Por primera vez en la democracia, el recuento de votos de las elecciones generales no pasarán por las manos de Indra tras desestimar el Ministerio del Interior el recurso contra los ganadores
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Por primera vez en la democracia, el recuento de votos de las elecciones generales no pasarán por las manos de Indra. El Ministerio del Interior ha adjudicado el contrato para gestionar los comicios del próximo 20 de diciembre a Scytl y Tecnocom, después de rechazar el recurso presentado por la empresa participada por el propio Estado, por Telefónica y por la familia March a través de Corporación Financiera Alba.
El Gobierno se ha decantado por la oferta presentada por Scytl, consultora que trabajó para la Generalitat como asesor para el referéndum independentista, y Tecnocom, que se han comprometido a administrar las próximas elecciones a cambio de 6,5 millones de euros. Una propuesta casi tres millones inferior a la presentada por Indra, que presentó una oferta de 9,3 millones.
Aunque la empresa presidida por Fernando Abril-Martorell acabó primera en la parte técnica del concurso, al conseguir 19 de los veinte puntos en juego, frente a los 12 de su adversario, Scytl y Tecnocom barrieron a la compañía que tradicionalmente ha recontado los votos electorales en el aspecto económico. Como la parte financiera pesaba un 60% sobre el total de la puntuación, los competidores de Indra se había llevado el gato al agua al comprobar que habían obtenido el mejor baremo en la apertura de las plicas.
Solo falta de la notificación oficial porque la adjudicación estaba pendiente del recurso presentado por Indra en el que se denunciaba la incapacidad tecnológica de Scytl y Tecnocom para desarrollar los trabajos de recolección de los votos en las mesas electorales y su tramitación al centro de procesamiento de datos. La primera sostenía que las empresas ganadoras no tenían 3.000 tabletas electrónicas para realizar dicha labor y que en el pliego se establecía que era imprescindible tener los medios necesarios.
Interior ha resuelto que esa exigencia no era vital porque lo que se pedía en el concurso era la capacidad de disponer de esas tablets en el momento de las elecciones. Scytl y Tecnocom consideran que en tres semanas podrían hacerse con las 3.000 tabletas, cuyo coste ronda los 1,5 millones de euros, motivo por el cual no habían realizado la inversión hasta conocer la decisión final del Ministerio.
Para Indra supone un palo muy duro, no por la magnitud del contrato, pero si porque la credencial de las elecciones en España le ha permitido durante años ganar concurso en países de Latinoamérica y Africa, por importes que han llegado a los 60 millones de euros en algún caso exótico. Y para los vencedores se trata de una victoria muy significativa porque han profanado un terreno que hasta ahora era casi monopolio.
Su especialización en el cómputo de voto electrónico le llevó a ser llamada por la administración de Estados Unidos para colaborar en las elecciones a la presidencia de la Casa Blanca en 2012, ganadas por Barack Obama, lo que atrajo el interés de varios fondos americanos de gran prestigio de Silicon Valley. Entre otros Vulcan Capital, una empresa de inversión dirigida por Paul Allen, confundador de Microsoft, que invirtió 30 millones en Scytl en 2014. A Allen le siguió Tim Bunting, expresidente de Goldman Sachs, que aportó una cantidad similar a través de Balderton Capital. En total, levantó el pasado año cerca de 100 millones de instituciones americanas. Fue la encargada del recuento de las elecciones al Parlamento europeo celebradas en 2014.
Entre los accionistas de Scytl, que ha sido asesora de la Generalitat de Artur Mas, sigue estando Borja García-Nieto, un inversor de la alta burguesía catalana, actualmente presidente del Círculo Ecuestre de Barcelona, probablemente el lobby empresarial más importante de Cataluña. El pasado año alcanzó una facturación cercana a los 70 millones de euros, con un beneficio próximo a los 25 millones.
Por su parte, Tecnocom es una consultora cotizada en bolsa que en 2014 facturó 372 millones, ejercicio en el que registró unas pérdidas de 13 millones. Su principal accionista es Ladislao Azcona, uno de los hombres más influyentes de España a través de su empresa de comunicación y relaciones públicas, Estudio de Comunicación.
El Gobierno se ha decantado por la oferta presentada por Scytl, consultora que trabajó para la Generalitat como asesor para el referéndum independentista, y Tecnocom, que se han comprometido a administrar las próximas elecciones a cambio de 6,5 millones de euros. Una propuesta casi tres millones inferior a la presentada por Indra, que presentó una oferta de 9,3 millones.
Aunque la empresa presidida por Fernando Abril-Martorell acabó primera en la parte técnica del concurso, al conseguir 19 de los veinte puntos en juego, frente a los 12 de su adversario, Scytl y Tecnocom barrieron a la compañía que tradicionalmente ha recontado los votos electorales en el aspecto económico. Como la parte financiera pesaba un 60% sobre el total de la puntuación, los competidores de Indra se había llevado el gato al agua al comprobar que habían obtenido el mejor baremo en la apertura de las plicas.
Solo falta de la notificación oficial porque la adjudicación estaba pendiente del recurso presentado por Indra en el que se denunciaba la incapacidad tecnológica de Scytl y Tecnocom para desarrollar los trabajos de recolección de los votos en las mesas electorales y su tramitación al centro de procesamiento de datos. La primera sostenía que las empresas ganadoras no tenían 3.000 tabletas electrónicas para realizar dicha labor y que en el pliego se establecía que era imprescindible tener los medios necesarios.
Interior ha resuelto que esa exigencia no era vital porque lo que se pedía en el concurso era la capacidad de disponer de esas tablets en el momento de las elecciones. Scytl y Tecnocom consideran que en tres semanas podrían hacerse con las 3.000 tabletas, cuyo coste ronda los 1,5 millones de euros, motivo por el cual no habían realizado la inversión hasta conocer la decisión final del Ministerio.
Para Indra supone un palo muy duro, no por la magnitud del contrato, pero si porque la credencial de las elecciones en España le ha permitido durante años ganar concurso en países de Latinoamérica y Africa, por importes que han llegado a los 60 millones de euros en algún caso exótico. Y para los vencedores se trata de una victoria muy significativa porque han profanado un terreno que hasta ahora era casi monopolio.
Una empresa próxima a la Generalitat
Scytl es una empresa tecnológica surgida de un proyecto de la Universidad Autónoma de Barcelona que prácticamente desde su nacimiento en 2001 ha estado participada por fondos de capital riesgo. El primero que creyó en ella fue Spinnaker, del grupo financiero catalán Riva y García, apuesta a la que en 2007 se sumó Nauta Capital, participado por BBVA.Su especialización en el cómputo de voto electrónico le llevó a ser llamada por la administración de Estados Unidos para colaborar en las elecciones a la presidencia de la Casa Blanca en 2012, ganadas por Barack Obama, lo que atrajo el interés de varios fondos americanos de gran prestigio de Silicon Valley. Entre otros Vulcan Capital, una empresa de inversión dirigida por Paul Allen, confundador de Microsoft, que invirtió 30 millones en Scytl en 2014. A Allen le siguió Tim Bunting, expresidente de Goldman Sachs, que aportó una cantidad similar a través de Balderton Capital. En total, levantó el pasado año cerca de 100 millones de instituciones americanas. Fue la encargada del recuento de las elecciones al Parlamento europeo celebradas en 2014.
Entre los accionistas de Scytl, que ha sido asesora de la Generalitat de Artur Mas, sigue estando Borja García-Nieto, un inversor de la alta burguesía catalana, actualmente presidente del Círculo Ecuestre de Barcelona, probablemente el lobby empresarial más importante de Cataluña. El pasado año alcanzó una facturación cercana a los 70 millones de euros, con un beneficio próximo a los 25 millones.
Por su parte, Tecnocom es una consultora cotizada en bolsa que en 2014 facturó 372 millones, ejercicio en el que registró unas pérdidas de 13 millones. Su principal accionista es Ladislao Azcona, uno de los hombres más influyentes de España a través de su empresa de comunicación y relaciones públicas, Estudio de Comunicación.
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