viernes, 11 de marzo de 2016

Vivan las Fuerzas Armadas

 

La infecta declaración del Ayuntamiento de Barcelona es una mezcla de ignorancia, resentimiento y sectarismo ideológico.
 
Santiago Abascal
 
 
La mediática alcaldesa de Barcelona ha protagonizado la nota desagradable de la semana. Fue el pasado miércoles, en el Salón de la Enseñanza celebrado en Barcelona. Se cruzó con dos militares corteses y  ella, demostrando una mala educación antológica, les dijo que preferiría que no estuvieran allí. Por aquello de, “separar los espacios”, dijo, como toda explicación.


Como no hay institución, por noble que sea, que no tenga su garbanzo negro, al día siguiente del público desprecio al que habían sido sometidos nuestros militares, el ex JEMAD Julio Rodríguez ha defendido a Ada Colau. Ha dicho que no ha sido una humillación ni un desprecio, sino el cumplimiento de la declaración aprobada en el Pleno municipal del pasado 26 de febrero.
En la citada declaración se defendía que el Salón de la Enseñanza se celebrase sin la presencia del Ejército para “favorecer espacios educativos libres de armas, en los que se promueve la cultura de la paz, la convivencia pacífica, los derechos humanos y la solidaridad internacional.”
La infecta declaración del Ayuntamiento de Barcelona es una mezcla de ignorancia, resentimiento y sectarismo ideológico. Y es que nuestras Fuerzas Armadas son un orgullo para todos los españoles de bien. Precisamente porque trabajan por la Paz, por la Convivencia, los Derechos Humanos y la Solidaridad Internacional.
Nuestros militares trabajan por la Paz. Somos el país de Europa más cercano a la amenaza Yihadista. El norte de África es un polvorín, con una presencia cada vez más importante de Al Queda. Pero nuestros militares no sólo protegen nuestras fronteras. Desde hace ya varios años, la Armada Española protege a los pescadores españoles que faenan en el océano índico. En el año 2011, un comando de operaciones especiales de la Infantería de Marina rescató a una rehen francesa que había sido secuestrada por los terroristas. Fue el propio jefe del comando, un joven capitán, el que saltó al agua arriesgando su propia vida para salvar a una ciudadana de un país amigo. Fueron felicitados por el mismísimo presidente de la República Francesa. En España apenas apareció la noticia en los medios de comunicación.
Nuestros militares trabajan por la Convivencia. El comportamiento de nuestros militares durante nuestra democracia ha sido ejemplar. Ninguna institución ha sido tan disciplinada y leal a la Constitución como lo han sido ellos. En todo momento han  cumplido el compromiso de neutralidad política que les impone nuestra Carta Magna. Este sometimiento a la Constitución y a las leyes es algo que, desgraciadamente, no puede predicarse de una clase política que, activa o pasivamente, está contribuyendo a quebrar el orden constitucional y a destruir la unidad de nuestra Patria.
Nuestros militares trabajan por los Derechos Humanos. En la actualidad una fragata de la Armada Española y aviones de vigilancia marítima del Ejército del Aire están participando en la misión europea “Sophia”, actuando contra el tráfico ilegal de personas en el mediterráneo. El pasado mes de enero la Fragata Numancia rescató a 114 inmigrantes que iban en una embarcación a la deriva y los salvó de una muerte segura. Desgraciadamente apenas aparecieron en los medios de comunicación.
Nuestros militares practican la Solidaridad Internacional. Miles de soldados, marinos y aviadores españoles han participado en misiones de asistencia internacional. Fueron soldados españoles, no políticos, los que fueron solidarios con el pueblo de Haiti tras el terremoto del año 2010. Y fueron marinos españoles, no activistas de la izquierda radical,  los que asistieron a la población de Indonesia tras el Tsunami del 2005.  Durante más de diez año han sido miles de soldados del Ejército de Tierra los que han contribuido a reconstruir Afganistán, dejándose muchos de ellos la vida en el cumplimiento de su deber. Ninguna institución. ¡Ninguna!  ha sido más solidaria que nuestras Fuerzas Armadas.
Podemos estar seguros de que nadie ama tanto la Paz como un soldado. Seguramente porque nadie es tan consciente como él de la devastación y el dolor que causa la guerra en una sociedad. Son los políticos que generan los sentimientos de odio y de división, no los militares, los que crean las guerras. Los militares son los primeros en sufrir sus consecuencias.
Políticos de la izquierda radical como Ada Colau. Aprendices de políticos que, como Julio Rodríguez, eligen pisotear la dignidad y el respeto de la institución a la que han dedicado su vida con tal de conseguir un “huequecito” en una lista electoral.
Por ello hoy es un buen día para manifestar nuestra más profunda gratitud y reconocimiento a todos y cada uno de los miembros de nuestras Fuerzas Armadas. Su trabajo es formidable, su solidaridad y bonhomía está fuera de toda duda. Tienen un mérito impresionante para continuar trabajando espíritu de servicio y patriotismo a pesar de la falta de medios con los que desempeñan su labor.
 Queridos compatriotas de la milicia, queridos fieles de esa "religión de hombres honrados": no os desaniméis. Los españoles apreciamos vuestro trabajo. No en vano, según los datos del CIS, sois una de las profesiones más valoradas por el pueblo español. Muy por encima de esos políticos que han tratado de haceros de menos y que son la profesión menos valorada de todas.
 Por los españoles de bien, que somos casi todos, seréis siempre bien recibidos y justamente admirados.
¡Vivan las Fuerzas Armadas! ¡Viva España!

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