General Dávila
Nada hay como el soldado español y mi única aspiración siempre ha sido estar a su altura
RECOPILACIÓN DE ARTÍCULOS PUBLICADOS EN EL BLOG SOBRE EL INDEPENDENTISMO CATALÁN (I)
ANTE LA AMENAZA INDEPENDENTISTA
A lo largo de la semana y hasta el próximo día 28 publicaremos todos los artículos que hasta ahora hemos escrito en nuestra lucha contra el despropósito de unos cuantos personajes que, sin representar otra cosa que la ilegalidad y el egoísmo, pretenden arrastrar, con engaños y delirios, al conjunto de los catalanes al independentismo y la ruptura con España. El pueblo español siempre ha sabido reaccionar cuando le han intentado cercar y ofender. Su sentido común y valor ante la grave situación que se plantea en Cataluña, romper con la unidad de España, hará que reaccione contra la ilegal y ruinosa propuesta de los que ya tenían que haber sido sometidos al imperio de la ley y que siguen amenazando al conjunto sin el más mínimo rubor ni temor. Nada ni nadie se les opone, ni la sensatez, ni la justicia. En un ejercicio de irresponsabilidad manifiesta, ninguno de los poderes del Estado se enfrenta firmemente a la situación de incertidumbre que se ha creado y que puede culminar en los próximos meses en la ruptura de la unidad de España. Olvidan su responsabilidad: Cumplir y hacer cumplir la ley. Es una historia muy larga, de muchos años de dejadez, negociando con la Nación, con los principios y la esencia de la historia, como moneda de cambio. Los hombres de Estado acompañados de los intelectuales se perdieron en este laberinto y juntos siguen gritando como entonces: ¡no era esto! ¡no era esto! Hemos llegado al final del reto; ya tiene fecha: domingo 27 de septiembre de 2015. Nosotros desde la humildad de este blog, y poniendo voz a otros que a ello nos animan, queremos con nuestra palabra contribuir a la sensatez y luchar por la unidad de España que por otro lado es algo que juramos besando nuestra Bandera, juramento que renovamos cada día y más cuando el horizonte de acontecimientos se nubla con la incertidumbre.
La publicación del resumen de artículos la haremos en dos entregas. La de hoy es la primera; el viernes publicaremos la segunda después de un nuevo artículo del Teniente General Emilio Pérez Alamán que les anunciamos para el próximo miércoles.
Recuerden nuestra propuesta sobre la Bandera y nuestro hashtag:
#27SEspañaIndivisible
LA UNIDAD DE ESPAÑA Y LAS FUERZAS ARMADAS (General de División Rafael Dávila Álvarez)
Hace unos días en una entrevista televisiva el periodista Alfonso Merlos me preguntaba si existía actualmente un serio problema con la unidad de España y su defensa. La respuesta no es para andar con paños calientes ni para hacer un ejercicio de hipocresía diplomática. Como en la televisión el tiempo es muy reducido y se te exige enorme brevedad, voy a intentar ampliar mi respuesta a tan interesante pregunta. Decir que la unidad de España actualmente está amenazada es tan evidente como leer las portadas de cualquier medio de información. También lo es decir que ir contra esa unidad es ir contra la Constitución, o sea que es ilegal. Respecto a la defensa de la unidad de España también está claro, para el que quiera hacerse eco de ello, que es una obligación asignada a las Fuerzas Armadas, también por la Constitución, por mucho que eso irrite, casi exclusivamente, a los que atentan contra esa unidad. Son esos mismos los que consideran una constante amenaza a las libertades la existencia del artículo 8 en la Constitución, cuando la única y preocupante amenaza contra la unidad de España son ellos. Quieren hacernos ver que España es una democracia vigilada en una interpretación mezquina y ofensiva para las Fuerzas Armadas. No, el artículo 8 no se hizo para espadones y su redacción nunca fue circunstancial ni motivada por amenazas del momento. Las Fuerzas Armadas cumplen las misiones que le encomienda el artículo 8, bajo la dirección del Gobierno. Su actuación el 23F del año 1981, bajo el mando supremo del Rey, y con un Gobierno secuestrado, además de ser decisiva, fue un ejemplo de ello y de su necesidad para restablecer de forma inequívoca, el orden constitucional.
Se anuncia un simposio en Cataluña con el provocativo título “España contra Cataluña…” y, sin más opinión que emitir sobre el mismo, sólo se puede decir que ya el título es ofensivo e insidioso. Lo es para todos los españoles y catalanes, tan ofensivo como si el título fuese Cataluña contra España, aunque algunos catalanes y españoles se empeñen en enzarzase. El ponente que abrirá el simposio, un historiador de cuyo nombre no me quiero acordar, ha declarado que la independencia solo se arregla con una guerra de independencia. Mira por donde ahora vemos donde están los espadones del siglo XXI. Ese es un lenguaje más propio de un antiguo espadón, de un salvador de patrias, que de un historiador. Si se pierden las formas y el fondo, los resultados son muy peligrosos. Las palabras lanzadas como un misil pueden doler y ser tan dañinas como las balas y los cañones. La amenaza con una guerra es más que suficiente para descalificar al que lo dice y a los que organizan el denominado simposio. Muy bien está el artículo 8 de la Constitución y repito, cada día comprobamos que no fue algo circunstancial. El orden jurídico-político que es el Estado, institucionaliza la fuerza para defenderse y asegurar su soberanía, independencia y su integridad territorial. Es sin duda la última ratio del Estado.
Nadie con sentido común y de Estado, duda que corresponda al Gobierno, previa autorización del Congreso de los Diputados, dirigir la política militar y la defensa según el art. 97 de la Constitución. Esto es, las Fuerzas Armadas cumplen las misiones que le encomienda el art. 8, incluida la de garantes de la Constitución, bajo la dirección del Gobierno.
No caben opiniones ni interpretaciones, ni tampoco alarmismos fuera de lugar. En las Fuerzas Armadas no se actúa con un individual criterio sino con el estricto cumplimiento de su misión. Su actuación es ejemplar y digna de ser copiada por otros, aquellos que ponen sus propios intereses o los de su partido por delante de España y de los españoles, por ejemplo. Algo de disciplina, honradez, sacrificio y amor a la Patria, España, son ingredientes muy necesarios cuando se asume una función pública. No todos lo hacen sino que amenazan con uno de los más graves incumplimientos constitucionales, la unidad de España y su integridad territorial.
Artículos hay de sobra en la ley de leyes para acabar con tanta insidia y hay que hacerlo porque lo que se está sembrando acabará dando una mala cosecha que recogerán generaciones venideras.
Parecían tiempos lejanos, aquellos en los que aradas las tierras, mochas las torres de soberbia, aquellos dos Reyes, los Católicos, El Rey y la Reina, vieron el horizonte de oportunidades de unas tierras tan duras como bellas. Y lo adivinaron en la unidad de reinos diferentes curtidos en las vertientes de distintos mares, en la unidad de España.
Aunque para ello tuvieran que mochar aquellas torres que se alzaban de soberbia y subyugaban al pueblo con sus engaños. Aunque tuvieran que crear y organizar un ejército con todas las fuerzas reales, señoriales o municipales y así acabar con las mesnadas señoriales y convertirlo en la República mejor y más política del mundo, el Ejército español.
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
EL EJÉRCITO CATALÁN (General de División Rafael Dávila Álvarez
DESDE EL TAMBOR DEL BRUC A LA LEGIÓN
Hace unos meses el Señor Artur Más financiaba unas jornadas sobre un futuro ejército catalán. Su ilegal propuesta independentista alejada de todo lo que significa solidaridad, respeto y rigor histórico se apoya en algo que nadie entiende. Ahora en un afilado y financiado simposio hablan de “España contra Cataluña” mientras suenan como un insulto términos como represión, genocidio cultural, odio, temor. No salimos de nuestro asombro. ¿De donde surge tanto rechazo y tanto odio?
No sentimos lo mismo hacia ellos aunque por mucho que prediquen son muy pocos los afiliados al odio y al rechazo.
Mientras se afanaban en el estudio sobre un hipotético ejército catalán, escribí lo que ahora les expongo. Sé que gustó mucho a algunos mientras a otros les sorprendió. Ahora es momento para recordarlo por si quieren exponerlo en el simposio “España contra Cataluña”.
LOS LEGIONARIOS CATALANES
Anda preocupado el Sr.Mas con esas cosas del independentismo y al calor de su provocadora campaña se han llevado a cabo en Barcelona unas “financiadas” jornadas para analizar la necesidad o no de un ejército catalán en una Cataluña independiente. Seguro que alguno de los participantes se ha ilustrado leyendo los inicios de la Legión española. “Y vino el alud de Barcelona, los doscientos catalanes, la primera esencia de la Legión… ¡Bienvenidos, catalanes legionarios, seréis la base sobre la que se construirá la Legión”!, son palabras de Millán-Astray al hablar de la incorporación de los primeros legionarios, los catalanes. Barcelona se llevó la palma de alistados, la flor y nata de la Legión, que nunca se arrugaron ante el fuego ni escondieron su española catalanidad. Así la capital bautizó una de sus calles con el nombre del que fue glorioso jefe de la Legión, Tinent Coronel Valenzuela, y todavía hoy otras se engalanan con nombres de soldados españoles como el de Comandant Benítez, Tinent Flomesta, Capita Arenas, laureados todos en la guerra del Rif; incluso hubo hasta no hace mucho una con el nombre del Teniente Coronel Primo de Rivera, jefe de los jinetes del Alcántara en Annual, a los que a pesar de los impedimentos de Carme Chacon se les acaba de conceder la Laureada de S.Fernando. Estos son los soldados que al Sr. Mas le recomendamos, los que Cataluña necesita y quiere, no busquen otros, son los herederos de Isidret Llucá el “Tambor del Bruch”. Por cierto, para demócratas de salón, entre los soldados, ninguno, ni uno solo, está tratando de instar públicamente a quebrar la disciplina y el ordenamiento legal. No hace falta señalar para saber quien o quienes son los que, faltos de disciplina moral, están quebrando de hecho el ordenamiento legal y no son los soldados. Como dice la inscripción del monumento a Isidret…“Pare señor Mas, no puede pasar de aquí”.
General Dávila(R)
MORIR POR MI BANDERA.VOLUNTARIOS CATALANES (General de División Rafael Dávila Álvarez)
No voy a narrarles una historia erudita de nuestra bandera; está al alcance de cualquiera y escrita por expertos vexilólogos o historiadores de renombre. Esta es otra historia, la de los sentimientos que los soldados han ido grabando en cada uno de sus pliegues, en cada tono cambiante de luces y sombras que muestran sus brillantes colores cuando el sol la ilumina y el viento la flamea.
Hasta hace poco la bandera fue un instrumento militar que se llevaba al combate, aunque su significado y utilidad pasó, desde los tiempos más remotos, de ser una simple referencia para el combate a tener un profundo sentido espiritual.
Morir y vivir por ella, verla inmortal y vencedora, enhiesta siempre aunque todos vayan cayendo, la convirtió en algo sagrado, el signo del sacrificio otorgado con un beso, el de sus soldados que han jurado defenderla incluso con la vida. Sus colores y atributos llevan la identidad de los individuos a los que representa. Son los sentimientos imprescindibles para el amor y respeto a nuestra historia que se plasman en la palabra soberanía. España cuenta con una larga y gloriosa historia que nos ha llevado a levantar nuestra bandera en cualquier rincón del mundo. Y bien lo saben los que quieren dividir atacando, antes que a otra cosa, a la bandera, usándola como símbolo de enfrentamiento y engañando a las futuras generaciones sobre sus orígenes e historia.
Son muchas las glorias y sufrimientos de nuestra bandera, que no hay honor sin sufrimiento. Transmitir estas sufridas glorias, contar su historia y transmitirla desde el amor y el respeto, hacen grande a una Nación. Una gran Nación, España, que nadie desde los rencores y falsos pronunciamientos conseguirá deshacer, desunirla o empequeñecerla, porque está unida bajo su bandera a través de siglos de historia y sangre por ella derramada. Así será pese a quien pese y pase lo que pase.
La bandera siempre fue el símbolo que representaba los sentimientos del soldado y era el abanderado un veterano de confianza que convertido en alférez daría su vida antes de rendir su enseña. Nunca la bandera se puso en manos de quien no hubiese acreditado el valor y el honor suficiente para llevarla. Enseña de guerra, señal para atacar o retirarse, signo distintivo que entre el humo de la batalla debería permanecer flameante y enhiesta como muestra de ir venciendo. Famoso fue el linaje de los Aldana y entre ellos Juan de Dios Aldana, alférez del rey de Portugal en la batalla de Toro. Portaba el estandarte en una mano mientras con la otra combatía con su espada. Perdida la mano de la espada siguió en primera línea flameando su bandera hasta que perdida la otra mano recogió la enseña con los sangrientos muñones de sus brazos manteniéndola en alto con su boca hasta caer acribillado a estocadas.
Nuestra historia está repleta de heroicos ejemplos de sacrificio y valor por nuestra bandera.
Cuando está a punto de comenzar el año 2014 en el que se conmemora el bicentenario del nacimiento de Antón Joan Pau María Prim y Prats, el General Prim, Conde de Reus, Marqués de los Castillejos y Vizconde del Bruch les expongo uno de esos relatos que él y sus tropas protagonizaron. Un catalán universal, un patriota comprometido con su española catalanidad, de amor profundo a su patria y las libertades de los españoles. En octubre de 1859 España estaba en guerra con Marruecos. Las fuerzas de reserva estaban mandadas por el general Prim. Se le encargó que con sus tropas abriese un nuevo camino al ejército para avanzar hasta Tetuán. Iba así a comenzar la conocida como Batalla de los Castillejos. Habían llegado al campamento los Voluntarios Catalanes, unos 500 hombres, vestidos al uso del país, con calzón y chaqueta de pana azul, barretina, botas amarillas, canana por cinturón, chaleco listado, pañuelo de colores anudado al cuello, manta a la bandolera, y fusil con bayoneta. Los mandaban D. Victoriano Sugrañes, un Comandante que a pesar de su juventud, ostentaba tres cruces de San Fernando, y con él algunos oficiales que habían hecho la guerra de Crimea. Prim, como su paisano, pidió que los agregasen a su cuerpo de ejército, y ellos solicitaron marchar en vanguardia en la batalla del día siguiente.
Prim, vestido como casi siempre, con ancho pantalón encarnado, levita azul, kepi de paño; con su sable curvo, montado en un caballo árabe, se presentó ante ellos y delante de miles de soldados les dirigió en catalán la siguiente arenga:
<< Catalanes: Acabáis de ingresar en un ejército bravo y aguerrido, en el ejército de África, cuyo renombre llena ya el universo. Vuestra fortuna es grande, pues habéis llegado a tiempo de combatir al lado de estos valientes. Mañana mismo marchareis con ellos sobre Tetuán.
Catalanes: Vuestra responsabilidad es inmensa; estos bravos que os rodean y que os han recibido con tanto entusiasmo, son los vencedores en veinte combates, han sufrido todo género de fatigas y privaciones; han luchado contra el hombre y contra los elementos; han hecho penosas marchas, con el agua hasta la cintura; han dormido meses eternos sobre el fango y bajo la lluvia: han arrostrado la tremenda plaga del cólera; y todo lo han sufrido sin murmurar, con soberano valor, con intachable disciplina. Así lo habéis de soportar vosotros. No basta ser valientes: es menester ser humildes, pacientes, subordinados. Es menester sufrir y obedecer sin murmurar. Es necesario que correspondáis con vuestras virtudes al amor que yo os profeso, y que os hagáis dignos con vuestra conducta de los honores con que os ha recibido este glorioso ejército, de los himnos que han entonado las músicas en vuestro loor, del general en jefe a cuyas órdenes vais a tener la honra de combatir; del bravo general O´Donnel, que ha resucitado a España y reverdecido los laureles patrios…
Pensad en la tierra que os ha equipado y os ha enviado a esta campaña; pensad en que aquí representáis el honor y gloria de Cataluña; pensad en que sois depositarios de la bandera de vuestro país…y que todos vuestros paisanos tiene los ojos fijos en vosotros para ver como dais cuenta de la misión que os han confiado. Uno solo de vosotros que sea cobarde, labrará la deshonra de Cataluña…
Y si así no lo hacéis; si alguno de vosotros olvidase sus sagrados deberes y diese un día de luto a la tierra en que nacimos, yo os lo juro por el sol que nos está alumbrando: ni uno solo de vosotros volvería vivo a Cataluña…>>
¡Adelante, catalanes! ¡Acordaos de lo que me habéis prometido! ¡Adelante!, les gritaba en catalán.
Los voluntarios catalanes se encaramaron por las murallas y penetraron por las troneras de los cañones, fieras más que hombres, vengando a sus hermanos asesinados en aquella laguna pantanosa y entre ellos a su intrépido comandante Sugrañes, muerto en los primeros momentos de empeñar la acción.
El General Prim, poco antes, había protagonizado una acción que le había otorgado fama y prestigio entre sus soldados. En el fragor de la batalla vio ondear el estandarte de España y lanzándose sobre la Bandera la coge entre sus manos y la tremola, como si quisiera identificarse con ella, dirigiéndose hacia el enemigo. Envuelto entre sus soldados les grita enfurecido: << ¡Soldados! Vosotros podéis abandonar a esas mochilas, porque son vuestras; pero no podéis abandonara esta bandera, porque es de la patria… ¿Permitiréis que el estandarte de España caiga en poder de los moros? ¿Dejareis morir solo a vuestro general? ¡Soldados! ¡Viva la Reina!>>
Cataluña podía mostrarse orgullosa de sus hijos, de sus Voluntarios Catalanes y de aquél intrépido General que siempre decía que el soldado que dormía una noche en su campamento, no le abandonaba nunca. Él, que siempre durmió en campamentos de intrigas, aprendió a saber el valor de la libertad y ya nunca la abandonó. Porque el soldado que duerme una noche junto a los horrores de la guerra nunca abandona la libertad. Eso le llevó a decir en sede parlamentaria: “No olvidéis la sangre derramada por vuestras disputas políticas”. Hoy sus palabras se pueden leer en Madrid escritas sobre bronce en el mismo lugar donde fue asesinado. Parecen un aviso pero son una gran herencia.
Un patriota que como catalán, hombre de Estado y de bien, amaba una España unida y fuerte bajo una única Bandera , la misma bajo la que lucharon sus “Voluntarios Catalanes” en la batalla de Castillejos, la bandera de España.
HISTORIA DE LA BANDERA DE ESPAÑA
http://www.ejercito.mde.es/unidades/Madrid/ihycm/Actividades/Ciclos-Divulgativos/vexi-historia-bandera.html
LEGISLACIÓN SOBRE LA BANDERA DE ESPAÑA
Sentencia del Tribunal Supremo del 24 de julio de 2007 aclara:
La bandera debe ondear diariamente con carácter de permanencia, no de coyuntura, no de excepcionalidad sino de generalidad y en todo momento.
EL ORIGEN DALTÓNICO DE LA BANDERA REPUBLICANA
http://www.abc.es/20120413/espana/abci-bandera-republicana-colores-201204122103.html
CAMINO DE LA REPÚBLICA DE ANTONETE (General Rafael Dávila Álvarez)
En febrero de 1873 dimitía Amadeo de Saboya acabando así con quince siglos de monarquía en España. En las Cortes, de mayoría monárquica, se votaba a favor de la República, la primera en España, con más advenedizos, oportunistas y resentidos personales, que republicanos. Aquella aventura empezó mal y de ello se dio cuenta su primer Presidente, el catalán Estanislao Figueras, que al ver el panorama definió la situación con una sola frase, “Estoy hasta los cojones de todos nosotros”, cogió un tren en Atocha y no se bajó hasta llegar a París.
Aquella República duró menos de un año envuelta en una locura federalista que rompió a España entre odios regionales y locales. Todos se saludaba al grito de ¡Salud y República!, y ninguno sabía lo que aquello del federalismo republicano significaba. Pero el afán de ser diferentes llevó a declararse repúblicas independientes a Cataluña, Málaga, Cádiz, Sevilla, Granada, enarbolándose en todos los lugares la bandera de la independencia y el enfrentamiento de todos contra todos. Un ejemplo de aquel progresismo, solidaridad social y talante democrático ocurrió en Cartagena durante aquellos días de auge federalista.
“A las seis mañana castillo Galeras ha enarbolado bandera turca” telegrafiaba el Capitán General del departamento marítimo de Cartagena al ver ondear allí la bandera roja que anunciaba la República Federal. Antonete Gálvez, no se lo tomen a broma, era un diputado federal huertano que declaró el “Cantón Murciano” en la ciudad naval militar de Cartagena. Fue el terror del Mediterráneo, bombardeó Alicante, se enfrentó a escuadras extranjeras y quiso invadir el resto de España. El cantonalismo fue uno de los episodios más bochornoso de nuestra historia y un riguroso ridículo internacional. Eran las consecuencias de una labor demagógica que proclamaba la llegada de una República federal, libertaria y redentora. Todo terminó once meses después, cuando Castelar dijo aquello de “Lo quemasteis en Cataluña” al reclamarle los diputados federales el proyecto de Constitución federal. Un pequeño piquete de soldados enviados por el General Pavía disolvió la asamblea. Pronto volvimos a las andadas y seguimos en ello. No tenía la República la culpa sino ese deporte nacional incomprensible e insolidario que consiste en repartirse España a trozos. Es tal la incultura y las mentiras en las que se basa el reparto que cualquier intento de independencia responde únicamente a los intereses de una secta. Ya sabemos lo que dijo Castelar en una definición tan acertada como la de Don Estanislao “Aquí en España todo el mundo prefiere su secta a su patria, todo el mundo…intolerantes todos, intransigentes todos”.
Pues eso, “Senyors, ja no agunto mes” “Estic fins als collons de tots nosaltres”
General de División (R)
BANDERA DE COMBATE, EL ALCALDE DE BARCELONA, LA ARMADA ESPAÑOLA Y LA VIOLENCIA (General de División Rafael Dávila Álvarez)
La “Bandera de Combate” es la Bandera Nacional, generalmente de grandes dimensiones, que largan a popa los buques en las acciones de guerra y grandes solemnidades. En la Armada existe la tradición de que la Bandera de su buque insignia sea entregada en Barcelona. En Barcelona se le entregó al portaaviones “Dédalo” en 1984 y posteriormente en 1989 al buque insignia “Príncipe de Asturias”.
En septiembre del pasado año se entregaba en Cádiz la Bandera de Combate al nuevo buque de proyección de la Armada española, el “Juan Carlos I” (L-61) que sustituye al “Príncipe de Asturias” como insignia de la Armada. La madrina, como siempre que se trata de este emblemático buque, fue SM. la Reina.
Romper la tradición de que fuese Barcelona la ciudad que acogiese la entrega de la Bandera, no fue voluntad de la Armada sino un rotundo rechazo del Alcalde de Barcelona que, incomprensiblemente y olvidando sus responsabilidades, se negó a que la mediterránea ciudad española tuviese el honor de protagonizar tan solemne acto.
La noticia de tal afrenta pasó desapercibida y tenemos la impresión –por lo que sabemos- de que se ocultó interesadamente para no echar más leña al fuego secesionista que con actos como este alimenta a su jauría.
Les puedo asegurar que en el tema se implicó la Casa del Rey y que después de largas y arduas negociaciones recibió el desprecio de tan desairada negativa.
Un desaire a la Casa Real, al Rey y a la Reina, a la Armada española y, lo peor de todo, a España, a los españoles y a los catalanes que no piensan como este alcalde. Este es el talante democrático de este “alcalde de monterilla” que actúa más bien como juez de palo. Pisó de valentía y ahora descubre su gallardía cuando se enfrenta a los violentos que vulnerando las normas democráticas practican la programada violencia. Este alcalde conoce muy bien lo que significa vulnerar, incluso con programa, las normas democráticas, es decir la Ley.
Claudica ante la violencia, ante las barricadas, ante los guerrilleros urbanos del terror incendiario. Pero se engalla ante España y su Bandera, ante el Rey y la Armada, ante los españoles. ¡Qué valiente alcalde!
No está de más recordar estos hechos ahora que se acerca el día de las Fuerzas Armadas. Recordarlo, cuando en Barcelona con este motivo se ha realizado una Jura de Bandera a la que se ha tenido que fijar un límite de personas ante el masivo número de peticionarios. Mi criterio es que todo el que quisiera debería haber Jurado ante la Bandera aunque se hubiese necesitado el día entero para ello. ¿Falta de espacio en el Cuartel del Bruch? Pues se hace en las Ramblas, ¿o eso es una provocación?
Al mediodía de un viernes, un Lord inglés preparaba en su despacho los palos de golf para practicar su deporte favorito durante el fin de semana. De repente irrumpió su secretario dando desesperados gritos, “milord, milord, su fábrica está ardiendo”. Sin ni siquiera dirigir la mirada a su asustado secretario el Lord dijo con voz casi imperceptible, “no sabe el disgusto que me voy a llevar el lunes”.
El cuento no deja de ser una alegoría para explicar la flema inglesa.
Lo que está ocurriendo en España es real y sufrido a diario por los de a pié y no me refiero a la crisis económica, que también.
España arde, sufre un incendio enorme que asola muchos de nuestros rincones más queridos y ante la voz de ¡Fuego!, huyen despavoridos los bomberos; el agua de las mangueras aviva el fuego; es pura gasolina. Se queman las cosechas en los campos y el fuego busca asolar la identidad de sus habitantes.
Mientras, el responsable de la fábrica juega con su escasa fortuna sobre un horizonte de campos yermos. La irresponsabilidad de unos y otros y la cobardía se mezclan en un peligroso combustible. Lo que está ocurriendo en España no es una anécdota; nosotros no podemos esperar al lunes.
General de División (R)
L´EXÉRCIT CATALÁ (General de División Rafael Dávila Álvarez)
Esto del ejército catalán surgió hace algo más de un año en un desconocido Centro de Estudios Estratégicos de Cataluña. La verdad es que aquella propuesta provocaba hilaridad y puede ser que estuviese copiada del rincón del vago o del algún juego de la guerra de estos que abundan en Internet.
Como el impertinente chistecito, me refiero a la propuesta, no tuvo la repercusión mediática que pretendían, ahora vuelven a la carga y esperan que tanto en la OTAN como en España sea el chascarrillo de turno. Pues ni eso. Ni Gila lo añadiría a su repertorio.
En aquellos momentos reconozco que caí en la trampa y me hice eco de tamaño disparate escribiendo lo que a continuación pueden ustedes leer. No se lo tomen muy en serio, pero no está de más recordar algunas cosas simplemente como aviso a navegantes. Es de desear que a los que debieran asumir responsabilidades por el cargo que la sociedad les otorga, la misma sociedad les exija las responsabilidades de su irresponsabilidad.
Lo que escribí hace algo más de un año sobre la propuesta del Centro de Estudios Estratégicos de Cataluña, se lo expongo de nuevo. Se repite la historia por la Asamblea Nacional Catalana ACN (?), que vienen a ser los mismos. No es necesario cambiar ni una coma de lo que entonces expuse. Tampoco merece más atención.
L´EXÉRCIT CATALÁ
El Centro de Estudios Estratégicos de Cataluña ha realizado un estudio, mediático y mal intencionado, sobre el hipotético ejército catalán que cubriría las necesidades de defensa de una Cataluña independiente. Su única finalidad, dentro de un plan perfectamente diseñado, es que se hable de él. Voy inocentemente a caer en su trampa porque creo que la política de oídos sordos, ante tanto disparate e incumplimiento legal, está dando resultados muy negativos para la cordura. Las bromas dejan de serlo cuando pasan a ser una ofensa o insulto, aunque sea a la inteligencia, y este es el caso de la propuesta. Sí, ofensa grave es pensar y escribir que una forma de nutrirse el hipotético ejército catalán sería a base de miembros del ejército español previo filtro para asegurar su lealtad. Ofensa para los que tenemos la lealtad comprometida, la vida incluida, con España, de la que Cataluña forma parte muy importante.
No hace falta extenderse mucho para entenderlo, basta con recordar el juramento o promesa a la Bandera:
“¡Soldados! ¿Juráis o prometéis por vuestra conciencia y honor cumplir fielmente vuestras obligaciones militares, guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, obedecer y respetar al Rey y a vuestros jefes, no abandonarlos nunca y, si preciso fuere, entregar vuestra vida en defensa de España?”
Podíamos seguir pero es suficiente recordar que conciencia y honor son la única lealtad que conocen nuestros soldados, sean de Vilanova í la Geltrú o de Sarria (provincia de Lugo), y está ya comprometida. España es todo el argumento que un soldado necesita.
Al Centro de Estudios Estratégicos de Cataluña, para mí hasta ahora desconocido, le deseo larga y eficaz andadura pero su propuesta del ejército catalán recuerda a aquello… “Saben aquell que diu…”.
General de División (R.)
SEÑOR MAS, NO NOS TOQUE LAS NEURONAS (General de División Rafael Dávila Álvarez)
Ya salió. Mucho han tardado. Llegó el momento del ¡manda huevos!, quins collons! Tarde o temprano había que recurrir al caballo de Espartero y sus atributos.
Amb dos boles!, el señor Mas va y dice que esto de la consulta por la independencia no es una batalla de testosterona sino de neuronas y que si la batalla es para ver quien los tiene más grandes, vuelven a estar perdidos. Así tenía él planteada la batalla, de cintura para abajo; por eso la ha perdido, por incivilizada y chusca. Ahora recurre a la estrategia de la inteligencia. Esto se pone interesante. Una vez abandonada la vía genital parece que hay diálogo y estamos próximos al entendimiento Se ve perdido y se viene a razones, las de las neuronas. ¡Qué alivio! Es el momento de, olvidados los argumentos puramente viscerales, recurrir a la inteligencia de la humildad dialogante. Ahí es donde queda derrotado incluso antes de entablar batalla. ¡Al fin!
Ahora pondrá en marcha su peligroso “Plan B” que consiste en unas elecciones convertidas en plebiscito independentista y que él, o sus compañeros de aventura, declaren unilateralmente la independencia. Peligroso, tan peligroso como la soberbia herida.
Llegados a este punto permítame don Arturo extraerle, de la hierática cara que se le ha quedado, una sonrisa; le contaré una historia que quizá conozca a través de sus viejos amigos.
Franco, ya sabe de quién le hablo, fue a pescar a una pequeña aldea gallega donde le recibió su alcalde. Mientras esperaban a que la niebla se disipase y el guarda pudiera adivinar donde se escondía el salmón, aquél valiente alcalde permanecía pegado a Franco. Solo esperaba un gesto, una frase del silencioso e inescrutable personaje. Al fin llegó su oportunidad. Franco habló
-¿Va todo bien por su pueblo alcalde? ¿Tienen sus vecinos alguna necesidad urgente?
El alcalde miró a su alrededor y sopesó el riesgo mientras meditaba como dar respuesta a su Excelencia.
Un tímido rayo de sol se abrió entre la niebla iluminando la cara de Franco que entrecerró los ojos ante la luz repentina. Era el momento del alcalde…
-Pues mire Excelencia, por aquí, ya sabe…todo va bien, pero…pero necesitamos una prostituta nueva.
Se disipó la niebla y un salmón huyó despavorido al verse descubierto; como él, lo hicieron los más cercanos colaboradores de Franco.
-La que tenemos está ya muy mayor y no nos sirve para nada…hasta los niños se ríen de ella, insistió el alcalde.
El silencio se convirtió en temor. Se desvanecieron los ánimos de aquellos que apostaban por una jornada relajada en la que el buen humor del Caudillo trajese dádivas y alegrías. Todos desaparecieron repentinamente.
El alcalde se quedó aliviado y se retiró cabizbajo; lo peor había pasado. Ahora quedaba esperar a que el salmón volviese y mordiera el señuelo.
En la incertidumbre de la orilla del río quedaron solos Franco y el viejo y astuto guarda que parecía estar en los secretos más allá del río. Este, entre lance y lance, lanzó el suyo.
-Excelencia, perdone al alcalde…siempre le decimos que es muy burro y que no hable tanto…que un día va a tener un disgusto. Anda mal en su forma de hablar y lo que le pedía a Su Excelencia era una sustituta para la profesora de la escuela, que además de mayor no tiene buena salud. Claro, ya sabe Su Excelencia, entre sustituta y prostituta…pues se ha liado.
El salmón ya estaba sobre la pista. Todo fue coser y cantar y hubo regocijo general cuando vieron a SE. sacar del río aquella espectacular pieza.
Había pasado un año cuando se repetía escena y protagonistas. Junto al río y entre los ajetreos de los inicios Franco con voz tenue y mirando al lecho del río susurró
-Alcalde, ¿llegó la nueva prostituta?
Nadie escuchó la confesión del alcalde excepto el viejo guarda.
– Excelencia, me debe perdonar…Yo sabía lo que le decía pero…Si le pido la sustituta SE. se olvida y en cambio ahora tenemos una nueva y querida maestra.
La respuesta de Franco no se hizo esperar
-¿Alcalde, quiere usted ser Gobernador Civil de Lugo?
Pues bien, don Arturo, a usted le hemos entendido a la primera a pesar de los parónimos. No es necesario que recurra a la confusión. Si usted, con sus machistas y groseros planteamientos de testosterona o neuronas, nos la quiere colar, se equivoca. La testosterona no nos interesa y ante las neuronas tiene usted la batalla perdida. Aquellos tiempos del alcalde y la conversación con el poder ya son historia, alguna hasta divertida. Ahora los salmones se pescan con argumentos, los de las leyes. A usted se le da bien pescar en río revuelto pero no está solo y el guarda de su río sabrá cumplir la ley aunque se adiestre en cursos de asalto y guerrilla. ¿Para pescar salmones? Sólo cuando lo permita la ley. Al final, en cuanto desaparece la densa niebla, todo queda al descubierto.
No nos toque las neuronas.
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
¿ESPAÑOLES? ¡SÍ! ¡MÁS QUE VOSOTROS! ¡VIVA ESPAÑA! (General de División Rafael Dávila Álvarez)
(publicado el 28-09-2014)
Que la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, no quieren reconocerlo los que creen que la soberanía nacional está en ellos y no en el pueblo español.
Para satisfacer el parcial punto de vista de los nacionalismos vasco y catalán se crearon aquellos polvos autonómicos y, bajo la presión del sangriento chantaje etarra, entre otros, desembocamos en los lodos del independentismo que rompe cualquier puente que pudiese unir a todos los españoles alrededor de la libertad y la solidaridad
Estamos ante una grave irresponsabilidad que no respeta la voluntad del pueblo español y que menosprecia las tradiciones y sentimientos de una existencia colectiva. Es el liderazgo que pretenden asumir los irresponsables históricos que, como espadones de nuevo cuño, dan un golpe de Estado institucional atribuyéndose una representación autoritaria y excluyente.
El Tribunal Constitucional ha dictaminado que no conoce otra nación que la Nación española y que de los derechos históricos no puede derivarse un derecho al autogobierno ni a ninguna forma de organización ajena a la Constitución. De nada sirve cuando los que más deberían respetar la ley y la justicia se declaran al margen de ella. Hay que hacerles frente, porque cuando la negociación se convierte en un mercadillo de rufianes anclados en la ilegalidad y el único posible acuerdo es la rendición a sus caprichos, el diálogo se hace inútil; es el momento de aplicar la ley.
Habló el Tribunal Constitucional y habrá que volver a esperar su dictamen, pero la Constitución, además de ser clara, dispone de los artículos apropiados al caso. Los mecanismos para exigir su cumplimiento son conocidos, a todos aplicables y no sólo a los ciudadanos de a pie. Si realmente la soberanía reside en el pueblo español, debemos exigir que se cumpla el hecho incuestionable de la indisoluble unidad de la Nación española. Esto ya no es una cuestión de partidos sino de partir España. Hay momentos en que el diálogo infructuoso y ladino debe dar paso a ejercitar la responsabilidad que a un gobierno le corresponde por dura que esta sea.
No es admisible una negociación que pretende enarbolar los sentimientos del pueblo en nombre de la patria como excusa para esconder las individuales miserias y corruptos comportamientos. Impúdica negociación de intereses privados, de los que van saliendo a la luz los que no conocíamos por inconfensables.
“Porque en este Viva España caben todos los que quieren a España de verdad. Los únicos que no caben son los que no quieren caber, los enemigos de la España verdadera.
¿Españoles? ¡Sí! ¡Más que vosotros!”
Eran palabras del gran poeta catalán Joan Maragall en un artículo publicado en 1907 cuyo título era, Visca Espanya! ; lo publicaba después de exigir a los nacionalistas- que no escuchan- que dirigiesen sus esfuerzos no hacia egoístas fines estrechamente catalanes, sino hacia la regeneración de la totalidad de España.Un hombre, Joan Maragall que “a fuerza de catalán era honda, íntima, entrañablemente español…”, que de él dijo Unamuno.
Cumplimiento estricto de la ley, una exigencia que lo único que pretende es que unos cuantos no rompan esta España de todos. Casi nada.
Así que de negociación, nada, y que sigan chachareando tantos patrioteros.
Visca Espanya! y ¡Viva el orden y la ley!
General de División (R.)
PUES NADA. ARMA PRESENTADA E HIMNO NACIONAL (General de División Rafael Dávila Álvarez)
La gravedad de lo ocurrido el 9N no es lo ocurrido sino lo que no ha ocurrido y debería haber ocurrido. Es decir, no se ha hecho lo que debería haberse hecho antes de que se hiciese lo que se ha hecho, impidiendo así que se hiciese lo que se ha hecho.
¡¿Pero qué se ha hecho?! ¿Ha pasado algo? ¡Ah!, ¿lo del referéndum? ¡¿Es que había que haber hecho algo?! ¡No, por Dios, si era un simulacro!, simplemente unas maniobras con disparos de fogueo y un enemigo simulado con siluetas de madera; algo inútil y estéril. ¿Para qué hacer algo si no ha pasado nada? Simplemente han gastado la pólvora en salvas; además era pólvora del rey.
Todo está atado y bien atado. Como se anunció, se ha cumplido la palabra y se ha cumplido la ley: “Mientras yo sea Presidente del Gobierno no se celebrará ese referéndum que algunos pretenden, ni se fragmentará España”… “porque violaría la ley quien lo convoca y quien lo permitiera”. Es el ejemplo claro del valor de la palabra y del valor de la ley. Todo un ejemplo a seguir.
“Cuánto es más eficaz mandar con el ejemplo que con mandato; más quiere llevar el soldado los ojos en las espaldas de su capitán, que tener los ojos del capitán a sus espaldas. Lo que se manda, se oye. Lo que se ve se imita. Quién ordena lo que no hace, deshace lo que ordena”.
No hay que hacer nada; simplemente mirad lo que yo hago e imitad ese comportamiento. Porque, ya se sabe, cuando no ordenas, nadie hace lo que tiene que hacer sino que hace lo que le place, con lo que todo se deshace. Incluso España puede deshacerse simplemente por no hacer nada.
Nada, es la dejación en el cumplimiento del deber. Nada, es el diálogo desde la debilidad. Nada, son las ocurrencias, poco serias y creíbles, de la oposición interesada. Nada, es dejar pasar el tiempo y mirar para otro lado. Nada, es gobernar sin asumir tu responsabilidad de acción u omisión, limitándote a acudir al Tribunal Constitucional o a los juzgados. Nada, es actuar como si nada, es no ser, y no servir para nada.
Sigamos sin hacer nada y nos quedaremos sin nada. Porque nada, es olvidarse de garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional. Nada es no defender la indisoluble unidad de la Nación española.
Terminado el 9N y visto lo visto, al que todavía sigue siendo Presidente de la Generalidad de Cataluña, le ha faltado, para no quedarse en nada, visitar oficialmente la antigua Capitanía General de Barcelona, actualmente Inspección General del Ejército, y recibir los honores de ordenanza que por Real Decreto le corresponden:
“Arma presentada e himno nacional en versión breve”.
Dichos honores, que corresponden al todavía Presidente de la Generalidad Catalana, se dan en representación de la Nación (la española, la única que contempla la Constitución, y que se llama España, patria común e indivisible de todos los españoles) y en nombre de los poderes del Estado. Allí estarán las Fuerzas Armadas que son las que rinden los honores militares como homenaje y manifestación de respeto. Con todo respeto, Señor Mas.
¡Qué paradojas! A ver quién le moja ahora la pólvora al Señor Mas. La de las salvas y la otra.
Dicen que lo del 9N han sido unas simples maniobras. Veremos lo que después viene.
“Oh, desdichada España, revuelto he mil veces en la memoria tus antigüedades y anales, y no he hallado por qué causas seas digna de tan porfiada persecución”.
General de División (R)
ALGO SOBRE ESPAÑA (General de División de Infantería de Marina Juan Chicharro Ortega)
ALGUNAS IDEAS RESPECTO AL SEPARATISMO ( II ) (General de División Juan Chicharro Ortega)
A lo largo de la semana y hasta el próximo día 28 publicaremos todos los artículos que hasta ahora hemos escrito en nuestra lucha contra el despropósito de unos cuantos personajes que, sin representar otra cosa que la ilegalidad y el egoísmo, pretenden arrastrar, con engaños y delirios, al conjunto de los catalanes al independentismo y la ruptura con España. El pueblo español siempre ha sabido reaccionar cuando le han intentado cercar y ofender. Su sentido común y valor ante la grave situación que se plantea en Cataluña, romper con la unidad de España, hará que reaccione contra la ilegal y ruinosa propuesta de los que ya tenían que haber sido sometidos al imperio de la ley y que siguen amenazando al conjunto sin el más mínimo rubor ni temor. Nada ni nadie se les opone, ni la sensatez, ni la justicia. En un ejercicio de irresponsabilidad manifiesta, ninguno de los poderes del Estado se enfrenta firmemente a la situación de incertidumbre que se ha creado y que puede culminar en los próximos meses en la ruptura de la unidad de España. Olvidan su responsabilidad: Cumplir y hacer cumplir la ley. Es una historia muy larga, de muchos años de dejadez, negociando con la Nación, con los principios y la esencia de la historia, como moneda de cambio. Los hombres de Estado acompañados de los intelectuales se perdieron en este laberinto y juntos siguen gritando como entonces: ¡no era esto! ¡no era esto! Hemos llegado al final del reto; ya tiene fecha: domingo 27 de septiembre de 2015. Nosotros desde la humildad de este blog, y poniendo voz a otros que a ello nos animan, queremos con nuestra palabra contribuir a la sensatez y luchar por la unidad de España que por otro lado es algo que juramos besando nuestra Bandera, juramento que renovamos cada día y más cuando el horizonte de acontecimientos se nubla con la incertidumbre.
La publicación del resumen de artículos la haremos en dos entregas. La de hoy es la primera; el viernes publicaremos la segunda después de un nuevo artículo del Teniente General Emilio Pérez Alamán que les anunciamos para el próximo miércoles.
Recuerden nuestra propuesta sobre la Bandera y nuestro hashtag:
#27SEspañaIndivisible
LA UNIDAD DE ESPAÑA Y LAS FUERZAS ARMADAS (General de División Rafael Dávila Álvarez)
Hace unos días en una entrevista televisiva el periodista Alfonso Merlos me preguntaba si existía actualmente un serio problema con la unidad de España y su defensa. La respuesta no es para andar con paños calientes ni para hacer un ejercicio de hipocresía diplomática. Como en la televisión el tiempo es muy reducido y se te exige enorme brevedad, voy a intentar ampliar mi respuesta a tan interesante pregunta. Decir que la unidad de España actualmente está amenazada es tan evidente como leer las portadas de cualquier medio de información. También lo es decir que ir contra esa unidad es ir contra la Constitución, o sea que es ilegal. Respecto a la defensa de la unidad de España también está claro, para el que quiera hacerse eco de ello, que es una obligación asignada a las Fuerzas Armadas, también por la Constitución, por mucho que eso irrite, casi exclusivamente, a los que atentan contra esa unidad. Son esos mismos los que consideran una constante amenaza a las libertades la existencia del artículo 8 en la Constitución, cuando la única y preocupante amenaza contra la unidad de España son ellos. Quieren hacernos ver que España es una democracia vigilada en una interpretación mezquina y ofensiva para las Fuerzas Armadas. No, el artículo 8 no se hizo para espadones y su redacción nunca fue circunstancial ni motivada por amenazas del momento. Las Fuerzas Armadas cumplen las misiones que le encomienda el artículo 8, bajo la dirección del Gobierno. Su actuación el 23F del año 1981, bajo el mando supremo del Rey, y con un Gobierno secuestrado, además de ser decisiva, fue un ejemplo de ello y de su necesidad para restablecer de forma inequívoca, el orden constitucional.
Se anuncia un simposio en Cataluña con el provocativo título “España contra Cataluña…” y, sin más opinión que emitir sobre el mismo, sólo se puede decir que ya el título es ofensivo e insidioso. Lo es para todos los españoles y catalanes, tan ofensivo como si el título fuese Cataluña contra España, aunque algunos catalanes y españoles se empeñen en enzarzase. El ponente que abrirá el simposio, un historiador de cuyo nombre no me quiero acordar, ha declarado que la independencia solo se arregla con una guerra de independencia. Mira por donde ahora vemos donde están los espadones del siglo XXI. Ese es un lenguaje más propio de un antiguo espadón, de un salvador de patrias, que de un historiador. Si se pierden las formas y el fondo, los resultados son muy peligrosos. Las palabras lanzadas como un misil pueden doler y ser tan dañinas como las balas y los cañones. La amenaza con una guerra es más que suficiente para descalificar al que lo dice y a los que organizan el denominado simposio. Muy bien está el artículo 8 de la Constitución y repito, cada día comprobamos que no fue algo circunstancial. El orden jurídico-político que es el Estado, institucionaliza la fuerza para defenderse y asegurar su soberanía, independencia y su integridad territorial. Es sin duda la última ratio del Estado.
Nadie con sentido común y de Estado, duda que corresponda al Gobierno, previa autorización del Congreso de los Diputados, dirigir la política militar y la defensa según el art. 97 de la Constitución. Esto es, las Fuerzas Armadas cumplen las misiones que le encomienda el art. 8, incluida la de garantes de la Constitución, bajo la dirección del Gobierno.
No caben opiniones ni interpretaciones, ni tampoco alarmismos fuera de lugar. En las Fuerzas Armadas no se actúa con un individual criterio sino con el estricto cumplimiento de su misión. Su actuación es ejemplar y digna de ser copiada por otros, aquellos que ponen sus propios intereses o los de su partido por delante de España y de los españoles, por ejemplo. Algo de disciplina, honradez, sacrificio y amor a la Patria, España, son ingredientes muy necesarios cuando se asume una función pública. No todos lo hacen sino que amenazan con uno de los más graves incumplimientos constitucionales, la unidad de España y su integridad territorial.
Artículos hay de sobra en la ley de leyes para acabar con tanta insidia y hay que hacerlo porque lo que se está sembrando acabará dando una mala cosecha que recogerán generaciones venideras.
Parecían tiempos lejanos, aquellos en los que aradas las tierras, mochas las torres de soberbia, aquellos dos Reyes, los Católicos, El Rey y la Reina, vieron el horizonte de oportunidades de unas tierras tan duras como bellas. Y lo adivinaron en la unidad de reinos diferentes curtidos en las vertientes de distintos mares, en la unidad de España.
Aunque para ello tuvieran que mochar aquellas torres que se alzaban de soberbia y subyugaban al pueblo con sus engaños. Aunque tuvieran que crear y organizar un ejército con todas las fuerzas reales, señoriales o municipales y así acabar con las mesnadas señoriales y convertirlo en la República mejor y más política del mundo, el Ejército español.
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
EL EJÉRCITO CATALÁN (General de División Rafael Dávila Álvarez
DESDE EL TAMBOR DEL BRUC A LA LEGIÓN
Hace unos meses el Señor Artur Más financiaba unas jornadas sobre un futuro ejército catalán. Su ilegal propuesta independentista alejada de todo lo que significa solidaridad, respeto y rigor histórico se apoya en algo que nadie entiende. Ahora en un afilado y financiado simposio hablan de “España contra Cataluña” mientras suenan como un insulto términos como represión, genocidio cultural, odio, temor. No salimos de nuestro asombro. ¿De donde surge tanto rechazo y tanto odio?
No sentimos lo mismo hacia ellos aunque por mucho que prediquen son muy pocos los afiliados al odio y al rechazo.
Mientras se afanaban en el estudio sobre un hipotético ejército catalán, escribí lo que ahora les expongo. Sé que gustó mucho a algunos mientras a otros les sorprendió. Ahora es momento para recordarlo por si quieren exponerlo en el simposio “España contra Cataluña”.
LOS LEGIONARIOS CATALANES
Anda preocupado el Sr.Mas con esas cosas del independentismo y al calor de su provocadora campaña se han llevado a cabo en Barcelona unas “financiadas” jornadas para analizar la necesidad o no de un ejército catalán en una Cataluña independiente. Seguro que alguno de los participantes se ha ilustrado leyendo los inicios de la Legión española. “Y vino el alud de Barcelona, los doscientos catalanes, la primera esencia de la Legión… ¡Bienvenidos, catalanes legionarios, seréis la base sobre la que se construirá la Legión”!, son palabras de Millán-Astray al hablar de la incorporación de los primeros legionarios, los catalanes. Barcelona se llevó la palma de alistados, la flor y nata de la Legión, que nunca se arrugaron ante el fuego ni escondieron su española catalanidad. Así la capital bautizó una de sus calles con el nombre del que fue glorioso jefe de la Legión, Tinent Coronel Valenzuela, y todavía hoy otras se engalanan con nombres de soldados españoles como el de Comandant Benítez, Tinent Flomesta, Capita Arenas, laureados todos en la guerra del Rif; incluso hubo hasta no hace mucho una con el nombre del Teniente Coronel Primo de Rivera, jefe de los jinetes del Alcántara en Annual, a los que a pesar de los impedimentos de Carme Chacon se les acaba de conceder la Laureada de S.Fernando. Estos son los soldados que al Sr. Mas le recomendamos, los que Cataluña necesita y quiere, no busquen otros, son los herederos de Isidret Llucá el “Tambor del Bruch”. Por cierto, para demócratas de salón, entre los soldados, ninguno, ni uno solo, está tratando de instar públicamente a quebrar la disciplina y el ordenamiento legal. No hace falta señalar para saber quien o quienes son los que, faltos de disciplina moral, están quebrando de hecho el ordenamiento legal y no son los soldados. Como dice la inscripción del monumento a Isidret…“Pare señor Mas, no puede pasar de aquí”.
General Dávila(R)
MORIR POR MI BANDERA.VOLUNTARIOS CATALANES (General de División Rafael Dávila Álvarez)
No voy a narrarles una historia erudita de nuestra bandera; está al alcance de cualquiera y escrita por expertos vexilólogos o historiadores de renombre. Esta es otra historia, la de los sentimientos que los soldados han ido grabando en cada uno de sus pliegues, en cada tono cambiante de luces y sombras que muestran sus brillantes colores cuando el sol la ilumina y el viento la flamea.
Hasta hace poco la bandera fue un instrumento militar que se llevaba al combate, aunque su significado y utilidad pasó, desde los tiempos más remotos, de ser una simple referencia para el combate a tener un profundo sentido espiritual.
Morir y vivir por ella, verla inmortal y vencedora, enhiesta siempre aunque todos vayan cayendo, la convirtió en algo sagrado, el signo del sacrificio otorgado con un beso, el de sus soldados que han jurado defenderla incluso con la vida. Sus colores y atributos llevan la identidad de los individuos a los que representa. Son los sentimientos imprescindibles para el amor y respeto a nuestra historia que se plasman en la palabra soberanía. España cuenta con una larga y gloriosa historia que nos ha llevado a levantar nuestra bandera en cualquier rincón del mundo. Y bien lo saben los que quieren dividir atacando, antes que a otra cosa, a la bandera, usándola como símbolo de enfrentamiento y engañando a las futuras generaciones sobre sus orígenes e historia.
Son muchas las glorias y sufrimientos de nuestra bandera, que no hay honor sin sufrimiento. Transmitir estas sufridas glorias, contar su historia y transmitirla desde el amor y el respeto, hacen grande a una Nación. Una gran Nación, España, que nadie desde los rencores y falsos pronunciamientos conseguirá deshacer, desunirla o empequeñecerla, porque está unida bajo su bandera a través de siglos de historia y sangre por ella derramada. Así será pese a quien pese y pase lo que pase.
La bandera siempre fue el símbolo que representaba los sentimientos del soldado y era el abanderado un veterano de confianza que convertido en alférez daría su vida antes de rendir su enseña. Nunca la bandera se puso en manos de quien no hubiese acreditado el valor y el honor suficiente para llevarla. Enseña de guerra, señal para atacar o retirarse, signo distintivo que entre el humo de la batalla debería permanecer flameante y enhiesta como muestra de ir venciendo. Famoso fue el linaje de los Aldana y entre ellos Juan de Dios Aldana, alférez del rey de Portugal en la batalla de Toro. Portaba el estandarte en una mano mientras con la otra combatía con su espada. Perdida la mano de la espada siguió en primera línea flameando su bandera hasta que perdida la otra mano recogió la enseña con los sangrientos muñones de sus brazos manteniéndola en alto con su boca hasta caer acribillado a estocadas.
Nuestra historia está repleta de heroicos ejemplos de sacrificio y valor por nuestra bandera.
Cuando está a punto de comenzar el año 2014 en el que se conmemora el bicentenario del nacimiento de Antón Joan Pau María Prim y Prats, el General Prim, Conde de Reus, Marqués de los Castillejos y Vizconde del Bruch les expongo uno de esos relatos que él y sus tropas protagonizaron. Un catalán universal, un patriota comprometido con su española catalanidad, de amor profundo a su patria y las libertades de los españoles. En octubre de 1859 España estaba en guerra con Marruecos. Las fuerzas de reserva estaban mandadas por el general Prim. Se le encargó que con sus tropas abriese un nuevo camino al ejército para avanzar hasta Tetuán. Iba así a comenzar la conocida como Batalla de los Castillejos. Habían llegado al campamento los Voluntarios Catalanes, unos 500 hombres, vestidos al uso del país, con calzón y chaqueta de pana azul, barretina, botas amarillas, canana por cinturón, chaleco listado, pañuelo de colores anudado al cuello, manta a la bandolera, y fusil con bayoneta. Los mandaban D. Victoriano Sugrañes, un Comandante que a pesar de su juventud, ostentaba tres cruces de San Fernando, y con él algunos oficiales que habían hecho la guerra de Crimea. Prim, como su paisano, pidió que los agregasen a su cuerpo de ejército, y ellos solicitaron marchar en vanguardia en la batalla del día siguiente.
Prim, vestido como casi siempre, con ancho pantalón encarnado, levita azul, kepi de paño; con su sable curvo, montado en un caballo árabe, se presentó ante ellos y delante de miles de soldados les dirigió en catalán la siguiente arenga:
<< Catalanes: Acabáis de ingresar en un ejército bravo y aguerrido, en el ejército de África, cuyo renombre llena ya el universo. Vuestra fortuna es grande, pues habéis llegado a tiempo de combatir al lado de estos valientes. Mañana mismo marchareis con ellos sobre Tetuán.
Catalanes: Vuestra responsabilidad es inmensa; estos bravos que os rodean y que os han recibido con tanto entusiasmo, son los vencedores en veinte combates, han sufrido todo género de fatigas y privaciones; han luchado contra el hombre y contra los elementos; han hecho penosas marchas, con el agua hasta la cintura; han dormido meses eternos sobre el fango y bajo la lluvia: han arrostrado la tremenda plaga del cólera; y todo lo han sufrido sin murmurar, con soberano valor, con intachable disciplina. Así lo habéis de soportar vosotros. No basta ser valientes: es menester ser humildes, pacientes, subordinados. Es menester sufrir y obedecer sin murmurar. Es necesario que correspondáis con vuestras virtudes al amor que yo os profeso, y que os hagáis dignos con vuestra conducta de los honores con que os ha recibido este glorioso ejército, de los himnos que han entonado las músicas en vuestro loor, del general en jefe a cuyas órdenes vais a tener la honra de combatir; del bravo general O´Donnel, que ha resucitado a España y reverdecido los laureles patrios…
Pensad en la tierra que os ha equipado y os ha enviado a esta campaña; pensad en que aquí representáis el honor y gloria de Cataluña; pensad en que sois depositarios de la bandera de vuestro país…y que todos vuestros paisanos tiene los ojos fijos en vosotros para ver como dais cuenta de la misión que os han confiado. Uno solo de vosotros que sea cobarde, labrará la deshonra de Cataluña…
Y si así no lo hacéis; si alguno de vosotros olvidase sus sagrados deberes y diese un día de luto a la tierra en que nacimos, yo os lo juro por el sol que nos está alumbrando: ni uno solo de vosotros volvería vivo a Cataluña…>>
¡Adelante, catalanes! ¡Acordaos de lo que me habéis prometido! ¡Adelante!, les gritaba en catalán.
Los voluntarios catalanes se encaramaron por las murallas y penetraron por las troneras de los cañones, fieras más que hombres, vengando a sus hermanos asesinados en aquella laguna pantanosa y entre ellos a su intrépido comandante Sugrañes, muerto en los primeros momentos de empeñar la acción.
El General Prim, poco antes, había protagonizado una acción que le había otorgado fama y prestigio entre sus soldados. En el fragor de la batalla vio ondear el estandarte de España y lanzándose sobre la Bandera la coge entre sus manos y la tremola, como si quisiera identificarse con ella, dirigiéndose hacia el enemigo. Envuelto entre sus soldados les grita enfurecido: << ¡Soldados! Vosotros podéis abandonar a esas mochilas, porque son vuestras; pero no podéis abandonara esta bandera, porque es de la patria… ¿Permitiréis que el estandarte de España caiga en poder de los moros? ¿Dejareis morir solo a vuestro general? ¡Soldados! ¡Viva la Reina!>>
Cataluña podía mostrarse orgullosa de sus hijos, de sus Voluntarios Catalanes y de aquél intrépido General que siempre decía que el soldado que dormía una noche en su campamento, no le abandonaba nunca. Él, que siempre durmió en campamentos de intrigas, aprendió a saber el valor de la libertad y ya nunca la abandonó. Porque el soldado que duerme una noche junto a los horrores de la guerra nunca abandona la libertad. Eso le llevó a decir en sede parlamentaria: “No olvidéis la sangre derramada por vuestras disputas políticas”. Hoy sus palabras se pueden leer en Madrid escritas sobre bronce en el mismo lugar donde fue asesinado. Parecen un aviso pero son una gran herencia.
Un patriota que como catalán, hombre de Estado y de bien, amaba una España unida y fuerte bajo una única Bandera , la misma bajo la que lucharon sus “Voluntarios Catalanes” en la batalla de Castillejos, la bandera de España.
HISTORIA DE LA BANDERA DE ESPAÑA
http://www.ejercito.mde.es/unidades/Madrid/ihycm/Actividades/Ciclos-Divulgativos/vexi-historia-bandera.html
LEGISLACIÓN SOBRE LA BANDERA DE ESPAÑA
- Ley 39/1981, de 28 de octubre, por la que se regula el uso de la bandera de España y el de otras banderas y enseñas (BOE núm. 271, de 12 de noviembre)
- Real Decreto 441/1981, de 27 de febrero, por el que se especifican técnicamente los colores de la Bandera de España (BOE núm. 64, de 16 de marzo)
- Real Decreto 1511/1977, de 21 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de Banderas y Estandartes, Guiones, Insignias y Distintivos (BOE núm. 156, de 1 de julio de 1977)
Sentencia del Tribunal Supremo del 24 de julio de 2007 aclara:
La bandera debe ondear diariamente con carácter de permanencia, no de coyuntura, no de excepcionalidad sino de generalidad y en todo momento.
EL ORIGEN DALTÓNICO DE LA BANDERA REPUBLICANA
http://www.abc.es/20120413/espana/abci-bandera-republicana-colores-201204122103.html
CAMINO DE LA REPÚBLICA DE ANTONETE (General Rafael Dávila Álvarez)
En febrero de 1873 dimitía Amadeo de Saboya acabando así con quince siglos de monarquía en España. En las Cortes, de mayoría monárquica, se votaba a favor de la República, la primera en España, con más advenedizos, oportunistas y resentidos personales, que republicanos. Aquella aventura empezó mal y de ello se dio cuenta su primer Presidente, el catalán Estanislao Figueras, que al ver el panorama definió la situación con una sola frase, “Estoy hasta los cojones de todos nosotros”, cogió un tren en Atocha y no se bajó hasta llegar a París.
Aquella República duró menos de un año envuelta en una locura federalista que rompió a España entre odios regionales y locales. Todos se saludaba al grito de ¡Salud y República!, y ninguno sabía lo que aquello del federalismo republicano significaba. Pero el afán de ser diferentes llevó a declararse repúblicas independientes a Cataluña, Málaga, Cádiz, Sevilla, Granada, enarbolándose en todos los lugares la bandera de la independencia y el enfrentamiento de todos contra todos. Un ejemplo de aquel progresismo, solidaridad social y talante democrático ocurrió en Cartagena durante aquellos días de auge federalista.
“A las seis mañana castillo Galeras ha enarbolado bandera turca” telegrafiaba el Capitán General del departamento marítimo de Cartagena al ver ondear allí la bandera roja que anunciaba la República Federal. Antonete Gálvez, no se lo tomen a broma, era un diputado federal huertano que declaró el “Cantón Murciano” en la ciudad naval militar de Cartagena. Fue el terror del Mediterráneo, bombardeó Alicante, se enfrentó a escuadras extranjeras y quiso invadir el resto de España. El cantonalismo fue uno de los episodios más bochornoso de nuestra historia y un riguroso ridículo internacional. Eran las consecuencias de una labor demagógica que proclamaba la llegada de una República federal, libertaria y redentora. Todo terminó once meses después, cuando Castelar dijo aquello de “Lo quemasteis en Cataluña” al reclamarle los diputados federales el proyecto de Constitución federal. Un pequeño piquete de soldados enviados por el General Pavía disolvió la asamblea. Pronto volvimos a las andadas y seguimos en ello. No tenía la República la culpa sino ese deporte nacional incomprensible e insolidario que consiste en repartirse España a trozos. Es tal la incultura y las mentiras en las que se basa el reparto que cualquier intento de independencia responde únicamente a los intereses de una secta. Ya sabemos lo que dijo Castelar en una definición tan acertada como la de Don Estanislao “Aquí en España todo el mundo prefiere su secta a su patria, todo el mundo…intolerantes todos, intransigentes todos”.
Pues eso, “Senyors, ja no agunto mes” “Estic fins als collons de tots nosaltres”
General de División (R)
BANDERA DE COMBATE, EL ALCALDE DE BARCELONA, LA ARMADA ESPAÑOLA Y LA VIOLENCIA (General de División Rafael Dávila Álvarez)
La “Bandera de Combate” es la Bandera Nacional, generalmente de grandes dimensiones, que largan a popa los buques en las acciones de guerra y grandes solemnidades. En la Armada existe la tradición de que la Bandera de su buque insignia sea entregada en Barcelona. En Barcelona se le entregó al portaaviones “Dédalo” en 1984 y posteriormente en 1989 al buque insignia “Príncipe de Asturias”.
En septiembre del pasado año se entregaba en Cádiz la Bandera de Combate al nuevo buque de proyección de la Armada española, el “Juan Carlos I” (L-61) que sustituye al “Príncipe de Asturias” como insignia de la Armada. La madrina, como siempre que se trata de este emblemático buque, fue SM. la Reina.
Romper la tradición de que fuese Barcelona la ciudad que acogiese la entrega de la Bandera, no fue voluntad de la Armada sino un rotundo rechazo del Alcalde de Barcelona que, incomprensiblemente y olvidando sus responsabilidades, se negó a que la mediterránea ciudad española tuviese el honor de protagonizar tan solemne acto.
La noticia de tal afrenta pasó desapercibida y tenemos la impresión –por lo que sabemos- de que se ocultó interesadamente para no echar más leña al fuego secesionista que con actos como este alimenta a su jauría.
Les puedo asegurar que en el tema se implicó la Casa del Rey y que después de largas y arduas negociaciones recibió el desprecio de tan desairada negativa.
Un desaire a la Casa Real, al Rey y a la Reina, a la Armada española y, lo peor de todo, a España, a los españoles y a los catalanes que no piensan como este alcalde. Este es el talante democrático de este “alcalde de monterilla” que actúa más bien como juez de palo. Pisó de valentía y ahora descubre su gallardía cuando se enfrenta a los violentos que vulnerando las normas democráticas practican la programada violencia. Este alcalde conoce muy bien lo que significa vulnerar, incluso con programa, las normas democráticas, es decir la Ley.
Claudica ante la violencia, ante las barricadas, ante los guerrilleros urbanos del terror incendiario. Pero se engalla ante España y su Bandera, ante el Rey y la Armada, ante los españoles. ¡Qué valiente alcalde!
No está de más recordar estos hechos ahora que se acerca el día de las Fuerzas Armadas. Recordarlo, cuando en Barcelona con este motivo se ha realizado una Jura de Bandera a la que se ha tenido que fijar un límite de personas ante el masivo número de peticionarios. Mi criterio es que todo el que quisiera debería haber Jurado ante la Bandera aunque se hubiese necesitado el día entero para ello. ¿Falta de espacio en el Cuartel del Bruch? Pues se hace en las Ramblas, ¿o eso es una provocación?
Al mediodía de un viernes, un Lord inglés preparaba en su despacho los palos de golf para practicar su deporte favorito durante el fin de semana. De repente irrumpió su secretario dando desesperados gritos, “milord, milord, su fábrica está ardiendo”. Sin ni siquiera dirigir la mirada a su asustado secretario el Lord dijo con voz casi imperceptible, “no sabe el disgusto que me voy a llevar el lunes”.
El cuento no deja de ser una alegoría para explicar la flema inglesa.
Lo que está ocurriendo en España es real y sufrido a diario por los de a pié y no me refiero a la crisis económica, que también.
España arde, sufre un incendio enorme que asola muchos de nuestros rincones más queridos y ante la voz de ¡Fuego!, huyen despavoridos los bomberos; el agua de las mangueras aviva el fuego; es pura gasolina. Se queman las cosechas en los campos y el fuego busca asolar la identidad de sus habitantes.
Mientras, el responsable de la fábrica juega con su escasa fortuna sobre un horizonte de campos yermos. La irresponsabilidad de unos y otros y la cobardía se mezclan en un peligroso combustible. Lo que está ocurriendo en España no es una anécdota; nosotros no podemos esperar al lunes.
General de División (R)
L´EXÉRCIT CATALÁ (General de División Rafael Dávila Álvarez)
Esto del ejército catalán surgió hace algo más de un año en un desconocido Centro de Estudios Estratégicos de Cataluña. La verdad es que aquella propuesta provocaba hilaridad y puede ser que estuviese copiada del rincón del vago o del algún juego de la guerra de estos que abundan en Internet.
Como el impertinente chistecito, me refiero a la propuesta, no tuvo la repercusión mediática que pretendían, ahora vuelven a la carga y esperan que tanto en la OTAN como en España sea el chascarrillo de turno. Pues ni eso. Ni Gila lo añadiría a su repertorio.
En aquellos momentos reconozco que caí en la trampa y me hice eco de tamaño disparate escribiendo lo que a continuación pueden ustedes leer. No se lo tomen muy en serio, pero no está de más recordar algunas cosas simplemente como aviso a navegantes. Es de desear que a los que debieran asumir responsabilidades por el cargo que la sociedad les otorga, la misma sociedad les exija las responsabilidades de su irresponsabilidad.
Lo que escribí hace algo más de un año sobre la propuesta del Centro de Estudios Estratégicos de Cataluña, se lo expongo de nuevo. Se repite la historia por la Asamblea Nacional Catalana ACN (?), que vienen a ser los mismos. No es necesario cambiar ni una coma de lo que entonces expuse. Tampoco merece más atención.
L´EXÉRCIT CATALÁ
El Centro de Estudios Estratégicos de Cataluña ha realizado un estudio, mediático y mal intencionado, sobre el hipotético ejército catalán que cubriría las necesidades de defensa de una Cataluña independiente. Su única finalidad, dentro de un plan perfectamente diseñado, es que se hable de él. Voy inocentemente a caer en su trampa porque creo que la política de oídos sordos, ante tanto disparate e incumplimiento legal, está dando resultados muy negativos para la cordura. Las bromas dejan de serlo cuando pasan a ser una ofensa o insulto, aunque sea a la inteligencia, y este es el caso de la propuesta. Sí, ofensa grave es pensar y escribir que una forma de nutrirse el hipotético ejército catalán sería a base de miembros del ejército español previo filtro para asegurar su lealtad. Ofensa para los que tenemos la lealtad comprometida, la vida incluida, con España, de la que Cataluña forma parte muy importante.
No hace falta extenderse mucho para entenderlo, basta con recordar el juramento o promesa a la Bandera:
“¡Soldados! ¿Juráis o prometéis por vuestra conciencia y honor cumplir fielmente vuestras obligaciones militares, guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, obedecer y respetar al Rey y a vuestros jefes, no abandonarlos nunca y, si preciso fuere, entregar vuestra vida en defensa de España?”
Podíamos seguir pero es suficiente recordar que conciencia y honor son la única lealtad que conocen nuestros soldados, sean de Vilanova í la Geltrú o de Sarria (provincia de Lugo), y está ya comprometida. España es todo el argumento que un soldado necesita.
Al Centro de Estudios Estratégicos de Cataluña, para mí hasta ahora desconocido, le deseo larga y eficaz andadura pero su propuesta del ejército catalán recuerda a aquello… “Saben aquell que diu…”.
General de División (R.)
SEÑOR MAS, NO NOS TOQUE LAS NEURONAS (General de División Rafael Dávila Álvarez)
Ya salió. Mucho han tardado. Llegó el momento del ¡manda huevos!, quins collons! Tarde o temprano había que recurrir al caballo de Espartero y sus atributos.
Amb dos boles!, el señor Mas va y dice que esto de la consulta por la independencia no es una batalla de testosterona sino de neuronas y que si la batalla es para ver quien los tiene más grandes, vuelven a estar perdidos. Así tenía él planteada la batalla, de cintura para abajo; por eso la ha perdido, por incivilizada y chusca. Ahora recurre a la estrategia de la inteligencia. Esto se pone interesante. Una vez abandonada la vía genital parece que hay diálogo y estamos próximos al entendimiento Se ve perdido y se viene a razones, las de las neuronas. ¡Qué alivio! Es el momento de, olvidados los argumentos puramente viscerales, recurrir a la inteligencia de la humildad dialogante. Ahí es donde queda derrotado incluso antes de entablar batalla. ¡Al fin!
Ahora pondrá en marcha su peligroso “Plan B” que consiste en unas elecciones convertidas en plebiscito independentista y que él, o sus compañeros de aventura, declaren unilateralmente la independencia. Peligroso, tan peligroso como la soberbia herida.
Llegados a este punto permítame don Arturo extraerle, de la hierática cara que se le ha quedado, una sonrisa; le contaré una historia que quizá conozca a través de sus viejos amigos.
Franco, ya sabe de quién le hablo, fue a pescar a una pequeña aldea gallega donde le recibió su alcalde. Mientras esperaban a que la niebla se disipase y el guarda pudiera adivinar donde se escondía el salmón, aquél valiente alcalde permanecía pegado a Franco. Solo esperaba un gesto, una frase del silencioso e inescrutable personaje. Al fin llegó su oportunidad. Franco habló
-¿Va todo bien por su pueblo alcalde? ¿Tienen sus vecinos alguna necesidad urgente?
El alcalde miró a su alrededor y sopesó el riesgo mientras meditaba como dar respuesta a su Excelencia.
Un tímido rayo de sol se abrió entre la niebla iluminando la cara de Franco que entrecerró los ojos ante la luz repentina. Era el momento del alcalde…
-Pues mire Excelencia, por aquí, ya sabe…todo va bien, pero…pero necesitamos una prostituta nueva.
Se disipó la niebla y un salmón huyó despavorido al verse descubierto; como él, lo hicieron los más cercanos colaboradores de Franco.
-La que tenemos está ya muy mayor y no nos sirve para nada…hasta los niños se ríen de ella, insistió el alcalde.
El silencio se convirtió en temor. Se desvanecieron los ánimos de aquellos que apostaban por una jornada relajada en la que el buen humor del Caudillo trajese dádivas y alegrías. Todos desaparecieron repentinamente.
El alcalde se quedó aliviado y se retiró cabizbajo; lo peor había pasado. Ahora quedaba esperar a que el salmón volviese y mordiera el señuelo.
En la incertidumbre de la orilla del río quedaron solos Franco y el viejo y astuto guarda que parecía estar en los secretos más allá del río. Este, entre lance y lance, lanzó el suyo.
-Excelencia, perdone al alcalde…siempre le decimos que es muy burro y que no hable tanto…que un día va a tener un disgusto. Anda mal en su forma de hablar y lo que le pedía a Su Excelencia era una sustituta para la profesora de la escuela, que además de mayor no tiene buena salud. Claro, ya sabe Su Excelencia, entre sustituta y prostituta…pues se ha liado.
El salmón ya estaba sobre la pista. Todo fue coser y cantar y hubo regocijo general cuando vieron a SE. sacar del río aquella espectacular pieza.
Había pasado un año cuando se repetía escena y protagonistas. Junto al río y entre los ajetreos de los inicios Franco con voz tenue y mirando al lecho del río susurró
-Alcalde, ¿llegó la nueva prostituta?
Nadie escuchó la confesión del alcalde excepto el viejo guarda.
– Excelencia, me debe perdonar…Yo sabía lo que le decía pero…Si le pido la sustituta SE. se olvida y en cambio ahora tenemos una nueva y querida maestra.
La respuesta de Franco no se hizo esperar
-¿Alcalde, quiere usted ser Gobernador Civil de Lugo?
Pues bien, don Arturo, a usted le hemos entendido a la primera a pesar de los parónimos. No es necesario que recurra a la confusión. Si usted, con sus machistas y groseros planteamientos de testosterona o neuronas, nos la quiere colar, se equivoca. La testosterona no nos interesa y ante las neuronas tiene usted la batalla perdida. Aquellos tiempos del alcalde y la conversación con el poder ya son historia, alguna hasta divertida. Ahora los salmones se pescan con argumentos, los de las leyes. A usted se le da bien pescar en río revuelto pero no está solo y el guarda de su río sabrá cumplir la ley aunque se adiestre en cursos de asalto y guerrilla. ¿Para pescar salmones? Sólo cuando lo permita la ley. Al final, en cuanto desaparece la densa niebla, todo queda al descubierto.
No nos toque las neuronas.
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
¿ESPAÑOLES? ¡SÍ! ¡MÁS QUE VOSOTROS! ¡VIVA ESPAÑA! (General de División Rafael Dávila Álvarez)
(publicado el 28-09-2014)
Que la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, no quieren reconocerlo los que creen que la soberanía nacional está en ellos y no en el pueblo español.
Para satisfacer el parcial punto de vista de los nacionalismos vasco y catalán se crearon aquellos polvos autonómicos y, bajo la presión del sangriento chantaje etarra, entre otros, desembocamos en los lodos del independentismo que rompe cualquier puente que pudiese unir a todos los españoles alrededor de la libertad y la solidaridad
Estamos ante una grave irresponsabilidad que no respeta la voluntad del pueblo español y que menosprecia las tradiciones y sentimientos de una existencia colectiva. Es el liderazgo que pretenden asumir los irresponsables históricos que, como espadones de nuevo cuño, dan un golpe de Estado institucional atribuyéndose una representación autoritaria y excluyente.
El Tribunal Constitucional ha dictaminado que no conoce otra nación que la Nación española y que de los derechos históricos no puede derivarse un derecho al autogobierno ni a ninguna forma de organización ajena a la Constitución. De nada sirve cuando los que más deberían respetar la ley y la justicia se declaran al margen de ella. Hay que hacerles frente, porque cuando la negociación se convierte en un mercadillo de rufianes anclados en la ilegalidad y el único posible acuerdo es la rendición a sus caprichos, el diálogo se hace inútil; es el momento de aplicar la ley.
Habló el Tribunal Constitucional y habrá que volver a esperar su dictamen, pero la Constitución, además de ser clara, dispone de los artículos apropiados al caso. Los mecanismos para exigir su cumplimiento son conocidos, a todos aplicables y no sólo a los ciudadanos de a pie. Si realmente la soberanía reside en el pueblo español, debemos exigir que se cumpla el hecho incuestionable de la indisoluble unidad de la Nación española. Esto ya no es una cuestión de partidos sino de partir España. Hay momentos en que el diálogo infructuoso y ladino debe dar paso a ejercitar la responsabilidad que a un gobierno le corresponde por dura que esta sea.
No es admisible una negociación que pretende enarbolar los sentimientos del pueblo en nombre de la patria como excusa para esconder las individuales miserias y corruptos comportamientos. Impúdica negociación de intereses privados, de los que van saliendo a la luz los que no conocíamos por inconfensables.
“Porque en este Viva España caben todos los que quieren a España de verdad. Los únicos que no caben son los que no quieren caber, los enemigos de la España verdadera.
¿Españoles? ¡Sí! ¡Más que vosotros!”
Eran palabras del gran poeta catalán Joan Maragall en un artículo publicado en 1907 cuyo título era, Visca Espanya! ; lo publicaba después de exigir a los nacionalistas- que no escuchan- que dirigiesen sus esfuerzos no hacia egoístas fines estrechamente catalanes, sino hacia la regeneración de la totalidad de España.Un hombre, Joan Maragall que “a fuerza de catalán era honda, íntima, entrañablemente español…”, que de él dijo Unamuno.
Cumplimiento estricto de la ley, una exigencia que lo único que pretende es que unos cuantos no rompan esta España de todos. Casi nada.
Así que de negociación, nada, y que sigan chachareando tantos patrioteros.
Visca Espanya! y ¡Viva el orden y la ley!
General de División (R.)
PUES NADA. ARMA PRESENTADA E HIMNO NACIONAL (General de División Rafael Dávila Álvarez)
La gravedad de lo ocurrido el 9N no es lo ocurrido sino lo que no ha ocurrido y debería haber ocurrido. Es decir, no se ha hecho lo que debería haberse hecho antes de que se hiciese lo que se ha hecho, impidiendo así que se hiciese lo que se ha hecho.
¡¿Pero qué se ha hecho?! ¿Ha pasado algo? ¡Ah!, ¿lo del referéndum? ¡¿Es que había que haber hecho algo?! ¡No, por Dios, si era un simulacro!, simplemente unas maniobras con disparos de fogueo y un enemigo simulado con siluetas de madera; algo inútil y estéril. ¿Para qué hacer algo si no ha pasado nada? Simplemente han gastado la pólvora en salvas; además era pólvora del rey.
Todo está atado y bien atado. Como se anunció, se ha cumplido la palabra y se ha cumplido la ley: “Mientras yo sea Presidente del Gobierno no se celebrará ese referéndum que algunos pretenden, ni se fragmentará España”… “porque violaría la ley quien lo convoca y quien lo permitiera”. Es el ejemplo claro del valor de la palabra y del valor de la ley. Todo un ejemplo a seguir.
“Cuánto es más eficaz mandar con el ejemplo que con mandato; más quiere llevar el soldado los ojos en las espaldas de su capitán, que tener los ojos del capitán a sus espaldas. Lo que se manda, se oye. Lo que se ve se imita. Quién ordena lo que no hace, deshace lo que ordena”.
No hay que hacer nada; simplemente mirad lo que yo hago e imitad ese comportamiento. Porque, ya se sabe, cuando no ordenas, nadie hace lo que tiene que hacer sino que hace lo que le place, con lo que todo se deshace. Incluso España puede deshacerse simplemente por no hacer nada.
Nada, es la dejación en el cumplimiento del deber. Nada, es el diálogo desde la debilidad. Nada, son las ocurrencias, poco serias y creíbles, de la oposición interesada. Nada, es dejar pasar el tiempo y mirar para otro lado. Nada, es gobernar sin asumir tu responsabilidad de acción u omisión, limitándote a acudir al Tribunal Constitucional o a los juzgados. Nada, es actuar como si nada, es no ser, y no servir para nada.
Sigamos sin hacer nada y nos quedaremos sin nada. Porque nada, es olvidarse de garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional. Nada es no defender la indisoluble unidad de la Nación española.
Terminado el 9N y visto lo visto, al que todavía sigue siendo Presidente de la Generalidad de Cataluña, le ha faltado, para no quedarse en nada, visitar oficialmente la antigua Capitanía General de Barcelona, actualmente Inspección General del Ejército, y recibir los honores de ordenanza que por Real Decreto le corresponden:
“Arma presentada e himno nacional en versión breve”.
Dichos honores, que corresponden al todavía Presidente de la Generalidad Catalana, se dan en representación de la Nación (la española, la única que contempla la Constitución, y que se llama España, patria común e indivisible de todos los españoles) y en nombre de los poderes del Estado. Allí estarán las Fuerzas Armadas que son las que rinden los honores militares como homenaje y manifestación de respeto. Con todo respeto, Señor Mas.
¡Qué paradojas! A ver quién le moja ahora la pólvora al Señor Mas. La de las salvas y la otra.
Dicen que lo del 9N han sido unas simples maniobras. Veremos lo que después viene.
“Oh, desdichada España, revuelto he mil veces en la memoria tus antigüedades y anales, y no he hallado por qué causas seas digna de tan porfiada persecución”.
General de División (R)
ALGO SOBRE ESPAÑA (General de División de Infantería de Marina Juan Chicharro Ortega)
No hace mucho un amable lector, comentando alguno de mis artículos, me decía que tenía la impresión de leer a alguien de otra época por empeñarme en defender valores y principios, no en boga hoy. Conceptos que, por otra parte, son los que de una u otra forma subyacen en todo cuanto se puede encontrar en este BLOG. Uno de ellos es el relativo a la defensa a ultranza que hacemos de nuestra Patria, España.
Comoquiera que la autocrítica es virtud, procedo hoy a preguntarme sobre lo que es y significa España. Durante 40 años a lo largo de mi vida activa militar no he tenido otra preocupación que imbuir en mis subordinados el concepto de Patria; no podía ser de otra manera toda vez que lo que se le pide a un soldado es que esté dispuesto a dar su vida si fuera necesario por ese concepto. Nada menos.
Responder a la pregunta que yo me hago no es nada novedoso. Ortega y Gasset, Américo Castro, Sánchez Albornoz, Ortega Rubio, Julián Marías y tantos otros filósofos e historiadores se hicieron en su momento la misma pregunta. Resulta clarividente el leerlos y, en ocasiones, hasta preocupante, en nuestros días, a la vista de lo que vemos.
Lo que escribe Ortega y Gasset en la “España invertebrada” en 1920 es de rabiosa actualidad y su referencia a la influencia de los particularismos en la posible desintegración histórica de España pareciera escrito hoy.
Decía Ortega que “la esencia del particularismo consiste en que cada grupo deja de verse a sí mismo como parte, y en consecuencia deja de compartir los sentimientos de los demás “. Los particularismos o conflictos de intereses regionales, en nuestra España de hoy, tienen muchos y variados orígenes que la brevedad de estas líneas no permiten desarrollar, pero es un hecho real y si alguien lo duda que observe el intento secesionista que algunos pretenden en Cataluña. Por desgracia lo vamos a ver escenificado en el previsible espectáculo que algunos vascos y catalanes traidores nos van a dar en la próxima final de la copa del Rey, donde la presencia de SM el Rey y el himno nacional serán objeto, como ya ha sucedido en ocasiones anteriores, de sonoros abucheos y pitadas ante la parsimonia de unos e indiferencia de otros.
Igual de preocupante es leer a Julián Marías cuando al escribir sobre la tragedia que supuso la guerra civil de 1936-39 decía que lo que sucedió en España en los primeros años de la década de los 30 fue debido a un estado de ánimo que él percibió como de “ horror ante la pérdida de la imagen habitual de España y que las causas de ese horror fueron, de una parte la amenaza de los regionalismos, nacionalismos y separatismos , de otra la pérdida de condición de país católico, aún cuando ni los propios católicos lo fueran de manera absoluta, y finalmente la perturbación violenta de los usos y costumbres en el entramado de la vida familiar y social , incluidos los lingüísticos” .
¿Les suena, verdad?
La España de hoy, afortunadamente, no es la de aquellos años de comienzo del siglo pasado, pero las similitudes empiezan a ser, por desgracia, demasiadas.
Probablemente la solución a este problema que acucia hoy otra vez a nuestra Patria pase irremediablemente por la educación desde la infancia en la verdad de nuestra historia. Cierto es que España es plural y diversa y ahí radica una de nuestras grandes riquezas, pero estoy con Juan Ortega Rubio cuando en su “Historia de los visigodos en España” establece bien claro que ya desde la época romana la conciencia histórica de España como pueblo estaba bien definida y que el devenir de nuestra nación se basó secularmente en la existencia de un proyecto común, ilusionante y en el que se creía.
Al relatar la larga y discontinua Reconquista de España, tras la invasión islámica, definía Ortega y Gasset que fue posible porque el concepto de patria perdida era simplemente porque el concepto de nación existió siempre en los diferentes reinos hispanos.
Hoy más que nunca la salida de la crisis en la que se encuentra España no puede ser otra que la vertebración de un sentimiento nacional unificador y no disgregador. El inicio de un sugestivo proyecto en común de todos los españoles con valentía y decisión en la acción política. Y esto sólo será posible a través de la educación de nuestros hijos y nietos en la verdad histórica.
Y termino recordando las palabras de un hombre joven, José Antonio Primo de Rivera, cuando con sus palabras, rescatadas, hoy, del oportunismo y de la deformación, alzó la voz reclamando una sola bandera: la de la justicia, la libertad, la afirmación nacional, el impulso por construir un destino común. “Yo creo que está alzada la bandera. Que sigan los demás con sus festines. Nosotros, fuera, en la vigilancia tensa, fervorosa y segura, ya presentimos el amanecer en la alegría de nuestras entrañas”.
Sí. Creo que todavía somos muchos los que no queremos ser cómplices de lo que puede estar por venir y siquiera sea mediante la palabra lucharemos para mantener la España unida que nos legaron nuestros padres y abuelos.
Ni vamos a ser indiferentes ni nos vamos a callar.
General de División de Infantería de Marina Juan Chicharro Ortega (R.)
ALGUNAS IDEAS RESPECTO AL SEPARATISMO (General de División Juan Chicharro Ortega) (I)
Es muy del uso del ciudadano español el pensar que vivimos momentos críticos respecto al presente de nuestra nación. Sucede hoy, cuando parece haberse instalado entre nosotros un pesimismo creciente, a propósito de nuestra situación actual, y de la previsible a medio plazo. Sin duda, los efectos de la crisis económica vivida en los últimos años nos empujan a ello, y no es para menos. Cinco millones de personas teóricamente en el paro no dan lugar para el optimismo. En cualquier caso un simple repaso a nuestro pasado nos demuestra cuán lejos tiene de catastrófica la situación presente si la comparamos con otras de épocas pretéritas, como la vivida en los años 30 del siglo pasado, la de finales del siglo XIX o la de principios de ese mismo siglo . Pero tampoco hay que irse tan lejos en la memoria histórica. Un simple retroceso, a apenas hace más de veinte años, nos recuerda que también en aquellos días sufríamos un desempleo altísimo – igual que ahora – con la diferencia que entonces la inseguridad era muy superior a la actual . Inseguridad que no era sólo proveniente de la amenaza terrorista, por cierto muy alta entonces, sino producto de, en este caso sí, de un paro muy real.
Es muy del uso del ciudadano español el pensar que vivimos momentos críticos respecto al presente de nuestra nación. Sucede hoy, cuando parece haberse instalado entre nosotros un pesimismo creciente, a propósito de nuestra situación actual, y de la previsible a medio plazo. Sin duda, los efectos de la crisis económica vivida en los últimos años nos empujan a ello, y no es para menos. Cinco millones de personas teóricamente en el paro no dan lugar para el optimismo. En cualquier caso un simple repaso a nuestro pasado nos demuestra cuán lejos tiene de catastrófica la situación presente si la comparamos con otras de épocas pretéritas, como la vivida en los años 30 del siglo pasado, la de finales del siglo XIX o la de principios de ese mismo siglo . Pero tampoco hay que irse tan lejos en la memoria histórica. Un simple retroceso, a apenas hace más de veinte años, nos recuerda que también en aquellos días sufríamos un desempleo altísimo – igual que ahora – con la diferencia que entonces la inseguridad era muy superior a la actual . Inseguridad que no era sólo proveniente de la amenaza terrorista, por cierto muy alta entonces, sino producto de, en este caso sí, de un paro muy real.
Desmiento que estemos ahora peor que entonces. No, no lo estamos, salvo en lo que se refiere al peligro secesionista que suponen para España las ambiciones de determinados grupos políticos, en Cataluña y en el País Vasco, quienes, buscando su beneficio exclusivo, pueden llevarnos a un desastre impredecible.
Esta es la idea central de estas líneas: el cómo hemos llegado a esta situación y lo haré desde una perspectiva analítica, siquiera escolástica, tomando como referencia lo que dicen los libros de toda la vida.
A ver, enzarzada la sociedad española, hoy, en la contienda política – elecciones una y otra vez – los grupos separatistas, al amparo de la confusión general, y de la ineludible prioridad de los objetivos a alcanzar por los diferentes partidos se encuentran como pez en el agua. Tengo la impresión de que hay una gran inconsciencia de la gravedad de los acontecimientos que se vislumbran en Cataluña y por lo tanto en España, el próximo otoño.
En efecto, hoy, a pesar de que hay quienes aducen que el globo secesionista se desinfla, me temo que aquellos que desde siempre buscaron la ruptura con la Patria Grande, que siempre fue España, se encuentran cada vez más cerca de alcanzar sus objetivos.
Digan lo que digan, la realidad es que los sectores secesionistas, claramente minoritarios apenas hace unos lustros, se encuentran hoy en posiciones inimaginables de poder, y si sus intenciones no son contrarrestadas a tiempo, – no sé si ya es tarde – conseguirán alcanzar su objetivo irrenunciable de romper la unidad territorial e institucional de España.
Cabe preguntarse el cómo es posible que se haya llegado a esta situación; para ello nada más sencillo que analizar las acciones, que, en el pasado siglo, llevaron a cabo los movimientos de resistencia o liberación que tuvieron lugar en aquellos países, por ejemplo, de Africa, que legítimamente lucharon contra el poder colonial europeo.
Por supuesto que la situación española dista mucho de aquellas, pero si observamos las paulatinas acciones estratégicas, que, hoy, llevan a cabo quienes pretenden subvertir la estructura política y social de nuestra nación, para derrumbarla, y sustituirla por otra favorable a sus ideas, convendremos que las similitudes son muchas.
Es evidente que los movimientos secesionistas son conocedores que la premisa fundamental para el triunfo de sus ideas es la necesidad de contar con el apoyo de la población, siendo éste por tanto su primer objetivo, y para ello se emplean técnicas tendentes a quebrar la estructura del cuerpo social, a la captación de las masas mediante campañas sicológicas, a la selección y formación básica de activistas, al dominio de los medios de comunicación y si fuera necesario – tal como ha sucedido en el País Vasco en el reciente pasado – a la intimidación por medio de actos terroristas sistemáticos o selectivos y en su caso a la eliminación de los elementos irreductibles, autoridades y personalidades destacadas. Mediante estas técnicas y estableciendo ideas-fuerza tales como “España nos roba”, “España nos ha subyugado durante siglos”…..etc y a través de un uso extensivo de los medios así como de la enseñanza en todos los centros – especialmente los escolares – se ha logrado incrementar notablemente el otrora escaso apoyo popular a cotas incluso inimaginables para ellos.
He aquí la realidad.
¿Y qué se puede hacer ahora para abordar lo que puede llegar a ser inevitable?
Vaya por delante que la experiencia vivida en el pasado en otros países demuestra que es esencial, si se quiere tener éxito, el abortar los movimientos inconstitucionales en sus momentos iniciales, antes de que alcancen pleno desarrollo, y es aquí donde mayor preocupación debe sentir la población española, ya que la inacción y cesiones permanentes acaecidas en el pasado, y presente, no nos deja ser optimistas.
Se hace necesaria la divulgación extensiva de ideas-fuerza que se opongan y demuestren la falacia de las de los movimientos separatistas. Se hace necesario el control de la enseñanza acorde con la verdad histórica de nuestra nación. Se hace necesario trasladar a la población, objeto del control ideológico, que la nación española, siendo diversa, es una y no porque lo digan unas leyes, sino porque son legado de la historia de muchas generaciones pasadas. Hay que incidir sobre las hipotéticas causas de descontento de esa población desmontando las mentiras en las que se instalan los grupos interesados en la secesión contrarrestando sus argumentos con otros acordes con la verdad. Y todo lo señalado, así como muchas otras medidas del mismo sentido, deben ser objeto de Planes armónicos, coordinados y consensuados entre todas las fuerzas políticas leales a la Constitución que nos hemos dado los españoles, entre los que hay que incluir a la – todavía – mayoría de los que viven en las regiones afectadas.
¿Existen?
Obvio la respuesta por evidente pero estimo claro que de no ser así intuyo que vamos por mal camino y no presagio nada bueno. No basta con expresar llanamente que en caso necesario se hará cumplir la Constitución española, que es meridianamente clara, ya que tal y como se plantea la situación presente, y la historia lo demuestra, cuando la bola de nieve es muy grande ya no hay quien la pare.
Por mor de mis circunstancias viví “in situ” el conflicto yugoslavo y ya saben Vds. como acabó aquello.
En cualquier caso hay que mantener e impulsar la “voluntad de vencer” entendiendo ésta como el firme propósito de imponerse al adversario en cualquier situación por desfavorable que ésta sea. Una voluntad de vencer alimentada por una exaltada fe en nuestros principios y manifestada ésta por una constante y persistente actuación en todos los ámbitos.
Aquí está el verdadero problema pues, por desgracia, lo que se ha instalado en nuestra sociedad, y especialmente en muchos de nuestros dirigentes, es la aplicación laxa de un relativismo ciertamente preocupante. El ejemplo más claro de esto lo tenemos en las provincias vascongadas donde ciertamente hoy se vive con una tranquilidad añorada largo tiempo. ETA ya no mata. Ahora bien, ¿a costa de qué? pues sencillamente a que se encuentran en las Instituciones, dominan el espectro social y manifestarse como español en sus calles es algo casi heroico. Difícilmente verá Vd. un partido de futbol de la selección española en San Sebastián y mucho menos, por ejemplo, un desfile nacional por sus calles como podría hacerse en cualquier otra ciudad española. A esto es a lo que yo llamo relativismo. Que más nos da abjurar de la identidad española si se vive comodamente así. Este es el pensamiento de muchos. Sucede que esta actitud lo que va a producir a largo plazo es un distanciamiento sicológico y sociológico de la población vasca del conjunto del resto de España, y viceversa. Los teóricos de la opción secesionista lo saben muy bien y son conscientes que en esta situación el tiempo juega a su favor y no tienen prisa.
Y otrosí cabria decir respecto a Cataluña donde, cada vez más, la asfixia que sienten aquellos que se consideran catalanes, y por eso españoles, es angustiosa; especialmente en las poblaciones pequeñas.
Definitivamente, si queremos mantener una España unida, la que nació hace mil años, no hay otro remedio que, siempre desde la legalidad, aplicar todas las medidas necesarias para evitar y cortar de raíz el desarrollo e implantación de las ideas anti España que son moneda corriente en Cataluña y en el País Vasco.
La Constitución española sirve como norma de convivencia para muchas cosas. También para preservar la unidad de España.
General de División de Infantería de Marina (R) Juan Chicharro Ortega
ALGUNAS IDEAS RESPECTO AL SEPARATISMO ( II ) (General de División Juan Chicharro Ortega)
La gravedad de lo que está por acontecer, en los próximos meses, en Cataluña, obliga a insistir y reiterar ideas, ya expuestas con anterioridad por quien les escribe – y otros muchos – una y otra vez. Todo cuanto se escriba y difunda es poco ante la amenaza que se cierne sobre nuestra Patria.
En su Tratado de la Guerra, Clausewitz decía que la guerra era la continuación de la política por otros medios. Aplicando aquello de que el orden de los factores no altera el producto podríamos decir lo contrario. Es decir, que la política es la continuación de la guerra por otros medios. Si esto fuera así cabría reflexionar sí los principios aplicados a las contiendas armadas pueden ser considerados de aplicación a las relaciones sociales y políticas en las que se desenvuelve una sociedad.
No hay duda que si una asociación compuesta por personas de una misma ideología – en este caso, los secesionistas catalanes – tiene la posibilidad de decidir y ejecutar sus planes para alcanzar los fines para los que se ha constituido , a pesar de la voluntad o deseo de sus adversarios, tiene lo que se conoce como libertad de acción, y si al mismo tiempo es capaz de conseguir la concurrencia de acciones y planes de cuantos elementos participan en la escena social, para la consecución del fin anhelado, podemos considerar que obtendrá una baza decisiva cara al alcance de éste. De la misma forma, si los nacionalistas separatistas saben aprovecharse de los éxitos obtenidos, beneficiándose de la minoración de las capacidades del resto de los españoles, estarían en condiciones óptimas de alcanzar su “victoria”.
Clausewitz en estado puro aplicado a la política.
No hay peor ciego que el que no quiere ver. Lo que está sucediendo hoy en Cataluña es real. Por desgracia, hoy, un elevado número de catalanes asumen como deseable la segregación de Cataluña de España y constituir una nueva nación. Las incontables muestras que en forma de manifestaciones vemos casi todos los días son una realidad que no se puede obviar. Sin embargo leo y observo reacciones que minimizan este hecho y tan solo aspiran a solucionarlo mediante la aplicación estricta de la Ley, si bien siempre desde una posición relativista, ya que no pierden de vista nunca sus posiciones de partido y sus intereses.
En un Estado de derecho las normas están para cumplirse, y así deberá ser, pero nadie piense que esta actitud dará solución a un problema nacional y menos desde la debilidad con la que se defiende aquel.
Que en Cataluña ha existido siempre un cierto sentimiento nacionalista segregador es algo que no se puede negar, si bien, hay que ser claros, circunscrito históricamente, hasta ayer, solamente a una minoría de la población. Eso sí, una minoría dominante que ha sabido en los últimos tiempos ciertamente manipular y adoctrinar hasta límites insospechados al conjunto de la población. Y he aquí el problema. Lo han hecho muy bien.
Hoy, nos encontramos con la realidad de que determinadas élites sociales han conseguido que la identidad nacional española atraviese una de sus peores crisis históricas. Y por cierto, no olvidemos que parte de esas élites, en concreto algún sector de la burguesía, es la misma que fervorosamente recibía y agasajaba con entusiasmo, no hace mucho, al mismísimo General Franco, lo que pone de manifiesto que en el fondo lo único que le interesa es la defensa de sus intereses particulares y nada más. Es la historia de siempre en la que las masas populares son manejadas al arbitrio de los que detentan los instrumentos del poder, en especial los de la opinión y la educación.
Lo que ha sucedido en Cataluña –todo cuanto digo es extrapolable también al País Vasco– es simplemente que su población ha estado sometida a un intenso adoctrinamiento en el que las ideas nacionalistas se han incrustado en su núcleo hasta extremos preocupantes.
Cataluña ha sido objeto de una especie de guerra sicológica de carácter doctrinal y sectaria que ha movilizado emociones a través de las ideas influyendo en los comportamientos individuales y colectivos.
Vaya por delante que si el adoctrinamiento en las sociedades democráticas no va acompañado de agresividad, exclusión, intransigencia ni confrontación social es algo absolutamente legítimo. El ser humano necesita doctrina para alimentar su conciencia y guiar su conducta a lo largo de la vida.
Ahora bien, aquí no ha sucedido nada de esto. Todo lo contrario. El problema del adoctrinamiento al que nos enfrentamos es que determinadas políticas nacionalistas al amparo de la inacción de muchos responsables – todo hay que decirlo – han impartido su doctrina recurriendo a procesos que rayan en la imposición, la manipulación y el engaño no dejando libertad de opción a los catalanes que están siendo objeto de cambio de ideas, creencias o valores.
El ensañamiento con la nación española ha alcanzado límites inconcebibles a través del uso continuado de la mentira y la tergiversación de la historia. Y, lo que es peor – lo repito – ante la inacción de aquellos, que ofuscados con solucionar sus problemas de partido, no han sido capaces de evitarlo, mientras que otros se avienen a todo tipo de componendas. En ambos casos la terminología militar considera esta situación como muy cercana a la rendición.
A mi todo este proceso me recuerda, en gran medida, lo que la historia nos enseña del nacional socialismo en la Alemania de los años treinta. Sin duda Leni Riefenstahl hubiera sido feliz de haber podido filmar todo este proceso y sus manifestaciones públicas, por ejemplo, las dos últimas “Diadas” y no digamos las que se nos vienen encima a partir del próximo 11 de septiembre y 27 del mismo mes.
En la Alemania nazi el Estado totalitario se constituyó en el depositario máximo de los mecanismos de adoctrinamiento a través de la educación, en los procesos de socialización primaria. Todo el Estado se volcó en adoctrinar a su población para que aceptaran el estatus político de su nación aislando a aquellos disidentes opuestos al curso de los acontecimientos.
Lo que vemos en las expresiones de todos aquellos que han vivido reverencialmente las “Diadas” es algo “deja vu”.
El adoctrinamiento de la población catalana ha conseguido efectos sobre ésta que rayan en la abducción. Basta con observar como recientemente hasta renombrados deportistas que siempre han defendido los colores españoles con entusiasmo se decantan ahora por las posiciones separatistas. Esta es la realidad y negarlo sería necio.
¿Recuerdan a los Gasol, Pique, ……etc, cantando aquello de ” yo soy español”…. ? ¿ y a Xavi gritando Viva España?
¿Es que son unos cínicos o tienen miedo?
En absoluto. Son el producto típico del adoctrinamiento. Están abducidos.
Sin embargo, a partir de este reconocimiento, de ninguna manera cabe la posibilidad de caer en la tentación de rendirse a esta evidencia, por su inconsistencia histórica e ilegal. Es hora de mantener la vigencia de valores superiores como son de una parte los del imperio de la Ley y de otra – a ver si se entera alguien – que Cataluña es España desde hace 500 años, y que no se puede romper por los anhelos interesados de unos pocos Iluminados que han sabido manipular, adoctrinar y abducir a una población susceptible a todo ello con tanta facilidad.
Y, ¿ahora qué?
Ante todo cumplir la Ley con todas sus consecuencias, pero a partir de aquí se deberán establecer cuantas acciones sean necesarias para que la verdad y el sentido común recuperen su sentido en la sociedad catalana.
Hay que denunciar las tentaciones de todos aquellos que suplantan las conciencias de los catalanes con ideas que convergen con sus programas políticos a fin de manejarlos como simples objetos de su política.
Una detallada lectura de lo que el lingüista Noam Chomsky –profesor emérito en el Instituto Tecnológico de Massachussets– desarrolla a propósito de las “Estrategias de Manipulación Mediática ” puede dar luz a aquellos que aún no han sabido comprender qué es lo que ha pasado en Cataluña.
Todo está clarísimo y es de libro. Es arriesgado que los responsables del mantenimiento de la unidad de España se mantengan a la defensiva y vayan siempre un paso por detrás de las ideas secesionistas. Siguiendo a Clausewitz, otra vez, recordemos que la inacción es incompatible con la acción del mando y esta sólo conduce a la derrota.
Daría lo que fuera por estar equivocado, pero el espectáculo al que vamos a asistir a partir del próximo día 11 de septiembre y de lo que vendrá después me temo que me va a dar la razón.
General de División Infantería de Marina (R) Juan Chicharro Ortega
LA BANDERA DE ESPAÑA (Teniente General Emilio Pérez Alamán) (R.)
“LA PATRIA ENTERA, PARA NOSOTROS SAGRADA, PALPITA EN ESA BANDERA QUE OS ENTREGA LA NACION. TRAIDOR ES QUIEN LA ABANDONA O LA VUELVE MANCILLADA Y LA PATRIA NO PERDONA EL CRIMEN DE LA TRAICION”
Creo no equivocarme, por no decir que estoy seguro, si afirmo que el contenido de este recitado de Sinesio Delgado, poniendo letra al compositor José Serrano, no la conoce ninguno de los que de forma vana, espuria u ofensiva, hacen uso del Símbolo de la Patria como si de una pancarta más se tratara y que enseñan u ocultan según conviene con la intención de atraer a unos o confundir a otros, es decir, engañar a todos.
Muy posiblemente, si alguno de los que así sobreactúan leyera esta reflexión, cosa que no creo ocurra, buscarían su origen y al encontrar que pertenece a “la canción del soldado” dirían que es cosa para los militares con el cuajo a que nos tienen acostumbrados, demostrando una vez más que el Símbolo y lo que simboliza, por desgracia, no les importa mucho o nada salvo su explotación propagandística de partido. Eso sí, insistirán en que se lo apliquen los soldados y consecuentes con su falta de responsabilidad, seguirán repitiendo que los primeros defensores de la Patria están bajo su autoridad, cosa que nadie de uniforme discute dado el sistema aceptado, pero creo que es exigible, sin paliativos, que los responsables de la dirección política de nuestra Nación y los aspirantes a serlo, asuman y practiquen con la misma o mayor intensidad que los soldados a ellos subordinados, el respeto y el amor a España y a los símbolos que la representan.
Como habrán adivinado, viene esta introducción como comentario a la última exhibición de este tipo de montajes por parte del hoy primer partido de la oposición en la aclamación de su candidato a presidir el Gobierno de España envuelto en su Bandera. Partido que ha estado aliado con otros antiespañoles sin pestañear cuando éstos han perpetrado la quema de la efigie del Rey y de la Enseña Nacional. Partido que se ha manifestado en infinidad de ocasiones rodeado de símbolos antidemocráticos, incluso extranjeros y cuyo aspirante a ser Presidente manifiesta la posibilidad de eliminar el Ministerio de Defensa en su posible Gobierno, olvidándose de que la Política de Seguridad y Defensa junto a la de Acción Exterior y a la Económica y Social son los tres apoyos de toda Política General, es decir, tampoco en esa declaración pensaba en una España Soberana aunque luego se amparara delante de una Bandera Nacional tan grande como la que ondea en la plaza de Colón de Madrid con una intención a analizar con detalle.
Aunque los actos mencionados del partido de la oposición han dado lugar a este comentario, por desgracia no es solo en él donde encontramos esa desafección con los símbolos de la Patria, dando la sensación de que son utilizados por quien gobierna más como un medio que como el fin a que debe estar llamada toda su acción gubernamental.
Así tuvimos que sufrir todos los españoles la afrenta de la pitada al Himno Nacional y al Rey de España ante la falta de prevención y de posterior actuación del Ejecutivo. Por no remontarme a otras afrentas, solo recordaré la reciente ausencia manifiesta de las Autoridades políticas al Acto de Homenaje a los Caídos el Día de las Fuerzas Armadas, olvidándose de que la Bandera de España, a la que gobiernan o pretenden gobernar, tiene una franja gualda, color de la flor del mismo nombre, no del oro que tantas veces se ha escamoteado a los españoles. Las otras dos franjas rojas, no simbolizan, nada radical ni revolucionario, sino la sangre que miles o millones de hombres y mujeres derramaron a lo largo de siglos para que tengamos la España que disfrutamos y que todos debemos defender, empezando por rendirles el Homenaje que se merecen y trabajando para alcanzar lo mejor para nuestra Patria con la auténtica “Voluntad de Vencer” que nos decía el General Dávila y no con la “Voluntad de No Perder” que con con objetivos partidistas a corto plazo está muy alejada de alcanzar el bien general.
Del comportamiento del resto de grupos que desprecian, ofendiendo ostensiblemente a los símbolos de la Nación y por tanto a la tierra que los vio nacer, a sus componentes y a sus antecesores, solo se puede comentar el error que cometen teniendo como objetivo la destrucción indiscriminada de todos los principios. El espejismo de su éxito aparente no les corresponde a ellos, sino a la confianza del resto de los españoles en la imposibilidad de hacer caer la solidez de España, asentada en los cimientos incontrovertibles de su Historia, por mucho que se manipule y falsee. Esa confianza y la dejadez de quien tenía la responsabilidad de evitarlo permitieron en tiempos pretéritos, no me refiero a los inmediatos sino a otros muchos más lejanos, en los que si bien la solidez mencionada superó siempre los intentos de su destrucción, la forma de evitarla resultó siempre muy costosa.
Las lecciones aprendidas del pasado deben y pueden prevenir cualquier aventura que la experiencia nos muestra como ha terminado siempre. En nuestro tiempo, la mayoría ha dejado claro lo que quiere, el problema es a quien se lo encomienda. Los responsables de hacerlo por ley se olvidan de que su objetivo debe ser el mismo, lo mejor para España, y lo que les diferencia es la forma de alcanzarlo y en orden a ello buscar los apoyos necesarios. Así de fácil y por lo que se ve así de difícil.
Si esta teoría pudiera hacerse en la práctica, los destructores no supondrían problema alguno y podríamos olvidarnos de Spengler para siempre.
Para ello, es necesario dar prioridad a enseñar y practicar, desde todos los estamentos, el respeto a nuestra Patria sin complejos. Empecemos por nuestra BANDERA como lo hacen en todas las Naciones con las que convivimos.
Teniente General (R) Emilio Pérez Alamán
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