Hemos llegado al medio millón de vistas en el blog, aunque son millones las palabras de agradecimiento y apoyo que de todos ustedes hemos recibido. Traducido a román paladino significa afectos y complicidad. ¡Gracias!
Comencé este blog con unas palabras dedicadas al difícil arte de mandar. Ahora me doy cuenta que mandar y escribir no están tan alejados. Ambos requieren un gran esfuerzo, conocimiento del alma humana, sensibilidad y, lo más difícil, paciencia. Escribir es tan difícil como mandar, decir algo requiere un arduo ejercicio que combine realidad e imaginación. Nunca se sabe todo ni todo se puede decir. Un difícil equilibrio entre la humildad y la sabiduría. Las palabras en el diccionario son ordenadas voces, infantería en orden de batalla, soldados dispuestos para ser mandados. Con ellas puedes maniobrar como en las distintas fases de la batalla. Ofensiva o defensiva, atacar o defender, maniobrar, engañar, o disuadir. Una palabra puede herir más que un sable. Hay palabras principales, el nervio y la categórica expresión de la escritura, el sonido que expresa una idea, son la Infantería de la palabra. Otras son veloces, aptas para la ofensiva y actúan preferentemente por el movimiento, son la Caballería de cada idea expresada. Las hay atronadoras, potentes, que actúan en profundidad facilitando la acción del resto, auténtica Artillería. Los Ingenieros, entre las palabras, son aquellos que contribuyen al enlace y la información. Así, junto a los signos auxiliares, que constituyen los Servicios, se forma este ejército que a diario entra en combate participando en la constante victoria o derrota de la vida. Con la palabra se puede representar el sonido de la batalla y a la vez el silencio de su final. Un ejército que puede herir o curar, dar la vida o quitarla, ser un arma o una caricia… o no ser nada. Es el difícil arte de la escritura donde la gramática y su parte esencial, la sintaxis, constituyen la sabiduría del guerrero de la escritura, de los generales de estas armas para la reflexión.
Manejar este ejército de palabras es la tarea más delicada del ser humano. Con claridad y limpieza, con humildad y seriedad, coherentes con lo escrito, también en ocasiones con ironía y sentido del humor, y siempre con respeto, hemos intentado manejar la palabra con honradez. Ustedes nos han premiado con su lectura. ¡Gracias!
No hace todavía dos años desde que escribí aquel artículo ‹‹Se presenta un soldado››. Después de un año de solitaria aventura era obligado analizar las líneas alcanzadas, los objetivos conquistados. Ante la complejidad de los nuevos retos que en el horizonte de acontecimientos se vislumbraban, sentí la necesidad de que nuevos generales condujesen con veteranía y sabiduría este ejército de la palabra. Fue hace un año cuando se unieron los mejores, sin duda, y gracias a ellos hemos crecido exponencialmente, hemos podido construir un ejército de palabras con las que para todos ustedes maniobramos en defensa de aquello que desde muy jóvenes nos llevó a profesar este bello oficio de soldado: el amor a España.
El Teniente General Emilio Pérez Alamán, el General de División de Infantería de Marina Juan Chicharro Ortega y el General de Brigada Adolfo Coloma Contreras, maestros de la milicia, buenos soldados, junto a este general que hoy les escribe, dirigimos este ejército. Ocasionalmente otros colaboran y aconsejan, lo que agradecemos. Nos conocen de sobra, conocen nuestro pensamiento y sentimientos que con ustedes, con honradez, compartimos.Estas palabras solo son para darles las gracias desde el corazón y la razón. Ustedes son la razón y también el sentimiento. Aquí estaremos hasta que ustedes digan. Este ejército no se retirará jamás porque la palabra es eterna y la nuestra quedó y quedará. Mientras ustedes quieran.
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
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