Santa Bárbara, Indra y SAPA se asocian para participar en un programa de 89 millones que superará los 1.000
El Ministerio de Defensa ha elegido el Piraña 5 como plataforma para el prototipo del futuro Vehículo de Combate sobre Ruedas (VCR) 8x8 del Ejército de Tierra. Defensa ha encargado a las empresas General Dynamics Santa Bárbara Sistemas (GDSBS), Indra y SAPA que presenten una oferta para los contratos tecnológicos del 8x8, por valor de 89,2 millones de euros, que serán financiados por el Ministerio de Industria entre 2015 y 2017.
El programa solo incluye la fabricación de media decena de prototipos y no compromete formalmente que el Piraña 5 sea el elegido cuando se pase a la fase de fabricación, a partir de 2018, pero todos los expertos coinciden en que sería absurdo invertir ahora en el desarrollo de un modelo para acabar decantándose por otro. El Ejército de Tierra prevé adquirir en una primera fase entre 300 y 400 unidades del VCR 8x8, por 1.000-1.500 millones de euros, pero sus necesidades a largo plazo rondan las 900, para sustituir a los vetustos BMR, que tuvieron que ser retirados de Afganistán por falta de protección ante los IED (artefactos explosivos improvisados), y algunos vehículos de cadenas como los TOA M-113.
Inicialmente, Defensa pidió información sobre cinco modelos de 8x8 (el Centauro italiano de Iveco-Oto Melara; el VBCI de la francesa Nexter; el finlandés Patria; el alemán Artec, de HMF-Rheinmetall; y el Piraña 5 de General Dynmics European Land Systems, del que forma parte Santa Bárbara), pero finalmente se ha decantado por este último y ha pedido a GDSBS, Indra y SAPA que presenten una oferta conjunta sobre la base de dicho vehículo. Además de contar con cadena de montaje en España (el Piraña se fabricará en las plantas de GDSBS en Trubia y Sevilla), Defensa exigió que el fabricante fuera autoridad de diseño, lo que permite realizar modificaciones, y tuviera licencia de exportación, requisitos que cumple el Piraña 5. Fue la falta de licencia para exportarlo uno de los motivos que frustró la venta a Arabia Saudí del carro de combate Leopardo fabricado en España bajo patente alemana.
El Piraña 5, basado en el diseño suizo MOWAG Piranha del que se han vendido casi 10.000 unidades en todo el mundo, ha sido recientemente seleccionado por el Ejército danés. La Infantería de Marina española cuenta con un versión anfibia y más antigua, el Piranha III.
Defensa quiere aprovechar los programas tecnológicos del 8x8 para impulsar la reestructuración pendiente de la industria española de Defensa y por eso ha obligado a GDSBS, Indra y SAPA (la primera estadounidense; la segunda con un 20% en manos de la SEPI, y la tercera, de capital vasco) a asociarse, posiblemente a través de una UTE, para desarrollar el 8x8. Se trata así de consolidar una potente industria nacional de vehículos militares. Defensa ya hizo una fuerte apuesta por SAPA al incorporar sus transmisiones a la segunda fase del Vehículo de Combate de Infantería (VCI) Pizarro fabricado por Santa Bárbara.
El mismo objetivo se persigue con los programas tecnológicos de la nueva fragata F-110, por un valor inicial de 135,3 millones. En este caso, Defensa ha empujado a FABA (la división de sistemas de Navantia) e Indra a asociarse para el desarrollo del mástil integrado y el sistema de combate, aunque el astillero público será el responsable de la plataforma, y alguna empresa más se incorporará para los equipos infrarrojos y la familia de misiles. Está previsto que los contratos tecnológicos del 8x8 y buena parte de los de la F-110 se firmen antes de final de año.
El programa solo incluye la fabricación de media decena de prototipos y no compromete formalmente que el Piraña 5 sea el elegido cuando se pase a la fase de fabricación, a partir de 2018, pero todos los expertos coinciden en que sería absurdo invertir ahora en el desarrollo de un modelo para acabar decantándose por otro. El Ejército de Tierra prevé adquirir en una primera fase entre 300 y 400 unidades del VCR 8x8, por 1.000-1.500 millones de euros, pero sus necesidades a largo plazo rondan las 900, para sustituir a los vetustos BMR, que tuvieron que ser retirados de Afganistán por falta de protección ante los IED (artefactos explosivos improvisados), y algunos vehículos de cadenas como los TOA M-113.
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El Piraña 5, basado en el diseño suizo MOWAG Piranha del que se han vendido casi 10.000 unidades en todo el mundo, ha sido recientemente seleccionado por el Ejército danés. La Infantería de Marina española cuenta con un versión anfibia y más antigua, el Piranha III.
Defensa quiere aprovechar los programas tecnológicos del 8x8 para impulsar la reestructuración pendiente de la industria española de Defensa y por eso ha obligado a GDSBS, Indra y SAPA (la primera estadounidense; la segunda con un 20% en manos de la SEPI, y la tercera, de capital vasco) a asociarse, posiblemente a través de una UTE, para desarrollar el 8x8. Se trata así de consolidar una potente industria nacional de vehículos militares. Defensa ya hizo una fuerte apuesta por SAPA al incorporar sus transmisiones a la segunda fase del Vehículo de Combate de Infantería (VCI) Pizarro fabricado por Santa Bárbara.
El mismo objetivo se persigue con los programas tecnológicos de la nueva fragata F-110, por un valor inicial de 135,3 millones. En este caso, Defensa ha empujado a FABA (la división de sistemas de Navantia) e Indra a asociarse para el desarrollo del mástil integrado y el sistema de combate, aunque el astillero público será el responsable de la plataforma, y alguna empresa más se incorporará para los equipos infrarrojos y la familia de misiles. Está previsto que los contratos tecnológicos del 8x8 y buena parte de los de la F-110 se firmen antes de final de año.
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