Mucho se compromete, darlo todo, hasta la vida si necesario fuera:
‹‹ ¡Españoles! ¿Juráis o prometéis por vuestra conciencia y honor guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, con lealtad al Rey y, si preciso fuera, entregar vuestra vida en defensa de España?››.
Un juramento o promesa que queda grabado en la conciencia y el honor de cada uno.
Una Orden del ministerio de defensa del pasado lunes día 17 modifica el anterior procedimiento para que los españoles puedan solicitar y realizar el juramento o promesa ante la Bandera de España. Como he dicho comprendo la necesidad de una regulación, pero esta orden recién aprobada no la comparto. Dice: ‹‹Para que no desmerezca la importancia y trascendencia del acto, entre la fecha del juramento o promesa inicial y su renovación deberá mediar un lapso de tiempo de, al menos, veinticinco años››.
No pongamos puertas al campo. No escondamos a nuestra Bandera.
La Jura de bandera es un compromiso intemporal, renovable cada día, sin limitación. Se jura o promete una vez y es un juramento eterno, pero el beso a mi Bandera no me lo regulen en el tiempo. No es necesario volver a jurarla, pero sí cada día besarla. Regular el procedimiento es bueno, pero no hay límites a la entrega y al amor. Un beso cada 25 años se me hace demasiado largo. Limiten las plazas de cada acto si quieren o den preferencia a quien nunca ha jurado o prometido ante la Bandera. Pero 25 años es mucho tiempo sin besarla. No hay mayor merecimiento, nada más importante ni trascendente que besarla, un día y otro también si puedo.
Creo que se ha dado una orden poco meditada. Quizá contraproducente para el objetivo perseguido. Y más en los tiempos que corren.
El besamanos es una vieja y noble ceremonia en la cual se acude a besar la mano al rey y personas reales en señal de adhesión y cariño. Por mi recuerdo pasan muchos besamanos en variopintos lugares del mundo con nuestros Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía. El afecto de la gente, el especial atractivo de nuestros reyes y, sin duda, la curiosidad, hacía que muchas personas sencillas no desaprovecharan la ocasión y una vez hecho el primer saludo volvían a la cola para de nuevo plantarse delante de los reyes.
-Rafael, esa pareja es la tercera vez que pasa a saludarnos.
Me dijo en más de una ocasión nuestra Reina, mientras sonreía y se lo susurraba al Rey.
-Déjelos que pasen cuantas veces quieran. Es un detalle que agradecemos.
Siempre cumplimos con su deseo no impidiendo a nadie que repitiese saludo, aunque evidentemente no era lo habitual efectuar un doble, incluso triple saludo.
Comprendo las limitaciones para participar como civil en un acto solemne como es la Jura de Bandera. Un beso cada 25 años se me hace demasiado largo.
Al jurarla la besé
Y fue el beso una oración
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
Blog: generaldavila.com
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