Los tres tripulantes del helicóptero Superpuma del Ejército del Aire que se accidentó el pasado jueves 22
fueron hallados ayer jueves dentro de la cabina del aparato, una posibilidad de la que se hablaba desde el miércoles, cuando por fin se localizó al aparato en el fondo del mar.
Jhonander Ojeda. Sargento
El mecánico y sargento Jhonander Ojeda era el único isleño de la tripulación, pero eso no constituía su rasgo más sobresaliente, sino el hecho de haber sobrevivido, en marzo de 2014, al
accidente de otro Superpuma, en aguas cercanas a Fuerteventura. Aquella vez, de los cinco tripulantes solo él pudo ser rescatado por el buque de la Armada con el que compartían las maniobras. Los que lo conocen saben en qué medida le afectó la pérdida de sus compañeros. Pero siguió volando. La historia se repite para el sargento Ojeda, aunque ahora sin poderla contar. Soltero y en pareja, este grancanario cumplía 27 años el jueves de la semana pasada, el día del accidente. Su familia lo esperaba en el barrio de La Garita, en su Telde natal, con la tarta y las velas para celebrarlo.
José Morales Rodríguez. Capitán
Gran deportista, este barcelonés era el más experimentado de los tres tripulantes del Superpuma del SAR.
Su vida de militar le había llevado a escenarios de conflicto bélico como el de Afganistán, junto con las tropas españolas que, coincidencias de la vida, terminaron su despliegue el día en que el capitán Morales caía en el helicóptero volviendo a Gran Canaria. Casado y con un hijo, había acumulado más de 2.000 horas de vuelo. Su apego al deporte le hizo formar parte del grupo de militares, varios de ellos con destino en Canarias, que participan de la «Marathon des Sables», una exigente carrera por etapas que se organiza en Marruecos bajo temperaturas extremas y que se considera la competencia de «ultra trail» más dura del planeta.
Saúl López quesada. Teniente
El joven teniente Saúl López Quesada, natural de la Comunidad de Madrid, era un gran aficionado a viajar y a ver mundo con una experiencia de más de medio millar de horas de vuelo a sus espaldas en el Servicio Aéreo de Búsqueda y Salvamento (SAR) del Ejército del Aire, a cuyo 802 Escuadrón pertenecía. De la afición por viajar de este joven aunque también experimentado piloto militar, que no estaba casado, da testimonio su propia cuenta de la red social Facebook, en la que aún ayer podían verse las fotografías y recuerdos de su último y reciente viaje a los Estados Unidos, donde López Quesada había visitado ciudades como Nueva York o conocido lugares de interés como el Parque Nacional del Gran Cañón del Colorado.
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