NUEVA POLÉMICA EN EL MINISTERIO
El Ministerio pagará 53.845 euros al arquitecto Alfredo Díaz Grande por redactar el proyecto de las nuevas instalaciones de la Policía en la localidad coruñesa de Santa Eugenia de Ribeira. Tambien es marido de la presidenta del Parlamento gallego, la ‘popular’ Pilar Rojo, y cuñado de una senadora.
El arquitecto Alfredo Díaz, con camisa clara, junto a Rajoy y Núñez Feijóo en una corrida de toros de 2011. - Foto EFE
Nueva polémica en el Ministerio del Interior. En esta ocasión, a cuenta de los planes de la Dirección General de la Policía para levantar una nueva comisaría en la localidad coruñesa de Santa Eugenia de Ribeira. El departamento de Jorge Fernández Díaz ha decidido encargar la redacción de dicho proyecto al arquitecto pontevedrés Alfredo Díaz Grande, conocido por su íntima amistad con el mismísimo Mariano Rajoy, al que acompañó en la sede de la calle Génova la noche electoral de la víctoria de las últimas generales. Díaz Grande está, además, casado con la presidenta del Parlamento de Galicia, la ‘popular’ Pilar Rojo Noguera, persona muy cercana a su vez a la mujer del presidente, Elvira Fernández Balboa ‘Viri’. Este arquitecto ya se vio salpicado en otro proyecto polémico, la Ciudad de la Cultura gallega, que le obligó a comparecer en 2007 en una comisión de investigación de la cámara autonómica. Vozpópuli intentó a lo largo de la tarde de este lunes contactar con el arquitecto, pero nadie respondió a las llamadas en el estudio que tiene en Pontevedra.
Sin embargo, la gran polémica viene de la mano del beneficiado por la adjudicación dada sus estrechas y conocidas vinculaciones con el presidente del Gobierno, con la mujer de éste y con el propio PP. De hecho, Alfredo Díaz Grande, conocido entre sus amistades como ‘Fredy’, está casado con Pilar Rojo, una influyente miembro del PP gallego desde los tiempos de Manuel Fraga, con el que llegó a ocupar la Consellería de Familia. Actualmente, su mujer ocupa el puesto de presidenta de la cámara autonómica y es miembro del Comité Ejecutivo Nacional y del Regional, lo que la sitúa muy cerca del 'barón' gallego Alberto Núñez Feijóo. Es muy conocida también la relación de Pilar Rojo con Elvira Fernández, la esposa de Mariano Rajoy, aunque para llegar al presidente del Gobierno, ‘Fredy’ Díaz Grande no necesita esta vinculación ya que ambos son amigos desde la juventud. De hecho, él y su mujer formaron parte del restringido grupo de amigos que compartió con el líder del PP la noche de la victoria electoral del 20 de noviembre de 2011 en la séptima planta de Génova 13.
Marido y cuñado de sendas parlamentarias del PP
Una vinculación con el PP que se ve reforzada por su hermano, Miguel Díaz Grande, pediatra y casado con María Dolores Pan Vázquez, actual senadora del PP por Pontevedra y con escaño en el Congreso de los Diputados en las dos Legislaturas anteriores. Esta estrecha relación con el partido del Gobierno ya salió a relucir con otro encargo arquitectónico polémico en el que 'Fredy' también jugó un papel protagonista: la Ciudad de la Cultura, en Compostela. Éste fue un polémico proyecto que empezó siendo presupuestado en sus inicios, allá por 1999, en 50 millones de euros de dinero público y que se fue rápidamente a los 108 millones, para, tras siete años y un coste final cercano a los 400 millones de euros, haber acabado convertido en un fiasco con cuatro edificios hoy abandonados y con la Fundación que lo iba a gestionar en bancarrota. Alfredo Díaz Grande fue, en concreto, el “arquitecto coordinador del proyecto de ideas” para su construcción.
El arquitecto y su mujer, Pilar Rojo, presidenta del Parlamento de Galicia, formaban parte del reducido grupo que compartió con Rajoy en Génova 13 su triunfo en las elecciones de 2011La adjudicación del contrato público se produjo el pasado 1 de julio, según la documentación a la que ha tenido acceso este diario. A la misma se presentaron tres ofertas dentro de un concurso “negociado sin publicidad” cuyo importe máximo estaba fijado en 71.995 euros, Iva incluido. Finalmente, Díaz Grande se lo llevó con una oferta de 53.854 euros, que fue considerada por los responsables de la División Económica y Técnica de la Policía como la “más favorable para los intereses de la Administación”. Poco más se sabe de un anuncio de adjudicación que aún no se ha publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y que ha causado sorpresa en las fuentes policiales consultadas por este diario. De hecho, la construcción de la nueva comisaría para sustituir al viejo edificio que da servicio a una población de 25.000 habitantes que se dobla en periodos vacacionales, “era un runrún desde hace tiempo pero que nadie ha confirmado aún oficialmente”, señalan a este diario representantes en Galicia del Sindicato Unificado de Policía (SUP), el mayoritario entre los agentes. Lo único que se conocía es que Interior había reservado para ubicarla unos terrenos a las afueras del municipio, en una zona conocida como Touro.
Sin embargo, la gran polémica viene de la mano del beneficiado por la adjudicación dada sus estrechas y conocidas vinculaciones con el presidente del Gobierno, con la mujer de éste y con el propio PP. De hecho, Alfredo Díaz Grande, conocido entre sus amistades como ‘Fredy’, está casado con Pilar Rojo, una influyente miembro del PP gallego desde los tiempos de Manuel Fraga, con el que llegó a ocupar la Consellería de Familia. Actualmente, su mujer ocupa el puesto de presidenta de la cámara autonómica y es miembro del Comité Ejecutivo Nacional y del Regional, lo que la sitúa muy cerca del 'barón' gallego Alberto Núñez Feijóo. Es muy conocida también la relación de Pilar Rojo con Elvira Fernández, la esposa de Mariano Rajoy, aunque para llegar al presidente del Gobierno, ‘Fredy’ Díaz Grande no necesita esta vinculación ya que ambos son amigos desde la juventud. De hecho, él y su mujer formaron parte del restringido grupo de amigos que compartió con el líder del PP la noche de la victoria electoral del 20 de noviembre de 2011 en la séptima planta de Génova 13.
Marido y cuñado de sendas parlamentarias del PP
Una vinculación con el PP que se ve reforzada por su hermano, Miguel Díaz Grande, pediatra y casado con María Dolores Pan Vázquez, actual senadora del PP por Pontevedra y con escaño en el Congreso de los Diputados en las dos Legislaturas anteriores. Esta estrecha relación con el partido del Gobierno ya salió a relucir con otro encargo arquitectónico polémico en el que 'Fredy' también jugó un papel protagonista: la Ciudad de la Cultura, en Compostela. Éste fue un polémico proyecto que empezó siendo presupuestado en sus inicios, allá por 1999, en 50 millones de euros de dinero público y que se fue rápidamente a los 108 millones, para, tras siete años y un coste final cercano a los 400 millones de euros, haber acabado convertido en un fiasco con cuatro edificios hoy abandonados y con la Fundación que lo iba a gestionar en bancarrota. Alfredo Díaz Grande fue, en concreto, el “arquitecto coordinador del proyecto de ideas” para su construcción.
Alfredo Díaz Grande tuvo que comparecer en el Parlamento de Galicia en 2007 para explicar su papel en el costoso y frustrado proyecto de la Ciudad de la Cultura en CompostelaPor aquello, el amigo de Rajoy tuvo que comparecer en octubre de 2007 en la comisión de investigación que entonces se abrió en el Parlamento de Galicia. En aquel momento, Alfredo Díaz Grande redujo su papel al de un simple “asesor” que, entre otras funciones, buscó posibles ubicaciones para la Ciudad de la Cultura a partir del documento de características técnicas que le entregó el Ejecutivo ‘popular’ gallego. También aseguró que determinó las bases para el concurso para elegir al arquitecto que se haría cargo del diseño con la única premisa de garantizar la participación de candidatos de renombre. Finalmente se lo llevó el estadounidense Peter Eisenman. En aquella intervención parlamentaria, el amigo de Rajoy se escudó en supuestas lagunas de memoria para no especificar cuánto cobró por su trabajo en un proyecto en el que también trabajó como director económico y financiero de la fundación Manuel Fernández Balboa, hermano de Elvira, la mujer del presidente del Gobierno.
SEGUNDA POLÉMICA DEL LADRILLO EN INTERIOR La redacción del proyecto para edificar una nueva comisaría en Santa Eugenia de Ribeira (A Coruña) no es la primera construcción del Ministerio del Interior que se ve rodeada por la polémica en la presente Legislatura. Antes ya llovieron las críticas por la casa cuartel de la Guardia Civil recientemente inaugurada en Fitero, una localidad navarra donde veranea el propio Jorge Fernández Díaz y en la que reside su madre. Las críticas a la misma se iniciaron desde que el propio ministro anunció en el otoño de 2013 el proyecto de levantarla, aunque se acrecentaron hace algo más de un año, cuando Fernández Díaz presidió la colocación de la primera piedra en un acto cuyas imágenes, distribuidas por el departamento de prensa de Interior, circularon por las redes sociales entre chanzas por la similitud con las imágenes del No-Do. Para entonces, las voces contrarias a la construcción del inmueble dentro del Instituto armado, incluido entre los altos mandos, eran abundantes, ya que consideraban que el dinero que se iba a invertir era más urgente para otras partidas. En este sentido se destacaba que en dos localidades cercanas, Cintruénigo y Corella, situadas a sólo 3 y 6 kilómetros respectivamente de Fitero, ya existían instalaciones de la Guardia Civil y que, por tanto, las nuevas eran innecesarias.
Además, un grupo de vecinos de la localidad denunció públicamente que la licencia de obras concedida por el Ayuntamiento a la Secretaría de Estado de Seguridad para levantar la instalación incumplía supuestamente la normativa urbanística municipal. Por ello, acudieron a los tribunales y a otras instancias políticas en un intento de paralizar la construcción. Desde el consistorio siempre se ha negado cualquier irregularidad. No obstante, las quejas llegaron al Congreso de los Diputados de la mano del partido navarro Geroa Bai, que presentó unas baterías de preguntas por escrito para que el ministro explicara las razones del gasto, que en un primer momento fue presupuestado en 1,1 millones de euros y que terminó elevándose a algo más de 2 millones. En una de las respuestas, del equipo de Jorge Fernández Diaz alegó que el Instituto armado "ha de estar presente efectivamente en todo el territorio español" para, de este modo, asumir "un papel de vertebración estatal", y que en Fitero se había producido un incremento de la criminalidad por los "forasteros". En una segunda, Interior echo mano de la ironía y la geometría para justificar el millonario gasto.
El último episodio se vivió el pasado 15 de marzo. Ese día, el ministro acudió a Fitero y, rodeado de su familia, inauguró las instalaciones dentro del programa de fiestas de San Raimundo. Al acto, acudieron, además del entonces alcalde de la localidad, el senador de UPN Francisco Javier Yanguas; la en aquel momento presidenta de Navarra, Yolanda Barcina, y la delegada del Gobierno en la comunidad, Carmen Alba, así como el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa. El corte de la cinta estuvo precedido de una misa cantada y, al término del acto, hubo 'lunch' y fin de fiesta taurino. Sin embargo, las instalaciones no estuvieron realmente operativas hasta mes y medio después de dicha inauguración porque no el edificio no contaba con conexión a Internet y las cinco viviendas donde se iba a alojar parte de los 15 agentes de la plantilla tampoco disponían de corriente eléctrica.
Además, un grupo de vecinos de la localidad denunció públicamente que la licencia de obras concedida por el Ayuntamiento a la Secretaría de Estado de Seguridad para levantar la instalación incumplía supuestamente la normativa urbanística municipal. Por ello, acudieron a los tribunales y a otras instancias políticas en un intento de paralizar la construcción. Desde el consistorio siempre se ha negado cualquier irregularidad. No obstante, las quejas llegaron al Congreso de los Diputados de la mano del partido navarro Geroa Bai, que presentó unas baterías de preguntas por escrito para que el ministro explicara las razones del gasto, que en un primer momento fue presupuestado en 1,1 millones de euros y que terminó elevándose a algo más de 2 millones. En una de las respuestas, del equipo de Jorge Fernández Diaz alegó que el Instituto armado "ha de estar presente efectivamente en todo el territorio español" para, de este modo, asumir "un papel de vertebración estatal", y que en Fitero se había producido un incremento de la criminalidad por los "forasteros". En una segunda, Interior echo mano de la ironía y la geometría para justificar el millonario gasto.
El último episodio se vivió el pasado 15 de marzo. Ese día, el ministro acudió a Fitero y, rodeado de su familia, inauguró las instalaciones dentro del programa de fiestas de San Raimundo. Al acto, acudieron, además del entonces alcalde de la localidad, el senador de UPN Francisco Javier Yanguas; la en aquel momento presidenta de Navarra, Yolanda Barcina, y la delegada del Gobierno en la comunidad, Carmen Alba, así como el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa. El corte de la cinta estuvo precedido de una misa cantada y, al término del acto, hubo 'lunch' y fin de fiesta taurino. Sin embargo, las instalaciones no estuvieron realmente operativas hasta mes y medio después de dicha inauguración porque no el edificio no contaba con conexión a Internet y las cinco viviendas donde se iba a alojar parte de los 15 agentes de la plantilla tampoco disponían de corriente eléctrica.
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