PREOCUPACIÓN
Si hace unas semanas la mirada del soldado veía con estupefacción la actitud contemplativa, aunque fuera muy forzada, de la Institución Militar con las Autoridades independentistas catalanas, hoy el sentimiento que experimenta es de honda PREOCUPACIÓN.
Esta vez su mirada se detiene en la aparición en los medios de comunicación de la queja de los Mandos superiores de los nuevos Oficiales, formados con el nuevo Plan de Enseñanza contemplado en la Ley de la Carrera Militar. Así como la respuesta de estos a tales declaraciones. ¿Ya no existe un procedimiento más adecuado para resolver estos problemas?
Por si esto no fuera suficiente, en los mismos medios los Suboficiales, a través de una Asociación Profesional califican de grave el riesgo que conlleva para su salud la prueba de aptitud física de Unidad, dada su edad. Al parecer tampoco tienen otro procedimiento para hacer llegar su reclamación, ¿O el Mando no la atiende?
Finalmente, aumenta su PREOCUPACIÓN la noticia de que dos soldados se han posicionado ante el Ministerio de Defensa realizando una huelga de hambre por la inseguridad en que se encuentran al finalizar su compromiso con las Fuerzas Armadas.
No cabe duda que “lo que mal empieza peor acaba” y los hechos relatados son consecuencia de normativas puestas en marcha con prisas y presiones políticas, sin atender suficientemente a los asesoramientos específicos de la Institución Militar, especialmente los referidos a la operatividad de los Ejércitos, que queda comprometida, sin lugar a dudas, al duplicar la enseñanza de Formación de los futuros Mandos, con gran exigencia en la vertiente civil en detrimento del esfuerzo principal.
Al soldado operativo hay que exigirle una edad, como a un deportista de élite, pero también hay que preparar su futuro satisfactoriamente.
Por último, la aplicación de la promoción interna debe contemplar, una vez más, que la primera prioridad que deben mantener los Ejércitos es su operatividad y sus componentes deben tener la cualificación física necesaria para la función que han de desempeñar.
Sin embargo, lo más PREOCUPANTE, son las actitudes que se han observado en los hechos relacionados. Tanto por lo que afecta a la esencia misma de las Fuerzas Armadas, que es su imprescindible e insustituible Estructura Jerárquica, como por el daño que sufre, a todos los niveles, la principal virtud de los Ejércitos.
Su DISCIPLINA, que significa mucho más que la fuerte respuesta: ¡SÍ SEÑOR!
A la que falta igualmente, en su expresión externa, tanto el subordinado que omite el saludo al superior, como el superior que no corresponde con el suyo al saludo del subordinado.
Emilio Pérez Alamán Teniente General (R)
Si hace unas semanas la mirada del soldado veía con estupefacción la actitud contemplativa, aunque fuera muy forzada, de la Institución Militar con las Autoridades independentistas catalanas, hoy el sentimiento que experimenta es de honda PREOCUPACIÓN.
Esta vez su mirada se detiene en la aparición en los medios de comunicación de la queja de los Mandos superiores de los nuevos Oficiales, formados con el nuevo Plan de Enseñanza contemplado en la Ley de la Carrera Militar. Así como la respuesta de estos a tales declaraciones. ¿Ya no existe un procedimiento más adecuado para resolver estos problemas?
Por si esto no fuera suficiente, en los mismos medios los Suboficiales, a través de una Asociación Profesional califican de grave el riesgo que conlleva para su salud la prueba de aptitud física de Unidad, dada su edad. Al parecer tampoco tienen otro procedimiento para hacer llegar su reclamación, ¿O el Mando no la atiende?
Finalmente, aumenta su PREOCUPACIÓN la noticia de que dos soldados se han posicionado ante el Ministerio de Defensa realizando una huelga de hambre por la inseguridad en que se encuentran al finalizar su compromiso con las Fuerzas Armadas.
No cabe duda que “lo que mal empieza peor acaba” y los hechos relatados son consecuencia de normativas puestas en marcha con prisas y presiones políticas, sin atender suficientemente a los asesoramientos específicos de la Institución Militar, especialmente los referidos a la operatividad de los Ejércitos, que queda comprometida, sin lugar a dudas, al duplicar la enseñanza de Formación de los futuros Mandos, con gran exigencia en la vertiente civil en detrimento del esfuerzo principal.
Al soldado operativo hay que exigirle una edad, como a un deportista de élite, pero también hay que preparar su futuro satisfactoriamente.
Por último, la aplicación de la promoción interna debe contemplar, una vez más, que la primera prioridad que deben mantener los Ejércitos es su operatividad y sus componentes deben tener la cualificación física necesaria para la función que han de desempeñar.
Sin embargo, lo más PREOCUPANTE, son las actitudes que se han observado en los hechos relacionados. Tanto por lo que afecta a la esencia misma de las Fuerzas Armadas, que es su imprescindible e insustituible Estructura Jerárquica, como por el daño que sufre, a todos los niveles, la principal virtud de los Ejércitos.
Su DISCIPLINA, que significa mucho más que la fuerte respuesta: ¡SÍ SEÑOR!
A la que falta igualmente, en su expresión externa, tanto el subordinado que omite el saludo al superior, como el superior que no corresponde con el suyo al saludo del subordinado.
Emilio Pérez Alamán Teniente General (R)
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