la Bandera de España. ¡Mal empezamos!
También se presenta muy preocupante la actitud de los partidos políticos, enzarzados en asuntos internos por mero egoísmo de lucha entre clanes, absolutamente ajenos a los verdaderos intereses de los españoles. Cuando dirige sus prismáticos a los acuerdos de mínimos necesarios para asuntos de primera importancia como la prolongación de los presupuestos o la unidad frente a los secesionistas, lucha contra el terrorismo y la corrupción…etc., solo encuentra dificultades para avanzar.
Si alarga su alcance visual, observa con menos claridad, que más allá de la mitad del tiempo a recorrer hay problemas que pueden suponer auténticas barreras para el adecuado progreso de todos. Tales como un posible adelanto de elecciones o la materialización de las ilegales amenazas de los independentistas…
Para sortear con éxito tantas dificultades, el soldado busca posibles apoyos en los poderes que deben facilitar el avance. Pero del Ejecutivo, después de un año en funciones y condicionado por su actual minoría poco puede esperarse. El Judicial se enfrenta a un ciclo de procesos muy complejos y complicados por su carácter político condicionante. Por último, la nebulosa histriónica en que se envuelve el Legislativo, no nos sirve de referencia por la decepcionante actitud y aptitud de los que nos deberían representar en el siglo XXI pero nos retrotraen a los tiempos propios de la efímera Primera República, la que en once meses permitió el cantonalismo con declaración de guerra entre ciudades, incluso entre pueblos y todo tipo de aberraciones, mientras la conducta de los diputados se pueden recordar en las bibliotecas.
Por estimar complicada la situación en el terreno propio, el soldado decide dar una vuelta al horizonte en busca de posibles apoyos exteriores y ¿Qué es lo que observa?
El Brexit que el Reino Unido llevará a cabo en este año con la Unión Europea, la actitud de la Unión con socios como Polonia y Hungría por resistirse a la intromisión en sus Naciones de legislación sometida a la ideología de género, políticas sobre los refugiados ..etc, las crisis socioeconómicas en Grecia e Italia, la incógnita de las inmediatas elecciones en Alemania y Francia, las reacciones ante el nuevo presidente de los EE.UU, la situación de inseguridad mundial que origina el terrorismo yihadista…y más.
Ante la inquietud que produce en el soldado el factor ambiente y las dificultades que presiente para su avance, al que ni renuncia ni renunciará, decide emplear un procedimiento ya casi ancestral, como buscar una referencia a retaguardia que pueda señalarle un rumbo adecuado.
Observar la actual situación del Congreso español le ha hecho pensar en la negativa experiencia de la Primera República, por ello coloca el jalón en dicha dirección y mira hacia aquellos nefastos tiempos por los que pasó nuestra Patria hace casi ciento cincuenta años, con el deseo de que no se repita una situación parecida, pero con los condicionantes del siglo XXI. Basta con leer la auténtica Historia de aquel siglo nefasto para España para estar de acuerdo con el soldado.
Las imágenes recientemente contempladas de amamantar un bebé en plena sesión constitutiva del Parlamento o el beso de dos diputados estilo camorra italiana, nos recuerdan la crónica que de aquel congreso relataba Don Benito Pérez Galdós:
“Las sesiones me atraían y pasaba las más de las tardes en la tribuna de la prensa con el espectáculo de indescriptible confusión que daban los padres de la Patria. El individualismo sin freno, el flujo y reflujo de opiniones, desde las más sesudas a las más extravagantes….. Era un juego pueril que causaría risa si no moviese a grandísima pena”
Respecto al comportamiento del Gobierno, podemos recordar lo dicho en catalán por Don Estanislao Figueras, Presidente del primer Ejecutivo Republicano de coalición antes de presentar su dimisión, dado el guirigay del Consejo de Ministros, : “Senyors, ja no aguanto més. Vaig a ser-los franc: ¡Estic fins als collóns de tots nosaltres” (“Señores, ya no aguanto más. Voy a serles franco. ¡Estoy hasta los cojones de todos nosotros”)
Lamentablemente tal energía acabó en aquel momento, ya que Don Estanislao salió prudente y rápidamente para París temiendo por su vida.
Terminado su reconocimiento, el soldado se dispone a marchar y seguir avanzando con la seguridad de que esta Historia no se repetirá bajo ningún concepto.
Emilio Pérez Alamán Teniente General (R.)
Como es lógico, comienza escudriñando los horizontes más próximos por los que inicialmente ha de desplazarse. Evidentemente ni el rápido estudio de los factores de la decisión ni las preguntas más básicas de: a donde, por donde, como y cuando, le dejan muy claro ni tranquilo a la hora de seguir adelante, pero no es posible parar y mucho menos retroceder.
Lo primero que ve, prácticamente en la misma divisoria, es la representación de los presidentes autonómicos, representantes del Estado español en sus respectivas Regiones, que desde sus televisiones, no todos dejaron claro el mensaje del principio constitucional de la Unidad de España con respeto a su diversidad. Incluso algunos prescindieron de forma ostensible de la Bandera de España. ¡Mal empezamos!
También se presenta muy preocupante la actitud de los partidos políticos, enzarzados en asuntos internos por mero egoísmo de lucha entre clanes, absolutamente ajenos a los verdaderos intereses de los españoles. Cuando dirige sus prismáticos a los acuerdos de mínimos necesarios para asuntos de primera importancia como la prolongación de los presupuestos o la unidad frente a los secesionistas, lucha contra el terrorismo y la corrupción…etc., solo encuentra dificultades para avanzar.
Si alarga su alcance visual, observa con menos claridad, que más allá de la mitad del tiempo a recorrer hay problemas que pueden suponer auténticas barreras para el adecuado progreso de todos. Tales como un posible adelanto de elecciones o la materialización de las ilegales amenazas de los independentistas…
Para sortear con éxito tantas dificultades, el soldado busca posibles apoyos en los poderes que deben facilitar el avance. Pero del Ejecutivo, después de un año en funciones y condicionado por su actual minoría poco puede esperarse. El Judicial se enfrenta a un ciclo de procesos muy complejos y complicados por su carácter político condicionante. Por último, la nebulosa histriónica en que se envuelve el Legislativo, no nos sirve de referencia por la decepcionante actitud y aptitud de los que nos deberían representar en el siglo XXI pero nos retrotraen a los tiempos propios de la efímera Primera República, la que en once meses permitió el cantonalismo con declaración de guerra entre ciudades, incluso entre pueblos y todo tipo de aberraciones, mientras la conducta de los diputados se pueden recordar en las bibliotecas.
Por estimar complicada la situación en el terreno propio, el soldado decide dar una vuelta al horizonte en busca de posibles apoyos exteriores y ¿Qué es lo que observa?
El Brexit que el Reino Unido llevará a cabo en este año con la Unión Europea, la actitud de la Unión con socios como Polonia y Hungría por resistirse a la intromisión en sus Naciones de legislación sometida a la ideología de género, políticas sobre los refugiados ..etc, las crisis socioeconómicas en Grecia e Italia, la incógnita de las inmediatas elecciones en Alemania y Francia, las reacciones ante el nuevo presidente de los EE.UU, la situación de inseguridad mundial que origina el terrorismo yihadista…y más.
Ante la inquietud que produce en el soldado el factor ambiente y las dificultades que presiente para su avance, al que ni renuncia ni renunciará, decide emplear un procedimiento ya casi ancestral, como buscar una referencia a retaguardia que pueda señalarle un rumbo adecuado.
Observar la actual situación del Congreso español le ha hecho pensar en la negativa experiencia de la Primera República, por ello coloca el jalón en dicha dirección y mira hacia aquellos nefastos tiempos por los que pasó nuestra Patria hace casi ciento cincuenta años, con el deseo de que no se repita una situación parecida, pero con los condicionantes del siglo XXI. Basta con leer la auténtica Historia de aquel siglo nefasto para España para estar de acuerdo con el soldado.
Las imágenes recientemente contempladas de amamantar un bebé en plena sesión constitutiva del Parlamento o el beso de dos diputados estilo camorra italiana, nos recuerdan la crónica que de aquel congreso relataba Don Benito Pérez Galdós:
“Las sesiones me atraían y pasaba las más de las tardes en la tribuna de la prensa con el espectáculo de indescriptible confusión que daban los padres de la Patria. El individualismo sin freno, el flujo y reflujo de opiniones, desde las más sesudas a las más extravagantes….. Era un juego pueril que causaría risa si no moviese a grandísima pena”
Respecto al comportamiento del Gobierno, podemos recordar lo dicho en catalán por Don Estanislao Figueras, Presidente del primer Ejecutivo Republicano de coalición antes de presentar su dimisión, dado el guirigay del Consejo de Ministros, : “Senyors, ja no aguanto més. Vaig a ser-los franc: ¡Estic fins als collóns de tots nosaltres” (“Señores, ya no aguanto más. Voy a serles franco. ¡Estoy hasta los cojones de todos nosotros”)
Lamentablemente tal energía acabó en aquel momento, ya que Don Estanislao salió prudente y rápidamente para París temiendo por su vida.
Terminado su reconocimiento, el soldado se dispone a marchar y seguir avanzando con la seguridad de que esta Historia no se repetirá bajo ningún concepto.
Emilio Pérez Alamán Teniente General (R.)
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