‹‹Solo una batalla perdida es más triste que una batalla ganada››. Waterloo. El General lloró por sus soldados. Como Alejandro en Gaugamela, como no hace mucho aquel sargento español, en Mostar, al ver a su teniente herido, que se le iba la vida: ‹‹Vamos a rescatarle como sea, por cojones››. Un soldado solo llora por otro soldado. Lágrimas de soldados cuando son heridos en lo que más quieren: el compañero. Fue y será. Es la hermandad del espíritu de compañerismo y amistad, de juramento entre cada dos hombres.
La vida de un soldado tiene un coste superior al de cualquier victoria. El dolor de la victoria es tan caro como el de la derrota. Una y otra son puro dolor, siempre, un retablo de dolores. Irreparable.
El dolor de la familia y el del compañero. Tan distintos, tan iguales, tan puros ¡tan inesperado! ¡como duelen!, aunque mueran en la victoria. Dolor compañero de por vida, por la vida del compañero perdido. Se mitiga pero jamás desaparece. Son hombres de guerra.
Capitán José Morales Rodríguez
Teniente Saúl López Quesada
Sargento Jhonander Jossué Ojeda Alemán
Que se nos van cuando
El Aire en la guerra
comienza a ser paz
En su último vuelo, con su vida y con su muerte, han rubricado las bellas palabras del himno del Ejército al que amaban:
Midiendo del Aire la limpia grandeza
el alma se llena de luz y de amor
la vida y la muerte cantan la belleza
de una España más clara y mejor.
A España ofrecida,
tengo muerte y vida
como quien las juega
en un lance de gloria y honor.
Se nos han ido con la gloria infinita de ser español.
Para morir con gloria hay que tener referentes, un modelo de vida escrita con el ejemplo. La suya, el servicio a España. Servicio de Búsqueda y Salvamento. Horas de incertidumbre, inquietud y alerta. ¡Qué bien las conocían ellos! Paradoja de la vida, ahora las hemos vivido por ellos.
Hoy siento los versos del poeta Rubén Darío y envidio al árbol, que es apenas sensitivo, y a la piedra dura que no siente, pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo ni mayor pesadumbre que la vida consciente. Conscientes del inmenso dolor de haber perdido a tres compañeros que entendían la vida y la muerte como un canto a la belleza de una España más clara y mejor.
Conscientes del dolor que sobre aquellas aguas atlánticas se ha pasado. Del valor y honor de esos hombres que, durante muchas horas, sobre plataformas en el mar, en la tierra o en el aire, veían pasar olas de incertidumbre, riesgo, dolor y lágrimas esperando desesperadamente: ‹‹Vamos a rescatarles como sea››.
No abandonar ¡jamás! a un hombre hasta perecer todos. De nuevo se ha cumplido.
Compañeros ¡siempre!, hasta que la muerte nos separe. Es el misterioso enlace del combate que contraen los soldados.
Por eso se llega hasta el límite, incluso al sacrificio, por el que ya se ha sacrificado. No hace falta que todos lo entiendan. Ellos lo entienden y lo ejercen, siempre.
Tiene explicación:
A España ofrecida,
tengo muerte y vida
como quien las juega
en un lance de gloria y honor.
La aurora me lleva
como un nuevo amor.
Queda el amor, el cariño a las familias, queda el honor.
Y queda el dolor, mucho dolor, aunque tengamos la certeza que Tú ya les has devuelto a la vida, ya les has llevado a la luz.
Descansad en Paz compañeros. Ha sido un lance de gloria y honor, por la gloria infinita de ser español.
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
HIMNO DEL EJÉRCITO DEL AIRE
http://www.ejercitodelaire.mde.es/ea/pag?idDoc=2DDE6B5C461AD5B6C125746E002283DC
LA MUERTE NO ES EL FINAL
La vida de un soldado tiene un coste superior al de cualquier victoria. El dolor de la victoria es tan caro como el de la derrota. Una y otra son puro dolor, siempre, un retablo de dolores. Irreparable.
El dolor de la familia y el del compañero. Tan distintos, tan iguales, tan puros ¡tan inesperado! ¡como duelen!, aunque mueran en la victoria. Dolor compañero de por vida, por la vida del compañero perdido. Se mitiga pero jamás desaparece. Son hombres de guerra.
Capitán José Morales Rodríguez
Teniente Saúl López Quesada
Sargento Jhonander Jossué Ojeda Alemán
Que se nos van cuando
El Aire en la guerra
comienza a ser paz
En su último vuelo, con su vida y con su muerte, han rubricado las bellas palabras del himno del Ejército al que amaban:
Midiendo del Aire la limpia grandeza
el alma se llena de luz y de amor
la vida y la muerte cantan la belleza
de una España más clara y mejor.
A España ofrecida,
tengo muerte y vida
como quien las juega
en un lance de gloria y honor.
Se nos han ido con la gloria infinita de ser español.
Para morir con gloria hay que tener referentes, un modelo de vida escrita con el ejemplo. La suya, el servicio a España. Servicio de Búsqueda y Salvamento. Horas de incertidumbre, inquietud y alerta. ¡Qué bien las conocían ellos! Paradoja de la vida, ahora las hemos vivido por ellos.
Hoy siento los versos del poeta Rubén Darío y envidio al árbol, que es apenas sensitivo, y a la piedra dura que no siente, pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo ni mayor pesadumbre que la vida consciente. Conscientes del inmenso dolor de haber perdido a tres compañeros que entendían la vida y la muerte como un canto a la belleza de una España más clara y mejor.
Conscientes del dolor que sobre aquellas aguas atlánticas se ha pasado. Del valor y honor de esos hombres que, durante muchas horas, sobre plataformas en el mar, en la tierra o en el aire, veían pasar olas de incertidumbre, riesgo, dolor y lágrimas esperando desesperadamente: ‹‹Vamos a rescatarles como sea››.
No abandonar ¡jamás! a un hombre hasta perecer todos. De nuevo se ha cumplido.
Compañeros ¡siempre!, hasta que la muerte nos separe. Es el misterioso enlace del combate que contraen los soldados.
Por eso se llega hasta el límite, incluso al sacrificio, por el que ya se ha sacrificado. No hace falta que todos lo entiendan. Ellos lo entienden y lo ejercen, siempre.
Tiene explicación:
A España ofrecida,
tengo muerte y vida
como quien las juega
en un lance de gloria y honor.
La aurora me lleva
como un nuevo amor.
Queda el amor, el cariño a las familias, queda el honor.
Y queda el dolor, mucho dolor, aunque tengamos la certeza que Tú ya les has devuelto a la vida, ya les has llevado a la luz.
Descansad en Paz compañeros. Ha sido un lance de gloria y honor, por la gloria infinita de ser español.
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
HIMNO DEL EJÉRCITO DEL AIRE
http://www.ejercitodelaire.mde.es/ea/pag?idDoc=2DDE6B5C461AD5B6C125746E002283DC
LA MUERTE NO ES EL FINAL
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